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La llamada. - por Loic

El autor/a de este texto es menor de edad

Y entonces el teléfono sonó.
-¿Quien es? -Pregunté, pero nadie respondió en la otra linea.- ¿Hola? -Dije algo mas fuerte, pero ninguna voz se pronunció.
-¿Quien era?- Me preguntó Linda.
-No sé, no contestó -le respondí-, supongo que si es algo urgente volverá a llamar.
Pero no fue así, en ese atardecer ya con luna en el cielo, no volvió a llamar nadie, y en mi estomago se formó un nudo pensando en quien podría ser, en si sería una vieja amiga, o alguien que marcó el número incorrecto y le dio vergüenza admitirlo, o en si fue una llamada sin quererlo, las típicas llamadas de "culo", en las que se llama literalmente con el culo. En cualquiera de los casos mi imaginación solo daba vueltas entorno a quien podría haber sido y a la conversación que hubiéramos mantenido. Puede que hubiéramos hablado de cosas banales, algo como:
-Hola señor Martinez, nos complace informarle de que su jaula ya ha sido decorada para su nuevo agapony.
-Lo siento, creo que se ha equivocado.
-Oh! Disculpe!- Y que de fondo se oyese al hombre chillando- ANTONIO, YA NOS HAN VUELTO A TOMAR EL PELO CON LO DE LA JAULA ROSA!-.
O algo importante, por lo menos algo que fuese de mi interés, algo como que me había vuelto famosa porque me habían hecho unos análisis y mi sangre era absolutamente especial haciendo así que me convirtiese en una mujer intocable y me regalasen un pony, un sombrero para poner al pony y unas riendas para montar al pony, tenía que tener algo que ver con los ponys.
Finalmente, me metí en la cama y dejé de pensar en telefonos, sombreros, jaulas y ponys, y mi inconsciente me llevó donde -no sé como ni porqué- los agaponys y los ponys dominaban el mundo, pero poco antes de que el rey de los agaponys matara al último humano, un sonido fuera de esa rara fantasía me hizo abrir los ojos y ubicar que era lo que sonaba y de donde venía. El teléfono, en el comedor.
Me levanté corriendo y lo cogí. Era una señora la que hablaba, iba decidida, sabiendo lo que iba a decir después de cada palabra, pero la paré en seco.
-Disculpe, ¿Usted me llamó ayer al atardecer?
-Si señorita, ¿pasa algo?
-No… nada, ¿Que… que me decía?
-Le estaba explicando que tenemos una nueva oferta en Jazztel que no podrá decirle que no.

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