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El mundo del señor McGuire - por Brenda

El autor/a de este texto es menor de edad

El mundo del señor McGuire
El señor McGuire salió de su casa a las 08:30am como cada día, lo niños de la casa de en frente se habían levantado temprano para verlo salir y colarse en su casa; esos gemelos sabían que ese excéntrico hombre ocultaba algo maravilloso en su casa, y querían saber qué.
A penas el señor McGuire dobló la esquina, los niños cruzaron corriendo; aun en pijamas y con el cabello alborotado. Habían visto un millón de veces como su vecino guardaba la llave bajo el felpudo, la sacaron y abrieron la puerta que chirrió al abrirse.
Todo estaba en orden. Lo único potencialmente extraño, eran los cuadros de flores brillantes dentro de bolas de cristal, abstractos duendes y hadas, incluso unas sirenas alrededor de un barco.
—Quizás solo es muy fanático de la fantasía—Susurró Zack a su hermano.
—No seas tonto, este hombre oculta algo más—Afirmó George.
Caminaron por el pasillo hasta llegar al comedor y luego a la cocina, comenzaban a decepcionarse un poco; el señor McGuire tenía una casa aparentemente normal.
Pero de repente sonó el teléfono, miraron alrededor; no habían visto ningún teléfono desde que entraron a la casa.
—Creo que es por allí—murmuró George mientras apuntaba a un cuarto con la puerta cerrada— ¿Vamos?
—No podemos responder—Objetó Zack, el más precavido de ambos—Se supone que no hay nadie en casa.
—Que importa, podría ser algo interesante.
George se aventuró dentro del cuarto; era una habitación como cualquier otra, una cama, un guardarropa y una mesita de noche. Pero el teléfono era extraño; dos garras sostenían un tubo de plástico de color violeta con algo brillante flotando dentro. Cuando George ya iba a coger el teléfono que no dejaba de sonar, Zack lo detuvo.
—No lo toques—Le pidió.
Pero George lo ignoró y sostuvo el tubo, las garras se abrieron y los hermanos se miraron. ¡Si había algo extraño en el señor McGuire! No cualquiera tiene un teléfono como ese. George se lo llevó al rostro y lo pegó a su oreja mientras murmuraba un dubitativo “hola”.
— ¿Lord? —Preguntó la voz del otro lado; era una voz gangosa de niño. — ¿Es usted Lord?—Las cabezas de los niños estaban juntas, solo con el extraño teléfono en medio. —Iré a verle ahora mismo.
Zack le arrebató el teléfono a su hermano y lo dejó sobre las garras, que volvieron a cerrarse. Pero antes de que el niño pudiese decir que sería mejor irse, un ruido en el armario rompió el silencio. George se acercó al armario e inmediatamente la puerta se abrió y de él salió un… niño o un elfo o un duende ¿Qué cosa era? Medía un metro, traía un sombrero de punta caído hacia atrás, los ojos grandes y las orejas puntiagudas. Parecía viejo, sus manos como garras y sus pies demasiado grandes para su cuerpecito.
La criaturita gritó ante la presencia de los dos niños, y los niños gritaron asustados del chirriante grito de la criatura.
Entonces alguien habló, una mujer.
— ¿Qué pasa?
La voz provenía de la habitación contigua. Zack, que estaba más cerca de la puerta, salió de la habitación y haciendo acopio de valor, abrió la puerta.
El mejo mundo de fantasías que podía imaginar se extendía ante sus ojos. Duendes sentados alrededor de una hoya de oro y hadas revoloteando por allí. El suelo de la habitación era de un césped verde muy hermoso y había un lago pequeño pero aparentemente profundo donde se podía ver a los peces nadar. En ese momento llegó George con la pequeña criaturita detrás. Entonces apareció, de detrás de un árbol; la mujer más bella que los ojos de esos dos niños podrían haber visto jamás.
—Oh—Dijo al verlos— ¿El Lord os ah enviado aquí?
Los niños miraban embobados a la mujer, y no fueron ellos quienes respondieron.
—Yo no he enviado a nadie—Habló el Señor McGuire detrás de ellos. —Parece que han encontrado mi mundo.
— ¿Su mundo?—Preguntó George. Asustado y fascinado a la vez.
—Sí, mi mundo. Yo escribo todo en mi máquina de escribir y todo aparece aquí… Creo a estos maravillosos seres. ¿No les parece mágico?
Ambos niños asintieron, George estaba fascinado y fue Zack quien se percató de una jaula en el rincón, tapada con una manta negra.
— ¿Qué hay allí?
—Unos pequeños seres muy revoltosos que quieren conocer el mundo pero no deben. Se llaman Zack y George.

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7 comentarios

  1. 1. Adella Brac dice:

    Me ha gustado mucho la historia, pero revisa la ortografía, hay algunas faltas 🙂
    ¡Un saludo! 😉

    Escrito el 30 enero 2015 a las 14:48
  2. 2. Margarita Graña dice:

    Muy linda tu historia, felicitaciones! Muy imaginativa.
    Me gustó el final, pero me apenaría que los curiosos hermanos terminen en una jaula por esa picardía. Ojalá tengas un segundo capítulo de la historia.
    Saludos

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 19:28
  3. 3. Brenda dice:

    Muchas gracias por sus comentarios!!! 😀 Un saludo a ustedes!

    Escrito el 2 febrero 2015 a las 00:41
  4. 4. Brenda dice:

    Adella, gracias por comentar! Trataré de reparar un poco más en la ortografía. ¡Un saludo a ti también!

    Escrito el 2 febrero 2015 a las 02:00
  5. 5. Brenda dice:

    Muchas gracias, Margarita! Me alegro de que te haya gustado 😀

    Escrito el 2 febrero 2015 a las 02:01
  6. 6. Marcelo Kisi dice:

    Hola Brenda!

    Gracias por comentar mi relato, me alegro que te haya gustado! 🙂

    Me gustó también el tuyo: está bien armado, tiene buen ritmo y crea suspenso. A mí no me disgusta que el final no sea feliz, creo que te gusta romper con las reglas, en este caso del género infantil o de fantasía, y no está mal experimentar.

    Te sugeriría, si me permitís, además de la ortografía que ya te señalaron, cuidar de no incurrir en repeticiones, como la palabra “niños”, “criaturas” o “criaturitas”. Es difícil, porque hablás todo el tiempo de ellos, pero no deben aparecer demasiado cerca, porque suena mal. ¿Cómo se resuelve? Releyendo el texto, buscando a propósito repeticiones y (aunque no las encontré aquí) rimas que suenan mal. También, leyendo en voz alta tu propio relato y ver cómo te suena a vos misma. Cuando te suena mal, corregís y cambiás.

    Creo que tenés imaginación y habilidad para describir personajes y contar cuentos, ¡así que adelante!

    Escrito el 5 febrero 2015 a las 09:29
  7. 7. Brenda dice:

    Marcelo, gracias por tomarte el tiempo de leer mi relato y comentar! Me alegro que te haya gustado el mío! 🙂 Tomaré en cuenta lo que me haz señalado, de verdad. Saludos

    Escrito el 5 febrero 2015 a las 18:11

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