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El viejo Tom - por Victoria L. Vico

Web: http://trasteandoconpalabras.blogspot.com.es/

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. O al menos eso es lo que lleva diciendo todo el día el Viejo Tom. Cuando los primeros rayos de sol se colaron a través de la ventana de la habitación, abrió los ojos, sacó los brazos de debajo de las sábanas, y bostezó ruidosamente. Al incorporarse y meter los pies en sus pantuflas, fue cuando comenzó a decirlo:
—¿Tú también te has dado cuenta chico? Es un milagro, sin duda lo es —decía mientras recorría con su mirada la habitación—. Llevo tiempo esperando a que suceda, y hoy es el día. Seguro que tú también lo notas mi pequeño amigo peludo.
Me lo dijo sonriendo, por lo que no pude evitar ladrarle para transmitirle mi alegría. Lentamente se dirigió al aseo, por lo que supongo que al verse en el reflejo del espejo, no pudo evitar hablar consigo mismo de ese fantástico milagro. Sonreía al llenarme el comedero, al poner su café y unas galletas en una bandeja, mientras se ponía la chaqueta, al abrir la puerta para salir al porche, y al sentarse junto a la mesa donde llevaba desayunando toda la vida. O al menos toda mi vida, pues no le había visto nunca desayunar en otro sitio. Al Viejo Tom no le gusta mucho hablar del pasado, y en ocasiones me pregunto si no será porque siempre fueron sus días iguales, uno tras otro, y acaso era incapaz de recordar un pasado que no fuese como hoy.
A las nueve llega Marga. Ella siempre trae el periódico y la compra, y se encarga de limpiar y hacer la comida. Sonríe todo el tiempo, incluso cuando el Viejo Tom le dice que hoy ha ocurrido un milagro, porque es de las personas que saben de esas cosas. De milagros y de sonrisas. ¿Acaso no tienen relación? También sonríe cuando me rasca detrás de la oreja, y me da una galleta a escondidas antes de irse.
Cuando Marga se marcha comemos, y después nos quedamos en el salón. Creo que el sofá tiene forma de siesta, de tranquilidad y de silencio. En los días más cálidos la ventana permanece abierta día y noche, por lo que es fantástico dormitar mientras el frescor recorre el lugar. En invierno, la chimenea está encendida, y me encanta porque me tumbo de lado para calentarme el lomo.
Antes del atardecer es el momento de salir a pasear. Por supuesto el viejo Tom no puede evitarlo, y le dice a todo el mundo lo maravilloso que es el día en que nos encontramos. Salimos de casa en dirección al campo, así que nos encontramos con la señora Cándida, que tiene la pequeña tienda de ultramarinos del barrio. Luego saludamos a Paco, que pone los mejores cafés, como si fueran italianos dice. Y así seguimos, pasando por delante de la ferretería, la tienda de cosas de hogar y, finalmente, la mercería, para luego llegar al campo y poder correr tanto como mis patas me lo permitan.
Cuando volvemos, no lo hacemos por la misma calle, tal vez para dar un paseo más largo, o quizá para saludar a la dueña de la droguería, que siempre tiene el ceño fruncido y trata al viejo Tom como si de un loco se tratase. A menudo me pregunto qué será esa locura de la que hablan algunos, si será contagiosa, si será nociva, si será lo que hace sonreír al viejo Tom.
—¡Oh mi pequeño compañero! ¿Tú también ves lo ciegos que están? Un día, tras otro, les repito que hoy ha ocurrido un milagro. Pero no se dan cuenta. Todos dicen que el Viejo Tom está loco, ¿pero no son ellos los locos? Van de un lado a otro corriendo, a penas se escuchan, prácticamente no miran a su alrededor, ¡pero el Viejo Tom es el loco! Ellos esperan milagros, persiguen objetos más inútiles que todos los trastos que tengo en el desván, y viven de sueños que nunca podrán alcanzar porque ni prueban a perseguirlos. Amigo mío, allá ellos. Tú y yo sabemos la verdad. Mientras derrochan su vida, nosotros disfrutamos de la puesta de sol en esta preciosa isla. ¿Acaso no es eso un verdadero milagro?
Me tumbo junto a sus pies, bostezo y cierro los ojos. Qué razón tiene mi Viejo Tom.

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4 comentarios

  1. Muchas gracias por los comentarios recibidos,especialmente a uno de mis revisores porque me ha comentado varias cosas que tendría que mejorar. En cuanto pueda lo corrijo.
    Por si pasáis por aquí revisores, gracias y un saludo 🙂

    Escrito el 28 diciembre 2014 a las 16:39
  2. 2. Carlos dice:

    Historia y temática muy manida, pero presentada, con acierto, desde un punto de vista distinto; ameno, simpático y divertido.

    Por señalar un “pero”, creo que el perro está demasiado humanizado. Visto a través de los ojos de un animal con mente y pensamientos muy humanos. Se echa de menos algun guiño más es ese sentido y una mejor caracterización.

    De todos modos, un relato muy disfrutado.

    ¡Saludos!

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 14:15
  3. 3. Denise dice:

    Hola! Yo comenté este cuento, aunque debo confesar que no recuerdo bien lo que dije !_! Estoy de acuerdo con que el perro está muy humanizado, no sé por qué no lo dije antes… Pero el cuento es precioso, me gustó la atmósfera como soleada y optimista que generaste.

    Saludos!

    Escrito el 30 diciembre 2014 a las 15:20
  4. 4. David Rubio dice:

    Es un relato simpático. En los comentarios te habrán indicado alguna corrección. En cuanto a historia creo que le falta cierto conflicto, algo que muestre lo que quieres decir sin explicarlo tan obviamente. Pero, en general es agradable de leer. Saludos

    Escrito el 14 enero 2015 a las 00:37

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