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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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EL RESCATE DE CUCHI - por Cesar A. Martín

—Que va a funcionar. Hazme caso.

—No sé, no sé. A nosotros estas cosas siempre nos salen mal.

—No seas gafe, joder. Venga, repasemos otra vez —ordenó—, que tienen que estar a punto de llegar, les dije que si se retrasaban un sólo minuto nos pirábamos —se ajustó las gafas de sol—. Cuando me den el dinero te llamo al móvil, entonces traes al perro hasta aquí -señaló junto a sus pies—, y nos vamos cagando leches ¿Entendido?

—No me convence, Hilario…

—¿Qué te he dicho? -le pegó en la cabeza—. Yo me llamo pitbull y tú Don Omar. Nada de nombres, coño.

—Que no tío, que no lo veo.

—Pero, ¿Tú crees que por 300 euros de mierda se van a arriesgar a que le pase algo al chucho? -insistió Hilario.

—Bueno, vale, pero la última vez, que esto de secuestrar perros no me gusta un pelo —dijo mientras se ponía un sombrero de cowboy con estampado de leopardo y unas gafas de espejo. Hilario contempló toda la caracterización sin inmutarse. El Chino, orgulloso, le saludó como había visto en las pelis del oeste.

—Quítate el sombrero anda, que pareces gilipollas.

Un motor se acercaba, sorprendidos se giraron a la vez.

—Corre, vete que ya están aquí —Hilario empujó al Chino que rápido corrió a ocultarse, con las prisas ni siquiera notó como se le caía el móvil.
Un flamante Porsche Cayenne se detuvo frente a Hilario, arrastrando una nube de tierra que lo engulló todo.

—Joputa —tosió Hilario. Se recompuso y aguantó la postura hasta que se asentó la nube. No veía con el polvo de las gafas pero prefirió no limpiarlas, no quería romper la puesta en escena.

—Siento llegar tarde —se disculpó un joven trajeado apeándose del vehículo—, es que no sabíamos cómo llegar. Antes que nada quería darle las gracias —continuó sin pausa—. Para nosotros Cuchi es como un hijo, si le pasara algo no sé qué sería de nosotros, de verdad…

Hilario levantó la mano, enmudeciendo al joven.

—¿Has traído la plata manito? —dijo con un fuerte acento mejicano.

—Sí, sí, claro.

–Okey, pues tráemela no más.

El joven trajeado sacó la cartera, y empezó a contar. Hilario recordó que todavía no habían hablado del dinero:

–Trescientos euros, boludo –saltó a lo que parecía una voz argentina.

El joven trajeado se detuvo:

–¿Cómo?

–Trescientos ándale –volvió al mejicano.

–Vale, vale, como quieras –le tendió el dinero.

Hilario cogió los billetes y marcó el número del Chino. Notó un zumbido cerca, como el de un móvil. Enrique Iglesias comenzó a sonar desde el suelo.

–No me lo puedo creer -murmuró.

El Chino apareció presuroso, con el sombrero calado hasta doblarle las orejas y una pequeña jaula atestada de pelos.

–Lo siento Hilario –dijo poniendo la jaula a sus pies.

–Coge el puto teléfono y cállate –susurró furioso.

–¡Uuuhhh¡ —un chillido agudo se escapó del Porsche, un hombre canoso y bronceado se precipitó sobre el perro— ¿Pero cómo han metido a Cuchi en esta jaula? —el trajeado se agachó y, junto a su acompañante, intentó abrir aquella prisión.

Ya huía Hilario cuando se dio cuenta de que el Chino seguía allí, ayudando a la pareja. Volvió a por él y lo arrastró hacia su coche.

—Espera, que la jaula es de mi sobrino —dijo el Chino antes de que lo empotrara contra los asientos.

El Cayenne bloqueaba la salida. Hilario machacaba la bocina impaciente.

—Atiende chaval —dijo el Chino guiñándole un ojo a Hilario—. Venga, mi amol, que Don Omar se está estresando —gritó con un imperdonable acento cubano—. Y ya que estáis acercadme la jaula —les pidió olvidando la entonación.

Una vez fuera de peligro Hilario reía:

—Trescientos pavos por la cara. Menudos pardillos.

—Ha sido la hostia, tío. Esto lo tenemos que repetir —dijo el Chino—. Parecíamos unos putos profesionales.

—Ya te lo dije compinche buey – remató con un grito mariachi.

*

—Mi cosita bonita, pobrecito, que mal lo habrá pasado con esos brutos —el hombre canoso pegaba su boca a la del pequeño Yorkshire que respondía con lengüetazos. El joven trajeado acariciaba la cabeza de la mascota mientras conducía:

—Que tíos más raros, ¿verdad?

—Sí, y canallas.

—Hombre, tampoco es eso —corrigió el trajeado—, nos han devuelto a Cuchi sano y salvo, y además, sólo me han pedido la mitad de la recompensa.

—Con el sombrero tan horrible que llevaba, no le tenías que haber dado ni un céntimo.

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15 comentarios

  1. 1. Paola dice:

    Cesar, me ha encantado, muy bueno! vaya par de pardillos!
    Está muy bien escrito, la acción no para y el final muy bien pensado.
    Saludos

    Escrito el 29 enero 2015 a las 12:29
  2. 2. marazul dice:

    Está genial tu relato César. Me ha hecho reír de verdad porque lo escenificas muy bien y aciertas con el lenguaje y las descripciones de los personajes. El lector se imagina perfectamente la situación y a cada uno de los cuatro protagonistas. Claro,entretenido y divertido.
    Me ha gustado mucho su lectura
    Un saludo. Marazul

    Escrito el 30 enero 2015 a las 14:54
  3. De principio a fin me hizo reír. El final me termino de hacer el día. Los dos pobres tontos se llevaron la mitad de la recompensa. Y como son tontos me parece que el nombre que uso (Don Omar) es muy acertado. Nunca me cayo bien. Pero lo que de verdad me hizo reír fue las veces que cambiaban de acento. Primero mejicano, luego argentino y después cubano.
    Por mi madre que te quedo bueno. El vocabulario, la estructura, la ambientación, todo.
    Saludos y felicidades.

    Escrito el 31 enero 2015 a las 00:34
  4. 4. M. H. Heels dice:

    Tiene mucha gracia. Es ese humor tonto típico de comedia americana que hace gracia. Para mí, escribir algo divertido es imposible así que me quito el sombrero! 😉

    Escrito el 31 enero 2015 a las 13:08
  5. 5. Emmeline Punkhurst dice:

    César: deberías haber añadido al final del relato la típica frase de “ningún animal fue herido durante la escritura del relato” tan típico de las películas de antes, jajaja. Me he reído mucho y has caracterizado de manera muy acertada a los protagonistas. Un saludo.

    Escrito el 31 enero 2015 a las 16:23
  6. Jajaja
    Genial el detalle de que el pobre infeliz mezcle acentos. Y el final la guinda. ¡Menudos idiotas! Pero idotas adorables.
    ¡Gracias por este buen rato!, ¡Nos leemos!

    Escrito el 31 enero 2015 a las 17:38
  7. 7. Silvyt dice:

    ¡Peazo de escena!
    Era lo primero que tenía que decir. ¡¡Jajajajajajaja!!
    Son todos unos personajes. Parece que lo genial está en estos secuestradores con sus escasas cualidades intelectuales, pero es que la pareja de hombres y su trato con su “cuchi”, el perro, no se queda nada atrás.
    ¡¡Me ha encantado!! Me queda mucho que aprender de este género, también pretendí algo cómico es mi escena, pero… “Chapeau” 😀

    Escrito el 31 enero 2015 a las 20:36
  8. 8. Luis Ponce dice:

    Bien César, todavía me estoy quitando el polvo que levantó el Porche Cayenne. Los personajes muy bien pintados, hay que conocer el medio para meterse con el lenguaje y lo haces muy bien. Es difícil manejar al personaje tonto, porque no se deja, pero lo has hecho muy bien, me llamó a atención la psicología de los dueños. me gusta la comedia y por ahí vas bien.
    Nos leemos

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 17:14
  9. 9. Roger/NHICAP dice:

    Hola César,
    Muy divertido y excelente carectizacion de los personajes, con énfasis en la pareja de secuestradores de pacotilla. Empleas un lenguaje ad hoc, ni deficiente ni excesivo, muy real.
    Me has sorprendido gratamente por el brusco cambio de género respecto a tu relato de diciembre pasado. Un excelente sentido del humor que nos trasmites con sencillez en este texto bien construido y escrito.
    Te felicito y un abrazo.

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 18:31
  10. 10. Diego Manresa Bilbao dice:

    Divertido Cesar!!!
    Un poco lioso, pero muy divertido!

    Escrito el 1 febrero 2015 a las 23:22
  11. 11. David Rubio dice:

    Es un relato excelente. Sobre todo, el desarrollo dialogado de los pillos. Esos cambios de acento son un acierto total. Conseguir una sonrisa con un relato está al alcance de muy pocos. De largo, el género más difícil. Tú lo has sacado con nota.
    Enhorabuena, Cesar.

    Escrito el 2 febrero 2015 a las 23:14
  12. 12. Marcelo Kisi dice:

    César gracias por comentar mi texto, me alegro muchísimo que te haya gustado!

    Excelente relato el tuyo, muy bien el desarrollo de los personajes y la trama a través de los diálogos, mucha claridad, mucho oficio en la ejecución y en la resolución de la trama, y encima muy divertido! Qué más se puede pedir? Felicitaciones y te sigo siguiendo!

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 10:27
  13. 13. José Torma dice:

    Ya te dijeron todo, solo te dire que ningun mexicano diria jamas

    —¿Has traído la plata manito? —dijo con un fuerte acento mejicano.

    La plata no esta en el vocabulario de mi pueblo jaja al menos no en lo que al dinero se refiere. De ahi en fuera me diverti un monton.

    Manito, es lo malo que la imagen de Mexico al exterior este representada por Paulina Rubio, pero manito es un termino que no usamos, mano si.

    En fin pequeñeces.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 4 febrero 2015 a las 01:36
  14. 14. Wolfdux dice:

    Excelente relato Cesar, risa tras risa he llegado al final y no me he dado cuenta. Felicidades. Me quedo con la discusión/conversación entre Hilario y el Chino, jeje.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 4 febrero 2015 a las 10:58
  15. 15. Cesar A. Martin dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios, me alegro que os haya divertido. La verdad que cuando lo corriges y lo relees una y otra vez pierdes la perspectiva y no sabes si es gracioso o una anecdota sosa.
    José lo de la plata es intencionado, igual que lo de compinche buey, que es la versión de estos dos cretinos de vuestro conocido “pinche guey” y cuando el chino llama Don Omar a Hilario habiendo quedado en lo contrario al principio del relato. Quería que hablasen con tópicos que han oído pero que no tienen ni idea de donde vienen o de como se usan, quedar claro que son unos pobres ignorantes.
    Gracias por vuestros consejos y ánimos, que viniendo de quien viene tienen mucho más valor.

    Escrito el 4 febrero 2015 a las 18:40

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