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La extraña muerte de Leonor Farias - por federica

La extraña muerte de Leonor Farias

Un 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María, la ciudad de Buenos Aires amaneció con una primicia escalofriante: Leonor Farias fue hallada muerta en su departamento del barrio de Belgrano. Parecía increíble que alguien tan joven, tan bella, tan amada y tan odiada hubiese muerto. Las primeras noticias del día daban cuenta que alrededor de las cuatro de la madrugada un llamado de un vecino del edificio al 911 alertó sobre ruidos extraños en el 4 C y que cuando la policía intentó ingresar al departamento de la joven, tuvo que pedir auxilio a un cerrajero y luego a los bomberos ya que la puerta se encontraba totalmente trabada. Asimismo, se dio a conocer que el cuerpo de Leonor fue hallado en la cama, que estaba totalmente desnuda y que no presentaba signos de violencia. Tampoco el departamento tenía aspecto de haber sido visitado por extraños; todo estaba en perfecto orden y las puertas y ventanas se encontraban cerradas.
En menos de dos horas, desde que la noticia fue conocida, la puerta del edificio y la calle sobre la que vivía Leonor Farias, se llenó de periodistas y cientos de fanáticos que esperaban ver y saber algo mientras se tejían las mil y una hipótesis. Algunos vecinos, con ganas de que su voz se escuchara por las radios y su rostro se viera por televisión, daban notas a los medios hablando de Leonor, y aunque ninguno tenía la menor idea sobre lo sucedido, se esmeraban en recordar como se había comportado Leonor en la última reunión de consorcio, el horario en que sacaba la basura, la ropa que Leonor usaba los días en que no trabajaba, lo cariñosa que era con el perrito de la señora del 4 F, y así una cantidad de detalles y comentarios totalmente insignificantes .
¿Pero quien era Leonor Farias? Leonor era una periodista especializada en casos policiales que trabajaba en un canal de televisión. Mujer hermosa si las hay, si las había, de alrededor de unos 35 años que se hizo famosa de la noche a la mañana cuando Carlos Ponte, el prestigioso y queridísimo conductor de radio se enamoró loca y perdidamente de ella y terminó suicidándose ante su rechazo. A partir de este trágico hecho, se tejieron alrededor de Leonor todo tipo de conjeturas y pasó a ser amada y odiada intensamente y en igual proporción por gran cantidad de público. Sin embargo Leonor siempre se mantuvo al margen de todo lo que alrededor de ella se decía y su vida era un enigma que los periodistas de espectáculos no se cansaban de intentar conocer.
Por ello, su muerte había despertado tanto interés. Por fin, podían dar una noticia relacionada con Leonor Farias aunque sin conocer que era lo que había pasado.
La mañana transcurría con una gran cantidad de investigadores y policías que iban llegando al lugar del hecho, convocados para intentar desentrañar lo que la escena quería expresar. Porque el caso no se presentaba para nada sencillo y la cantidad de dudas era muy superior a las certezas. La puerta estaba cerrada y trabada con una madera por dentro; los ruidos por los que el vecino llamó al 911 eran de vasos o platos que se estrellaban contra el piso, pero en el departamento de Leonor no fue hallada ni una pequeña astilla; una valija vacía esperaba junto a un placard lleno de ropa de bebe y, además, había tres elementos especialmente ubicados con un significado que, a simple vista, era aún más difícil de establecer.
Dentro de la heladera de Leonor que estaba apagada y totalmente vacía, había una jaula, un sombrero y un teléfono celular. Pero no eran una jaula, un sombrero y un celular cualquiera; la jaula era una común, de pájaros pero pintada de dorado y cerrada con un candado; el sombrero era de paja con una cinta rosa enlazada a su alrededor en la que se había escrito la palabra LENTITUD con fibra negra; y por último el teléfono, que si bien no podía verse porque estaba parcialmente tapado por el sombrero, sonaba sin parar con el ring tone de La Pantera Rosa.
Ya el caso se aventuraba polémico y complicado por las características de la víctima y a eso se sumaban los objetos que no parecían ser obra del olvido, sino más bien especialmente colocados en la forma y en el lugar para llamar la atención de todos.
Mientras tanto, el teléfono sonaba sin parar.

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9 comentarios

  1. 1. Jose M Quintero dice:

    El relato es muy bueno, Federica.
    me gusto cono incluiste la jaula, el telefono y el sombrero en la escena del crimen, muy a lo Jack el destripador, fue un muy buen detalle.
    tiene una buena estructura, aunque si me desilucionó el final un poco.
    espero pronto leer una segunda parte.

    Escrito el 29 enero 2015 a las 19:57
  2. 2. Margarita Graña dice:

    Bueno, ya me intriga. Demasiado rosa en las pistas, ¿qué significa? Espero que haya otros capítulos.

    Bien escrito, logra interesar sin ser aparatoso. Muy realista como trata la prensa estas noticias, tan frívolamente.
    Muy bueno, felicitaciones

    Escrito el 30 enero 2015 a las 03:42
  3. 3. Adella Brac dice:

    Me gusta el tono que le has dado al relato, muy apropiado a su contenido. Coincido en que el final resulta un poco brusco.
    ¡Un saludo! 🙂

    Escrito el 30 enero 2015 a las 09:52
  4. 4. beba dice:

    Muy buen relato. Gramaticalmente correcto. Elegante y sencillo. Bien construido el ambiente del periodismo y el público.
    Pide por un capítulo 2, y por varios más.
    Felicitaciones.

    Escrito el 30 enero 2015 a las 14:56
  5. 5. KMarce dice:

    Saludos Federica, me he leído entretenida tu relato, el cual te hace pensar en las circunstancias extrañas de su muerte. Hasta ahí, estamos bastante bien. Porque cualquier caso en donde la puerta está herméticamente está cerrada y no hay señal de ser violentada, te hace pensar. A no ser que el hombre araña o un ninja se haya metido por la estrecha ventana medio abierta en el baño. (Perdón, pero me recordó un episodio de Sherlock)
    Creo que seré el aguafiestas aquí, porque aunque el relato entretiene, la finalidad del taller es también buscar la mejora en nuestra escritura, así que seré la primera en notarlo o hacerlo.
    La repetición del nombre de “Leonor Farias”, me pareció abundante e innecesaria en muchos casos. Podrías llamarla “ella”, para que comprendiéramos de quien se hablaba, la protagonista.
    A mí, no me gustó la misteriosa aparición de la jaula, el sombrero y el teléfono en una refrigeradora… me desencajó mi percepción visual, como una pedrada obligada, en una lectura amena con anterioridad. Máxime por que no se explica las razones del mismo y porque estaban en tan peculiar espacio. Siento que la idea quedó huérfana. Y pese a que mencionas que no son “comunes”, no se expresa la razón de su originalidad.

    Mantuviste un buen nivel en cuanto a la ortografía, pero te falló la puntuación, con frases demasiadas largas. Pero en lo particular, a mí me gusta que me indiquen esas erratas que me comentan, con la sugerencia, por lo que te presentó un párrafo, para que notes la diferencia:
    “Un 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María, la ciudad de Buenos Aires, amaneció con una primicia escalofriante: Leonor Farias fue hallada muerta. Encontrada en su departamento del barrio de Belgrano. Parecía increíble que alguien tan joven, tan bella, tan amada y tan odiada hubiese muerto. Las primeras noticias del día, daban cuenta que alrededor de las cuatro de la madrugada, el llamado de un vecino del edificio al 911, alertó sobre ruidos extraños en el 4 C. Cuando la policía intentó ingresar al departamento de la joven, tuvo que pedir auxilio a un cerrajero y luego a los bomberos; ya que la puerta se encontraba totalmente trabada. Asimismo, se dio a conocer que el cuerpo de Leonor fue hallado en la cama, estaba totalmente desnuda y no presentaba signos de violencia. Tampoco su departamento tenía aspecto de haber sido visitado por extraños; todo estaba en perfecto orden, las puertas y ventanas se encontraban cerradas.”
    La puntuación adecuada, puede crear fluidez, enfatizar y marcar datos específicos. Trata de obviar la palabra “que”, muchas veces sobre entendida, si la frase se comprende sin ella, opta por omitirla. También usa los verbos no pasivos (mi talón de Aquiles), para crear movimiento.
    Sin embargo, me he terminado tu relato, con un sabor agridulce, una historia interesante, detalles precisos, lectura amena. Puedo decir que leí, con el deseo de comentarte, porque creo que tienes una veta de donde sacar algo realmente pulido.

    Escrito el 31 enero 2015 a las 06:06
  6. 6. Kenoa Gessle dice:

    Me gusto toda la descripción de la escena del crimen, pero me quede con sabor a poco y a mi también me parecio forzada la aparición de los elementos en la heladera más porque despues no hay un final que explique ese hallazgo.

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 02:19
  7. 7. Fabián dice:

    Muy buenas Federica.

    Comentare en dos partes, primero la forma y luego el contenido del relato.

    Concuerdo con los apuntes que te han hecho los compañeros.

    Es verdad que las frases largas pueden hacer que la historia se torne lenta y acabe aburriendo (en este caso no llega a aburrir). Lo mejor para evitar eso es separarse un poco de la pantalla y ver el texto en todo su conjunto, si lo que estamos viendo es un bloque inmenso de letras es muy probable que ese relato de la sensación de ser muy denso. Esto se evita creando una buena relación entre frases cortas y frases largas, separando párrafos con punto y aparte para ordenar mejor nuestro relato.

    Con respecto a la sintaxis me gustaría hacer algunas observaciones también:

    Quiero señalar una frase que no acaba de encajarme, con tu permiso la citare:
    “Parecía increíble que alguien tan joven, tan bella, tan amada y tan odiada hubiese muerto. ”

    No hay nada de increíble en la noticia de la muerte de una persona odiada, es todo lo contrario, puede ser hasta esperada.
    Yo quitaría ese “y tan odiada”, está un poco fuera de lugar en esa frase. Hacia el final lo volviste a emplear pero en ese contexto si que queda bien, ya que en ese momento ya se ha explicado el pasado de esta mujer.

    Otra observación:

    “Pero no eran una jaula, un sombrero y un celular cualquiera; la jaula era una común”
    Cuidado con las contradicciones, no era una jaula cualquiera pero era una jaula común. Vale si, que la frase continua, pero que sea dorada tampoco la hace inusual, sigue siendo una jaula común.

    Contenido:

    Hay que tener mucho cuidado con los finales abiertos, por que muchas veces lo intentamos y acabamos dando una sensación inconclusa. Es muy delgada la linea que separa un final abierto de un final inconcluso, pero simplemente hay que entender ambos conceptos.

    El final abierto se consigue desenlazando el nudo de nuestra trama, y dejando entre ver que algunos de los cabos sueltos siguen ahí, pero dejándole al lector pistas estratégicas por aquí y por allá para que pueda darle vueltas en su cabeza y pensar en posibles finales o continuaciones.

    El final inconcluso es el que la trama sigue anudada, no tuvo su desenlace y encima se le dan detalles al lector que no puede utilizarlos para idear un posible final, ya que la historia se quedo a medias. El mejor ejemplo de este tipo de finales es la serie de Lost (si, soy un fan muy indignado con ese final >: c)

    Entiendo que querías crear mas misterio aún en la escena del crimen con esos elementos dentro de la nevera, pero es un misterio que no lleva a ninguna parte. Tendría exactamente el mismo resultado que en lugar de esos objetos hubiesen un peluche, un zapato, y un sujetador dentro de la nevera. Daría la misma sensación trivial.

    En resumen:
    Estabas haciendo un gran trabajo construyendo un escenario de misterio, pero es una lástima que la introducción de la nevera con los objetos nos deje sin desenlace.

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 02:38
  8. 8. Cesar A. Martin dice:

    Hola federica, es un buen relato pero parece una primera entrega, ¿no?. Si no es así tengo que dar la razón a los compañeros cuando dicen que los objetos y el final llegan de forma precipitada. También he notado que se repiten algunos puntos y no encuentro el sentido, igual es que no soy capaz de captarlo. Me refiero a lo de odiada y amada o lo de la puerta atrancada y otros detalles. Si es una primera entrega se entenderían muchas cosas y esperaría la resolución de la extraña muerte.
    Un saludo y nos leemos

    Escrito el 5 febrero 2015 a las 15:08
  9. 9. Marcelo Kisi dice:

    Hola FEderica!!

    Te felicito por tu incursión en el género policial, al que yo todavía jamás me animé. Ya los compañeros te han señalado los consejos para pulir este cuento y tu escritura en general, pero te tengo que decir que tiene mucho potencial.

    Yo te agrego un aspecto más, que te va a ayudar muchísimo: abandoná los “elegantismos”, no te hacen falta. El término lo acabo de inventar, pero se trata de esos términos o partículas que muchos usan para dar una sensación de buena escritura, pero que terminás logrando lo contrario: una redacción un demasiado florida y no natural. Eso distrae al lector, que termina concentrándose en tu escritura en lugar de meterse en la historia.

    Ojo, el principio, cuando das el reporte periodístico-policial de la muerte de Leonor, me parece perfecto, porque estás imitando el lenguaje de un cronista de policiales. Ahí me queda la duda de si no tendrías que ponerlo como tal, entre comillas y diciendo: …dijo el reporte de Canal 24, o algo así. Pero en sí está muy bien.

    Me refiero en cambio a algunas expresiones que vienen después:

    “…se esmeraban en recordar”.

    “…se mantuvo al margen de todo lo que alrededor de ella se decía” (la inversión delata el proceso de escritura).

    “…intentar desentrañar lo que la escena quería expresar.”

    “…se aventuraba polémico”

    “…objetos que no parecían ser obra del olvido”.

    Fijate que el resto del relato está escrito en lenguaje simple. Ese es el que vale!! Y por eso esas expresiones desentonan. No hace falta tratar de demostrar lo bien que escribís. Ya lo hacés!

    Un elemento más, que me pasó desapercibido al principio, me costó descubrirlo, pero que también explica cierta incomodidad al leer. Se trata de la excesiva presencia de “duplicaciones”, como si no confiaras en que diciendo las cosas una vez se fuera a entender. A veces no es lo mismo, pero el texto se llena de “y”. Fijate:

    “Tan amada y tan odiada”

    “pedir auxilio a un cerrajero y luego a los bomberos”

    “puertas y ventanas”

    “la puerta del edificio y la calle”

    “se llenó de periodistas y cientos de fanáticos que esperaban ver y saber algo mientras se tejían las mil y una hipótesis.” (tres pares en media oración 😉 )

    “que su voz se escuchara por las radios y su rostro se viera por televisión” (elegí uno de ambos 😉 )

    “una cantidad de detalles y comentarios totalmente insignificantes” (ídem)

    “el prestigioso y queridísimo conductor”

    “se enamoró loca y perdidamente”

    “todo tipo de conjeturas y pasó a ser amada y odiada intensamente y en igual proporción” (otras 3 “y” demasiado juntas)

    En fin, creo que queda claro. Te aseguro que si resolvés esas dos cosas: confiar en tu propia escritura, que es buena sin “elegantismos”, y no escribir tantos pares con “y” en el medio, junto con los consejos de los compañeros, tu estilo se disparará a las estrellas 🙂

    Suerte y nos leemos!

    Escrito el 7 febrero 2015 a las 15:09

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