Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

LEÓN - por mareny blau

LEÓN
Dejé el sombrero de fieltro gris oscuro sobre el abrigo negro que tengo colgado en el perchero de la entrada; había sido un día muy largo y solo quería acostarme.
Colgué la chaqueta en el armario, la corbata y la camisa en el respaldo de la butaca, me senté en ella y procedí a desatarme los cordones de los zapatos.
El teléfono situado en el comedor comenzó a sonar.
-¡Ya voy! – grité como si el que llamaba me pudiera oír. Me apresuré a salir del dormitorio ante su insistencia.
A punto de llegar, me pise los cordones, di un traspiés y no se me ocurrió otra que agarrarme al teléfono para no caer, cosa que además de no poder evitarlo, hizo que arrancara el aparato de su sitio y me lo llevase conmigo al suelo.
-Diga, diga – contesté poniéndomelo en la oreja; nada, se había quedado mudo.
Lo dejé sobre la librería pensando que al día siguiente no tendría más remedio que llamar a la compañía para que vinieran a arreglarlo, y regresé a la habitación, me quité los zapatos y los pantalones, me puse el pijama y ¡por fin! me metí en la cama.
Di vueltas y vueltas, mi jefe había conseguido un importante pedido y nos había tocado trabajar horas extras, estaba tan cansado que no podía conciliar el sueño.
-¡Pero…! – me desperté con el corazón latiendo a más de cien – ¿Quién llama a la puerta a estas horas? Me pregunté mirando el reloj del despertador y viendo que era casi la una de la madrugada.
-¡Ya voy! – y esta vez si me podía oír el que llamase a la puerta con el dedo pegado al timbre.
-¡Menos mal que le encuentro! – me dijo una muchacha que yo conocía; era la recepcionista del centro veterinario al que llevo a mi mascota – Necesitamos que venga enseguida.
-¿Le ha pasado algo a León?
-Se lo contaré por el camino.
-Está bien, pase – le dije apartándome de la puerta – enseguida estoy con usted.
Me vestí preocupado, León es un gato que recogí de la calle cuando tenía apenas un mes, el animal ya es mayor y se encontraba algo pachucho, el veterinario me dijo que lo dejase en la clínica para tenerlo en observación unos días ¿Se habrá muerto?
-¿Se ha muerto León? – le pregunté a la muchacha mientras terminaba de ponerme la chaqueta y cogía el sombrero.
-No, no, León está bien.
-¿Y entonces?
-Ahora lo verá.
Cuanto misterio, me dije.
Nos dirigimos hacia la clínica a toda prisa.
-¡Vaya, por fin lo hemos encontrado! Venga por aquí – dijo un muchacho cuando llegamos.
Me estaba poniendo nervioso ¿qué significaba todo esto?
-Mire.
Soy un caballero y nunca me río de las desgracias ajenas, pero debo confesar que me costó lo mío no echarme a reír.
Dentro de una jaula para perros se encontraba el veterinario, se había metido allí huyendo de un León alterado que no dejaba acercársele a nadie, ni tampoco salir de su refugio al pobre hombre.
-¿Qué ha pasado?
-Le pusimos una inyección y comenzó a saltar como si se hubiera vuelto loco, a mi ayudante le araño la cara, y yo me tuve que resguardar aquí.
Miré a León que se encontraba sobre una estantería, vigilante.
-Ven chico, ven aquí – le dije, el animal comenzó a pasear de un lado a otro del mueble, momento que aprovechó el veterinario para intentar salir, cosa que no pudo hacer porque León de un salto se colocó delante de la jaula.
-¿Lo ve? – dijo el hombre – así llevamos cuatro horas.
-¿Qué pasa muchacho? – le dije al animal poniéndome en cuclillas a su lado y acariciándolo, este se restregó contra mi pierna ronroneando, le cogí en brazos, él comenzó a lamerme la cara, dejamos al veterinario dentro de su cubil y salimos de la habitación.
-Tenga – me dijo la chica que había venido a buscarme entregándome el trasportín, bajé a León al suelo y entró en él dócilmente.
-Menuda nochecita – oí decir al veterinario que ya había podido salir de su encierro.
Yo miré a León que se había acomodado dentro de su transporte guiñándole un ojo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

5 comentarios

  1. 1. Paola dice:

    Me he reído un montón, muy bueno y bien escrito. De primeras no he encontrado ningún fallo, es de lectura fácil y te mantiene enganchado
    Te buscaré en el próximo. Saludos y enhorabuena!!

    Escrito el 30 enero 2015 a las 19:31
  2. 2. Denise dice:

    Hola! Fui una de tus comentaristas, la verdad que me pareció muy lindo, me divertí, leyéndolo, aunque el veterinario es medio bolu** jajaja

    Escrito el 31 enero 2015 a las 00:45
  3. 3. Adella Brac dice:

    ¡Vaya veterinario que se asusta de un gato! xD
    Una imagen divertida la del pobre hombre dentro de la jaula 🙂
    ¡Un saludo!

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 09:19
  4. 4. teresa dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios, me alegro mucho que os haya gustado. El próximo cuento que será de cien palabras voy a contar un drama, por cambiar de genero. Espero que también os guste.
    !Un saludo!

    Escrito el 4 febrero 2015 a las 17:32
  5. 5. beba dice:

    Hola:
    Me gustó; es gracioso, y está bien escrito.Abrazo.

    Escrito el 12 febrero 2015 a las 16:08

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.