Señales - por cristy

Caminaba por el parque rumbo a mi escuela, quedaba a unas cuantas cuadras de mi casa, así que no tenía que caminar demasiado, era verano y hacia muchísimo calor, odiaba este clima porque sentía que me derretía, me daban ganas de meterme a la fuente que estaba en medio del parque.
Alcance a ver algo tirado en el piso, continúe caminando y era un sombrero negro, voltee a ver si había alguien que pudiera ser el dueño, pero el lugar estaba desierto. Levante el sombrero y le sacudí la tierra, se veía un poco golpeado, me lo llevare tal vez me sirva de algo.
Estaba a punto de llegar, cuando una ráfaga de aire me atrapo y el sombrero salió volando hacia la calle, un carro estuvo a punto de aplastarlo pero el aire lo levanto y lo llevo hacia la siguiente cuadra, corrí para alcanzarlo dejando pasar los carros, parecía que el sombrero volara. Finalmente se detuvo fuera de un restaurante de comida italiana que tenía mesas en la banqueta. Un joven se acercó, levanto el sombrero, lo acerco a mí y me pregunto que si era mio.
-En teoría no, pero sí, porque me lo encontré, así que supongo que es mío – dije con voz nerviosa.
Era el muchacho más lindo que había visto en mi vida, alto, fornido, ojos color miel casi verdes, cabello un poco larguito de color café castaño claro y de tés blanca. Mi corazón comenzó a palpitar tan fuerte, sentía mariposas en el estómago, me faltaba el aire. ¿Qué me está pasando? Tome el sombrero y me presente.
-Mucho gusto Sara, mi nombre es Joel – dijo el lindo joven.
Me quede a platicar con Joel toda la tarde, era el amor de mi vida, nunca creí en el amor a primera vista pero era real, se me fue el tiempo volando, hasta falte a la escuela. Sonó mi teléfono celular y era mi amiga Lisa preocupada porque había faltado a la escuela, luego me marco mi mamá porque Lisa le había llamado y la había preocupado. No quería que se terminara ese día, había sido maravilloso, era el destino. Quede de verme con Joel el fin de semana, aunque honestamente quería verlo al siguiente día y al siguiente y todos los días. Ese sombrero me había llevado a mi amor, a mi Joel, así que lo lleve a mi casa y lo puse en la repisa de mi recamara.
Llego el fin de semana, se me habían hecho eternos estos días, regrese al restaurante donde nos conocimos, ahí nos habíamos quedado de ver. Estaba muy nerviosa, me sudaban las manos, me palpitaba el corazón. Ya habían pasado 20 minutos, me empecé a preocupar, pero de seguro algo se le había atravesado, así que lo espere un poco más. Paso medio hora y mi corazón se había partido en 2, lo llame por última vez y me volvió a mandar a buzón, así que me rendí y me fui a mi casa, me sentía tan triste que me encerré en mi cuarto y no pude evitar llorar toda la noche.
Al día siguiente, saque el sombrero de mi casa y lo tire en una jaula de madera que estaba en la calle, fue cuando otra ráfaga de aire como la de aquel día en que conocí a Joel, levanto el sombrero y se fue arrastrando por la calle, era una señal así que corrí tras el sombrero, por poco me daba por vencida, después de correr como 5 cuadras se detuvo frente al hospital central.
¿Por qué se detuvo aquí? Entre al hospital, sin saber qué hacer, me sentía como una loca. Me acerque con una enfermera.
"Señorita, ¿se encontrara registrado un joven llamado Joel?" pregunte nerviosa.
La enfermera reviso en su computadora y me dijo que en el piso 3, cuarto 302 se encontraba un joven que habían internado hace 4 días porque lo habían atropellado, se encontraba inconsciente desde entonces y no sabían si despertaría.
Fui a verlo, no había nadie en el cuarto, entre sin hacer ruido y estaba todo golpeado de la cara, tenía la pierna derecha y el brazo derecho rotos, me acerque a su lado y lo tome de la mano “Joel, no te conozco pero te quiero, despierta por favor”.
Sentí que apretaron mi mano, Joel despertó y me dijo “Yo también te quiero, perdón por haberte dejado plantada aquel día”. Lo bese con cuidado y sentí que estaba en el lugar indicado con el hombre indicado.