Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Privilegio de unos pocos - por El Ardillón

– Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro…

Dice el presentador de televisión mientras cuenta las magníficas buenas noticias, no es justo. Los milagros siempre favorecen a unos pocos, no a los que lo necesitan, ni siquiera a los más dignos o a los que nos tomamos en serio la vida. Tal vez si rezara un poco tendría algún favor divino aunque, siendo honesto, si Dios existiese yo no estaría vivo.

– Se ha confirmado que al menos hay diez sobrevivientes del brutal ataque terrorista en la isla de…

Cualquiera que escuche al presentador debe pensar que fue él quien los salvó, su derroche de emociones fingidas debe estar llenándole de lágrimas los ojos a más de alguno.

Hace cinco años llegué a este lugar, sería un trabajo como cualquier otro, pero estos “habitantes originarios” eran demasiados tozudos para dejarse intimidar por el usual envenenamiento por metales pesados o para aceptar las propuestas, en dinero, por su pedazo de tierra. La culpa era del estado, de sus bonos y beneficios, sin ellos esto no hubiese sido una pequeña ciudad, no sería más que un villorrio y esos se terminan con la clásica lluvia de plomo, siempre efectiva.

No me había topado con tanta unión, tanta buena voluntad desde…, nunca tuve una situación tan inusual, pero siempre hay alguien receptivo que necesita algo. Encontrarla fue suerte. Pase mucho tiempo con ella, me ayudó con todo lo que me hacía falta para terminar este trabajo, era insaciable y no solo en su ambición. Me pregunto en cuanto tiempo ella habría comenzado a socavar la unión de esta gente por si sola.

– Aún se desconoce el motivo de este ataque que ha cobrado la vida de más de trescientas personas…

Originalmente lamente haberla sacrificado, para jugar la carta de la epidemia necesitaba un caso cero y ella era la opción más fácil, no tenía las ganas para un plan alternativo. La alerta biológica cerró la isla para una cuarentena, esa fue la señal que estaba esperando, hice estallar las bombas con la sincronización requerida para que el incendio fuese incontrolable aunque debo admitir que los fuertes vientos que tanto detestaba de este lugar me ayudaron, como decirlo, irónicamente. Me pasé las siguientes dieciséis horas eliminado supervivientes y borrando mis huellas hasta que decidí volver a una de las casas seguras que había dispuesto, cuando abrí la puerta una bomba estalló.

– Los equipos del gobierno se han situado en toda la zona para evitar que la destrucción siga afectando los recursos naturales…

Cuando desperté o mejor dicho me despertó un rescatista actué por instinto, lo maté de forma mecánica, no caí en cuenta de lo que había hecho hasta que me estaba vistiendo con sus ropas. El dolor era intenso me costó mucho ponerme en movimiento después de eso, entonces me percaté de que ésta casa segura le pertenecía a ella, la maldita ya había preparado todo para eliminarme. Motivado por la rabia me moví lo más rápido que pude, pero cuando llegué al centro del poblado era tarde, los malditos equipos de emergencia estaban por todas partes.

El viento que tanto me había ayudado no fue suficiente, el pueblo estaba consumido, pero había sobrevivientes. En vano intenté llegar hasta ellos o sabotear el vehículo donde los transportarían al continente. Ahora no me queda nada más que ver partir el helicóptero, con el presentador de televisión como sonido de fondo enrostrándome mi error. Ese es el pago de la dedicación, de la confianza, del profesionalismo, un maldito fracaso.

Vi el transporte alejarse luchando contra los vientos, lo vi perder el control y estrellarse en el mar. Nadie podía sobrevivir a eso, pero no estaría mal asegurarse. Cuando partía hacia la zona del accidente con los equipos de rescate no puede evitar sonreír, mientras recordaba las palabras del anunciador de televisión

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

2 comentarios

  1. Buena colorado. Las correcciones a los aspectos formales ya te las dije en vivo y en directo. Lo único que puedo agregar es ¡Que viva lo políticamente incorrecto!

    Saludos.

    Escrito el 29 diciembre 2014 a las 19:12
  2. 2. José Torma dice:

    Pues si que estaba decidido.

    Tu relato no es facil de leer, tiene un no se que, que lo hace mecanico, como leyendo frases sueltas, pero tambien eso me engacho, queria saber hasta donde iba a llegar. Yo te aconsejo manejar la cadencia, hasta para contar desgracias hay un modo amable (como la sonrisa del presentador jeje)

    Con todo un muy buen trabajo.

    Saludos.

    Escrito el 9 enero 2015 a las 19:51

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.