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La huída - por Heronus

No se cruzó con nadie de camino a la boca de metro, era un barrio tranquilo y ya era noche cerrada. Después del ajetreo de la oficina, agradecía la tranquilidad cuando se sentó en el andén a esperar el último tren.

¡BUM, BUM!

¿Disparos?. Sin tiempo para darse cuenta de lo que sucedía, Haron se tiró al suelo cuando una bala impactó medio metro sobre su cabeza.

Aún se estaba reponiendo del susto cuando una chica joven, de unos veinticinco años y pelo rubio, pasó a su lado corriendo hacia la otra salida del andén. Un hombre alto, vestido de negro y con sombrero apuntaba de nuevo hacia donde se encontraban.

¡BUM!

Haron decidió que seguir a la chica era más seguro que esperar una explicación de aquel pistolero, así que la siguió escaleras arriba.

Cuando llegaron al vestíbulo de la estación Haron trató de pedir ayuda en la taquilla, pero no había nadie tras los barrotes de la ventanilla. Parecía una jaula vacía. Si hubiera podido, se hubiese escondido en su interior rogando por que aquel siniestro sicario pasara de largo.

Ella se giró y, en vez de a su perseguidor, sus ojos encontraron a un asustado Haron con mirada interrogante. Si le sorprendió no dio muestra de ello y le dirigió un frugal ¡Vamos! mientras desaparecía en dirección a la calle.

Haron corrió tras ella callejeando por entre los edificios. Al fin se detuvieron tras una esquina.

-Le hemos despistado… por el momento.

-¿Quién es?¿quién eres?¿qué…?

-Escucha, es importante, coge este pendrive, me busca a mí. Llamaré su atención y tú corres a la comisaría más cercana.

-Pero…

-¿Entendido?

-…sí…

-¡Vamos!

Retomaron la carrera y salieron del estrecho callejón justo cuando aquel oscuro ser cruzaba la calle.

Siguió a su guía de melena dorada por entre los edificios. Las paredes le parecían imágenes difusas a su lado, como fotogramas de una película. Un giro a la derecha, otro a la izquierda…

Haron había perdido ya la noción de dónde se encontraban justo cuando, al saltar unos escalones, ella se cayó.

-Mierda.

-¿Qué te ha pasado?, ¿Estás bien?.

-Me he torcido el tobillo…

-¿Y ahora qué hacemos?.

-Ahora, sigue por ese callejón y saldrás a la Avenida Gerbert, luego bajas hacia el parque y verás la comisaría.

No le dio tiempo a contestar. Un fuerte empujón le dejó bien claro que no había turno de réplica.

Haron encaró aquel callejón con la sensación de que todo acabaría pronto. Pero en ese momento…

-¡Ahhh!

Era la voz de aquella chica. Haron se paró en seco y un escalofrío le recorrió la espalda.

-¡¿Dónde está?!

-Llegas tarde…

-¿Se lo ha llevado ese imbécil?. Entonces…

Haron pudo oír cómo montaba la pistola y dudó. No podía irse. Sin saber muy bien qué hacía, dio media vuelta y volvió.

-Déjala, ¿buscas esto? – Sostenía en alto el pendrive. Los ojos fríos del hombre se volvieron hacia él.

-¡¿Qué haces aquí?!

-Te iban a matar…

-¡Callaros! Dame el pendrive.

-Suéltala.

-No estás en disposición de exigir nada, muchacho – dijo mientras orientaba la pistola hacia Haron.

De repente, la joven misteriosa sorprendió al pistolero con una rápida patada en la rodilla y le hizo perder el equilibrio. Cayó al suelo con estrépito. El sombrero y la pistola rodaron por el suelo.

Se enzarzaron en una lucha feroz y ella logró agarrarle por el cuello. Aquel sombrío hombre se revolvía con ímpetu y trataba de golpearla. Rodaron por el suelo hasta llegar a los escalones. La espalda de la joven impactó contra el último peldaño.

Haron no sabía qué hacer. Pero debía ayudarla, así que se abalanzó sobre ellos justo cuando el hombre, liberado de la presa en su cuello, trataba de estrangularla. Tenía que alejarlo de ella…

La patada de Haron le dio de lleno en la cara y el ruido seco de su cabeza contra los escalones fue lo único que se oyó a continuación. El hombre se desplomó sin vida.

Pasaron varios minutos sin hablar. Algún vecino debió llamar por teléfono a la policía, que llegó poco después. A ella se la llevaron en ambulancia y alguien le preguntó si estaba bien.

Los sanitarios le pusieron una manta sobre los hombros. Un hombre con gabardina marrón que se había despedido de la joven se acercó a él.

-¿Haron?.

-Sí.

-La agente Phins me ha contado lo sucedido.

-…

-La investigación es de alto secreto, pero el FBI le da las gracias y no se preocupe, nosotros le llevaremos a casa.

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2 comentarios

  1. 1. Adella Brac dice:

    No entiendo al protagonista, ¿por qué corre detrás de la chica? ¿Por qué arriesga su vida por una desconocida?
    Creo que la limitación de espacio ha jugado en tu contra.
    ¡Un saludo! 🙂

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 12:20
  2. 2. Fabián dice:

    Muy buenas Heronus

    Te comentare utilizando el método del formulario, primero forma y luego contenido.

    •Forma•

    Salvo algunas observaciones que te comentare mas adelante, tanto la puntuación como la sintaxis me parecieron correctas. El relato se lee rápido y se entiende con facilidad.
    Mas allá de que parece el prólogo de una historia mas larga, si lo vemos como relato corto, tiene mucho potencial para que quede aún mejor con una revisión.

    Uno de los problemas que me encontré fueron los diálogos hacia el final, la falta de acotaciones del narrador para aclarar quien está hablando ayudaría muchisimo para evitar confusiones.

    Otra observación es solo un pequeño detalle que me llamo la atención, con tu permiso:
    “A ella se la llevaron en ambulancia y alguien le preguntó si estaba bien.“
    En la segunda lectura di por hecho que ese “alguien” es el hombre de la gabardina marrón ¿No quedaría mejor mencionarlo en lugar de decir “alguien”? De esta forma destacaría mas. El “alguien” me suena a una persona sin importancia que no destaca por encima de los demás personajes.

    Nada, como ves, son pequeños detalles en la forma.

    •Contenido•

    La idea me gusta y como te dije antes creo que se puede mejorar mas.

    Por un lado no puedo quitarme de la cabeza la idea de un metro vacío a la hora que la gente sale de trabajar. Me imagino que el protagonista al salir de la oficina, saldrá con compañeros de trabajo y que alguno de ellos necesitara coger el metro. Y me imagino que no será la única oficina (o lugar de trabajo) al rededor de esa estación de metro. Esas escenas tan vacías de personas me distraen demasiado.

    Cuando lo leo noto que me falta algo y creo que es humanidad en el protagonista. No me lo creo, le falta realismo a sus acciones y decisiones.
    Es muy raro que una persona en su situación decida correr detrás de la persona perseguida, es imposible que no se le ocurra que pueda servirle de escudo humano sin querer.
    Vale, la mente humana es muy compleja y en situaciones extremas es imprevisible, pero creo que cuando afloran los instintos hay solo dos opciones: o nos escondemos del peligro o lo enfrentamos.

    Creo que esto se podría resolver mejor implementando mas gente en la estación, como mencionaba antes, crear caos en la escena. Que el protagonista no vea de donde vienen los disparos y decida correr hacia donde corre la mayoría.

    Tampoco me creí la vena de héroe que le sale al final ayudando a la mujer. No la conoce de nada, se supone que está asustado y confuso, su principal prioridad tendría que ser salir de ahí, ponerse a salvo, ya no está “encerrado” en una estación con poca escapatoria, está en la calle con muchas opciones huida.

    Cuidado con otra observación, hace un momento el prota estaba asustado y buscando donde esconderse, y luego mata a una persona y parece que no le afecta en lo mas mínimo. ¿No quedaría mejor que el golpe lo dejase inconsciente?
    En resumen:
    Una muy buena idea pero que se puede mejorar con no mucho.
    Y si, eso mismo que estas pensando, soy muy pesado si, no te lo negare : D

    Escrito el 7 febrero 2015 a las 13:23

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