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Encerrado en una jaula. - por Alejandra Foyo.

El autor/a de este texto es menor de edad

Le dolía todo el cuerpo y lo tenía entumecido. Con pereza comenzó a mover sus articulaciones y en un torpe intento de levantarse cayó al suelo con un golpe seco. Después de algunas caídas logró levantarse, pero extrañamente no lograba pararse en sus piernas ya que sus manos se rehusaban a separarse del suelo y sus brazos a levantarse por mas de algunos segundos, puesto que siempre volvían a caer. Observó a su alrededor y se sorprendió al ver que se encontraba encerrado en una vieja y oxidada jaula. El estar encerrado comenzaba a alterarlo, y se inquietó aún mas cuando al tratar de abrir la jaula vio que estaba cerrada con un pesado candado. Observó a su alrededor tratando de descubrir en donde se encontraba y pudo ver que se encontraba en la parte trasera de un oscuro y descuidado circo. Sin saber muy bien lo que hacía comenzó a golpear la puerta de la jaula con todo su cuerpo. Cada golpe causaba que el dolor recorriera su sistema nervioso.
No sabía cuantos golpes le había dado ya cuando, con un lento y vacilante chirrido, la puerta de la jaula cedió y cayó al suelo. Por fin estaba en libertad. Salió lentamente, aún no podía levantar los brazos así que lo hizo gateando. Todo estaba oscuro, no obstante gracias a la poca luz que la luna le brindaba y la escasa iluminación que llegaba a lo lejos podía distinguir las siluetas de los objetos a su alrededor con claridad.
Bajó de la jaula e inspeccionó todo a su alrededor, no recordaba como había llegado hasta ahí. O como salir.
Caminaba por las demás jaulas, que parecían estar desiertas, cuando sintió una extraña sensación en la nuca haciendo que los vellos de sus brazos se erizaran sin razón alguna. Y sudor frío bajó lentamente por su espalda. Sin comprender el extraño comportamiento de su cuerpo se dio la vuelta lentamente y no encontró nada mas que jaulas vacías y basura tirada en el suelo. Estaba a punto de voltearse de nuevo y seguir caminando cuando detectó una figura que no había visto antes. Parecía un hombre, alto, con un sombrero de copa alta en la cabeza y con una mano sostenía un largo objeto que parecía llegarle hasta la barbilla que terminaba en una hoja afilada. Era una lanza. Al verla el vello de todo su cuerpo volvió a erizarse, pero ésta vez con brusquedad. Sin pensarlo dos veces salió corriendo en dirección contraria del misterioso hombre con todas las fuerzas que fue capaz de reunir.
No supo cuanto tiempo llevaba corriendo, aún a gatas, pero suponía que era ya lo suficiente como para haber dejado al extraño hombre detrás. Volteó hacia atrás, jadeando por el esfuerzo. Encontró de nuevo la sombra del hombre, justamente a la misma distancia en la que estaba antes.
Aterrado salió corriendo de nuevo, pero llevando sólo unos pocos metros recorridos tropezó con una viga de madera vieja que se encontraba en el suelo. Cerró los ojos la caer y sintió húmedo bajo sus parpados. Abrió lentamente los ojos y se encontró en el piso. Delante de él había un gran charco de agua en el cual se reflejó su rostro. Se espantó al ver su propio reflejo. Su negra cabellera se había tornado naranja y su rostro en un gigantesco hocico. Delante de él, en el charco, estaba el reflejo de un tigre. Un majestuoso animal lastimado y lleno de barro. No tuvo siquiera tiempo para pensar en ello, pues otra figura se reflejó. El alto hombre del sombrero con su lanza levantada sobre su cabeza con ambas manos. Estaba a punto de gritar cuando vio que el hombre bajaba la lanza hacia su dirección con brusquedad y rapidez. Un extraño ruido rompió con e silencio de la noche. De repente todo se volvió negro y el sonido fue lo único que quedó.
Se levantó rápidamente de la cama, el sudor había hecho que la delgada playera se le pegara a la espalda. A perecer todo había sido un mal sueño y, de no haber sido por el teléfono no sabía que habría pasado. Estiró el brazo hacia la mesa de noche y encendiendo la luz tomó su celular. Se sorprendió de ver un sombrero de copa alta en la mesa. Levantó el teléfono frente a su rostro y se desconcertó al ver la pantalla. La llamada venía de su propio teléfono. Levantó la cabeza y un grito se quedó atorado en su garganta.

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3 comentarios

  1. 1. Adella Brac dice:

    Me gusta la idea principal pero el texto resulta un poco confuso. Falta trabajarlo un poco para darle mayor fluidez.
    Veo que eres menor de edad, espero que sigas escribiendo y aprendiendo 🙂
    ¡Un saludo! 😉

    Escrito el 30 enero 2015 a las 14:41
  2. 2. Alejandra Foyo dice:

    Adella, muchas gracias por tu comentario y por tomarte el tiempo de leer mi relato, voy a tratar de mejorarlo y que sea mas fluida la narración. Gracias por tus buenos deseos que ayudan a seguir adelante.
    Un saludo y de nuevo muchas gracias.

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 18:31
  3. 3. beba dice:

    Me gustó la idea central de tu relato, y el manejo de la pesadilla y lo misterioso. Adelante. Trabaja seleccionando elementos de la acción que no son imprescindibles porque ya los dijiste o sugeriste. No alargues, de vicio, un relato, porque lo enredas.
    Suerte, y felicitaciones por participar.

    Escrito el 4 febrero 2015 a las 03:16

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