El mismo hombre - por R.W Masher

Lo vi entrar al auto y marcharse, era mi oportunidad para entrar a la compañía, pero algo me cubrió la boca y caí al suelo. Desperté algo mareado, el hombre se acercó a mí, y me miró a los ojos. Llevaba puesto mi sombrero y mi traje, el cual reconocí inmediatamente. Nos encontrábamos en mi oficina. El teléfono sonó, el atendió inmediatamente. Aproveché el momento para intentar desatarme y gritar, pero sabía que era inútil.
-Andrea, cancela mis reuniones-dijo el ante el teléfono y luego colgó.
Volvió la vista hacia mí.
-¡¿Qué eres y quien te envió?! Si para cuando te quite la cinta de tu boca, no respondes a lo que te digo, te meteré en la jaula de los tigres.
“Meterte a la jaula con los tigres” es un término que yo utilizaba para decir “no saldrás vivo de aquí a menos que comiences a hablar”
Me arranco la cinta, mi respiración estaba acelerada y los músculos de los brazos me dolían de tanto tironear las cuerdas.
-¡Escucha!-grité-, yo sé que piensas que esta es tu vida pero no lo es…
-¡¿Tu estuviste espiándome a mí y a mi familia?!-Me acerco el cuchillo que tenía en su mano
-¡Ellos no son tu familia! Fuiste creado para reemplazarme, alguien intenta matarme, te implantaron mis recuerdos, pero todas las decisiones que tomas con respecto de la compañía no son tuyas. Crees que lo son, pero no los son, ellos las toman por ti: eres como su robot personal.
¡Melisa es mi hija y Bárbara es mi esposa!, nos casamos en Febrero del año 1997 y tres años después nación Melisa, ¡¿cómo crees que lo sé?!
-¡Ya basta!, aquí el maldito clon eres tú.
-Yo comenzaba a temer por mi vida, sabía de lo que él era capaz o mejor dicho de lo que yo era capaz. La cabeza de la compañía era yo y llegue a este puesto gracias a que fue eliminando a mis competidores y ganándome el respeto de los que ahora trabajan para mí. He matado a muchos hombres y creo que esta situación, alguien como yo, no tendrá problema en hacerlo.
-¿Crees que no he estado siguiendo tus pasos? Conozco bien a mis enemigos, sin embargo no se quien tendrá la inteligencia como para crearte y espero que tú me aclares esa duda.
-Yo no soy el otro, ¡tú lo eres! , esta es mi oficina, mi trabajo y quien piensas que es tu esposa es la mía.
Nuevamente sentí el pañuelo en mi nariz y me desmallé. Esta vez seguía atado pero me encontraba dentro del comedor de mi casa.
-¿Creíste que te mataría en la oficina?, aunque en la oficina no podrían escucharnos, prefiero no correr el riesgo de tener que volver a cargar mi trasero clonado, para deshacerme de tu cadáver. Melisa está en la escuela y Bárbara en el trabajo, así que estamos solo notros o mejor dicho solo yo. Además en mi oficina no podría disponer de este bebe-señaló una maquina junto a él-Tienes cuatro electrodos puestos, dos en tu cabeza y uno en cada brazo.Tiene el suficiente voltaje como para matar a una persona con solo encenderla.
Bien, ahora dime-se sentó en usa silla cercana a mí-Se cómo eres y que piensas, no solo por el hecho de que eres un clon mío, sino porque ya a he tratado a otros como tú. Para ser exactos tu eres el tercero. Si dices que no sabes quién te envió, entonces piensa ¿Quién crees que fue?
-¿R-o-y-al?
-¿Que dices?
-Royal, tal vez fue el.
-No, yo la lo visite a su oficina. Un hombre rico, poderoso, con una gran cantidad de fábricas multinacionales, no, él no es.
¡Vamos piensa! Tal vez necesitas un incentivo-Acerco su dedo a la máquina.
-¡NO, espera!, tal vez tienes un nuevo enemigo.
-¿Un nuevo enemigo?…mmm…no lo había pensado, me gusta como piensas. Así que él tiene un nuevo enemigo.
-Espera, dijiste ¡¿Él tiene?!
-Bueno por mucho que disfruto hablar contigo, me temo que ya debes irte-el hombre presiono la máquina. Tomó la muñeca del fallecido y vio claramente cuatro números marcados (03-25), luego vio en su muñeca los números (04-25) y dijo en voz alta:
-Ahora solo queda deshacerme del original.