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Mi extraña vida - por Milagros

Como todas las mañanas, al sonar el despertador , sentía un estremecimiento desagradable que invadía todo mi cuerpo. Por la noche me resultaba muy difícil conciliar el sueño, las imágenes estresantes de los acontecimientos que azotaban mi rutinaria vida, daban al traste con mi ansiada tranquilidad. Finalmente acababa tomándome un Diazepán para forzar el estado onírico.
Me desayunaba con las desmoralizantes noticias de la radio que agudizaban todavía más esa incesante agitación interna .
Me asomé por la ventana para averiguar el tiempo que hacía .Estaba nublado y la humedad calaba hasta los huesos .Era de esperar en pleno invierno y tan cerca del mar. Así que tomé mi abrigo de lana gris oscuro y a juego mi sombrero de fieltro de ala corta, también gris, que protegía muy bien del frío a mi deprimida calva.
Cuando me disponía a abrir el tercer cerrojo de la puerta blindada de mi casa, no sin antes haber dado dos veces la vuelta a toda la casa, para cerciorarme de que no me dejaba nada encendido, escuché el ring del teléfono fijo de la salita. Al descolgar, no logré entender lo que me decía una voz que se entremezclaba con un ruido infernal parecido al de una emisora de radio mal sintonizada. Por más que yo insistía en preguntar quién era y qué quería, no podía comprender lo que me decía. Tampoco podía saber quién me llamaba porque no estaba identificado el número de usuario.
Colgué el teléfono y cuando me dirigía hacia la puerta ,de nuevo, volvió a sonar .La situación se volvió a repetir exactamente de la misma manera. Y así dos veces más. Con la última ,mi estado de inquietud ya era alarmante. Quienquiera que fuera estaba pasándose de la raya, tanto si era una broma como si no lo era.
Me quedé dudando… ¿y si era alguien que quería pedirme ayuda? ¡Tal vez era mi jefe!. Últimamente me estaba presionando mucho para que le acabara ciertos informes ,tal vez me estaba intentando volver loco para que dejara el trabajo y así ahorrarse la indemnización.Aunque el fin de semana ,también discutí con mi cuñado sobre lo calzonazos que es, al dejarse llevar por sus socios sin imponer sus opiniones,¡tenía que hacérselo ver! y de repente, me sorprendió con una serie continuada de improperios que nunca imaginé que salieran por su enmohecida boca. Posiblemente estaba intentando darme una lección sobre la valentía y el autocontrol.
De repente ,me sobresaltó un extraño ruido que provenía de la cocina y pensé que alguien se había colado por la ventana.Mi pulso se aceleró tanto que los latidos los escuchaba en mis oídos ,estaba convencido de haber repasado minuciosamente toda la casa ,como hago siempre antes de irme,dos veces antes de abrir los cerrojos y dos veces después de abrirlos.Claro que esta vez , solo podía haber repasado dos veces la casa, porque no había llegado a abrir el tercer cerrojo de la puerta.
Al final me armé de valor ,tomé el atizador de la chimenea con mi mano derecha y me dirigí a la cocina.Mi corazón todavía era capaz de latir con más fuerza ,por un instante pensé que me iba a dar un infarto allí mismo.Entré despacio ,con el atizador dispuesto para el ataque y fui mirando en cada rincón ,incluso dentro de la alacena.
No había nada ,tan solo la taza de café que se había recolocado junto al plato en el fregadero.Posiblemente no estaba en equilibrio y se desplazó ligeramente produciendo ese ruido.
Quería salir de casa ,salir corriendo , pero todo esto me estaba produciendo una sensación de terror paralizante que me impedía abrir el tercer cerrojo.¿Quien sabe lo que me esperaba al traspasar el umbral de la puerta?Era muy fácil entrar al portal ,porque siempre se dejaban la puerta abierta y cualquiera podía entrar.
Me empezaban a sudar las manos y se apoderaba de mí una sensación creciente de que iba a morir.Casi no podía respirar .Tuve que quitarme el sombrero y el abrigo que hasta ahora llevaba puestos , me dejé caer en el sofá con la intención de serenarme y recobrar la cordura.
Me sentía como un jilguero ,que habiendo sido libre para revolotear entre los árboles, hubiera sido capturado y encerrado en una jaula de la que no puede salir.
Así pensando me quedé dormido , cosa rara …sin el Diazepán .
Desperté en el sanatorio .
Por fin me han desabrochado la camisa de fuerza ,por fin puedo escribir mi historia.

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2 comentarios

  1. 1. Leonardo Ossa dice:

    Milagros, es la primera vez que leo un texto tuyo. Seguramente te hicieron los comentarios que se hacen en el taller vía correo.
    Creo que mejoraría mucho la lectura de tu texto si implementas mejor el uso de párrafos.
    Espero poder participar por primera vez con uno de mis textos en el mes de Febrero y recibir también seguramente tus observaciones.
    Un saludo.

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 02:07
  2. 2. Fabián dice:

    Muy buenas Milagros

    Te comentaré usando el método del formulario, primero forma y luego contenido.

    Uff que difícil es tu relato, me está costando entenderlo y es la cuarta vez que lo leo. Tengo dos interpretaciones que te las comentare dentro de “contenido”.

    •Forma•

    No he encontrado mucha cosa para remarcar dentro de la forma, solo algunos espacios antes de las comas, que las deja un poco solas a las pobres entre frase y frase.
    Por lo demás lo vi todo correcto.

    •Contenido•

    No estoy seguro de haberlo entendido bien, por un lado te diría que es un poco denso en información innecesaria, y por otro lado entiendo ese exceso de información y te diría que lo dejes tal cual está.

    •Interpretación 1:

    Entiendo que el protagonista es un poco maniático y paranoico, y sufre una crisis de ansiedad dentro de su casa, inventándose los ruidos del teléfono y de la cocina, alguien avisa a urgencias y despierta en un sanatorio mas adelante, seguramente le habrán diagnosticado algún mal mental.

    Si es el caso, creo que cuando cuenta lo de su jefe y la discusión con su cuñado se podría reducir, u omitir directamente, por que no estarían aportando nada a la historia, no influyen en lo que le está ocurriendo al protagonista, ni tienen nada que ver con los ruidos.

    También se podría estructurar de otra manera el relato para reducir el comienzo, explicar el problema del insomnio e ir directos al momento del teléfono, y no repetir tanto la idea de los cerrojos y el revisar la casa.

    •Interpretación 2:

    Está loquisimo el pobre.
    La insistencia con los cerrojos de la puerta y el revisar la casa tantas veces me distrae del relato, pero puede ser intencionado, para que vea lo anormal de esa costumbre como una pista de que el prota no está bien.

    La mención de un trabajo y su jefe, o la del cuñado y la discusión, podrían estar dando otra pista de hasta que punto llega la paranoia este hombre, que se cree que los demás traman algo en su contra.

    Y se puede ir mas lejos aún, nada es real, en su cabeza tiene toda una vida de la que no puede escapar de su propia locura.

    Me acerqué o di en el travesaño?

    Escrito el 7 febrero 2015 a las 17:57

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