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El milagro - por Federica

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro.
Todas las mujeres amanecieron con una buena noticia: estaban embarazadas. Habían pasado más de diez años sin que un solo nacimiento se produjera en la isla y el temor a la extinción por causas naturales era la única hipótesis que se manejaba. Pero hoy nadie hablaba del grave problema, de las sospechas de enfermedades, aguas contaminantes, tratamientos alternativos y esterilidad; hoy era un día de fiesta y para festejarlo se preparó toda la isla. La mujeres mayores, aquellas que hace años habían logrado tener hijos, aquellas que hasta ayer eran las únicas que tenían el don de la creación, estaban hoy atendiendo las consultas. Su experiencia y sabiduría de madres era revalorizada y requerida por enormes grupos de jovencitas que caminaban sonriendo y acariciando sus incipientes vientres, mientras las apabullaban a preguntas. Mientras tanto, los hombres organizaban los festejos. Los pescadores salieron más temprano para poder traer más peces, los recolectores trajeron todos los frutos que estaban a su alcance y los cocineros prendieron el fuego y comenzaron a preparar las especialidades de la isla. Además, cada choza también era una fiesta porque a las puertas abiertas de par en par y los cánticos que da cada una de ellas se desprendía, se sumaban guirnaldas de flores silvestres que atraían diversas aves y mariposas de maravillosos colores.
Pasada la mañana, cada habitante de la isla se puso su mejor vestimenta y al mediodía exacto se reunieron en el jardín central. El murmullo y la algarabía estaban a flor de piel y tardaron varios minutos en quedarse todos en silencio. Cuando por fin lo lograron, Marú y Murá, el matrimonio más anciano, se situaron en el centro del círculo que se había formado y dijeron unas hermosas palabras. Todos estaban tan emocionados que les resultaba imposible contener el llanto, pero así y todo, los ancianos continuaron expresando hermosas palabras y bendiciones para las futuras familias. Al finalizar y luego de extensos aplausos, comenzaron a vitorear por las embarazadas y entonces Marú y Murá, les pidieron que se colocaran ellas en el centro así todos los habitantes de la isla las veían juntas. Ellas asistieron orgullosas y plenas de felicidad y aprovecharon el encuentro para abrazarse, felicitarse y acariciar, unas con otras, sus vientres. Así, todos juntos cantaron su himno, su canción de paz, amor y fraternidad y al finalizar, los aplausos tampoco se hicieron esperar.
Hasta que en un momento, Marú y Murá pidieron que también se acercaran los futuros padres para poder felicitarlos a ellos. Y entonces, cada uno de los jóvenes fue pasando y tomando de la mano a su esposa. Y recién, en ese momento, todos se percataron que entre el grupo de las embarazadas estaba Cleí. Y el murmullo volvió a reinar en la isla aunque esta vez no tenía un tono festivo, sino más bien, intrigante.
Cleí era una hermosa joven de apenas 15 años que estaba soltera porque todos los hombres de la isla estaban casados. Ella fue la última persona que nació en la isla y el parto se llevó a su mamá y la tristeza a su papá. Así, Cleí fue criada por sus tíos y confinada a la espera de que un varón naciera. Pero esto no ocurrió y en un halo de dolor y tristeza vivió ella rodeada.
No era momento ni lugar para preguntarle a Cleí como podía ser que ella también estuviera embarazada, pero lo cierto es que su presencia junto a las jóvenes esposas embarazas había opacado el clima festivo. La sospecha de traición y de infidelidad entre las jóvenes parejas se había instalado y Cleí pasó de ser la joven triste a la mujer más peligrosa de la isla.
Para pasar el mal momento, Marú y Murá comenzaron a entonar algunas estrofas del himno mientras las jóvenes y sus maridos volvían a colocarse en la ronda. Todos cantaron pero el tono cambió y ya nadie estaba tomado de la mano y con la sonrisa a flor de piel.
Cleí, aprovechó el movimiento y se escurrió entre los mayores para dirigirse a su refugio secreto, al otro lado de la isla y llorar tranquila.

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1 comentario

  1. 1. Miranda dice:

    ¡¡¡¡Que divertida historia!!!. Me has hecho sonreir durante todo el texto, estaba tan entretenida que no me han importado los pequeños errores gramaticales, quería saber como acababa la historia.
    Realista no es, desde luego, ¿como sabian todas a la vez que estaban embarazadas?. Pero como cuento fantastico esta genial.
    Igual el padre era extraterrestre, o un dios. No das pistas en la historia sobre sí los hijos son realmente de los padres, si ha ocurrido por un hechizo, etc. ¿De quien es el hijo de Clei?. Me encantaria que el cuento hubiera sido mucho mas largo.

    Enhorabuena y un saludo. Si quieres leer el mio, es el número 25

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 13:07

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