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La abuela Silvina - por Margarita Alcázar

El día en que mi abuela murió por un momento el tiempo se detuvo. En cierto modo todos nos lo esperábamos, pero nadie estaba realmente preparado. Ese día hubo muchas lágrimas aunque a mí no me dolió tanto. Mi relación con ella se fue enfriando con el tiempo a causa de su enfermedad. Tenía alzheimer.
Pero no siempre fue así. Cuando era más pequeña pasaba mucho tiempo con ella ya que mis padres trabajaban y mi abuela se encontraba viuda desde hacía pocos años, por lo que nos hacíamos compañía. Los ratos que pasábamos juntas eran muy agradables: me contaba historias de la familia, le ayudaba a preparar la comida, veíamos la tele… cosas normales entre nietos y abuelos. Cuando me resfriaba me preparaba unos jarabes que no se vendían en ningún sitio, “receta secreta nena” me decía, y en un día ya estaba curada. Me hacía gracia que ella no fuera para nada religiosa a diferencia de los abuelos de mis compañeros de clase, así que no me obligaba a ir a misa ni a rezar. De hecho se enfadó un poco cuando mis padres le contaron que me habían bautizado recién nacida. Le apasionaba la lectura y compartía conmigo sus libros, todos menos unos viejos que estaban en lo alto de la vitrina. “Estos son para cuando seas mayor”, me decía.
Recuerdo que era despistada. Fue el principio de su enfermedad. A partir de ahí sólo empeoró. Fue muy triste.
Su herencia para mí, su única nieta, fueron unas cajas con libros, un baúl (con ropa, cacharros y un teléfono roto) y su perico Heliodoro que me entregaron al poco de que ella nos dejara. No tuve ganas de bucear entre tantos recuerdos así que subí todo a la buhardilla y me llevé a Heli a mi habitación.
Al principio el perico no se portaba mal, chillaba como hacen todos pero cuando cogió confianza empezó a hablar. Eran palabras sueltas como “pajarito” o “comida”, lo normal. Algunas veces hasta decía frases congruentes. Pero un día me asustó. Estaba tan tranquila leyendo en la cama cuando dio unos saltos por la jaula y sin darme cuenta abrió la puertecilla de alambre y salió. De pronto me lo encontré revoloteando por la habitación chillando “libro, libro, caja, libro”. Cuando creía que lo había atrapado siempre conseguía escaparse y volar a un sitio más lejos hasta que llegamos a la buhardilla. El pájaro se posó en una de las cajas de mi abuela.
— Heli vamos, esto no tiene gracia — le hice saber al ave un poco irritada. Al intentar cogerlo me propinó un picotazo.
— Caja, ¡abrir!
— ¿Quieres un libro? ¡Vale! Pero déjame ya.
Abrí la caja, retiré un sombrero y saqué el primero que estaba ahí. Heli quiso picarme cuando intenté agarrarlo de nuevo. Por lo visto, el pájaro quería un libro específico. Cuando ya llevaba unos cuantos, saltó al que tenía en la mano y empezó a mordisquearlo. Supuse que era ese, así que con Heliodoro contento volví a mi cuarto esperando quedarme tranquila. No contento con eso, el animal no paró de atosigarme para que abriese el libro.
— Está en blanco, ¿ves? — Le dije poniéndole las páginas delante del pico.
— Letras, cuento.
— ¡No hay nada aquí!
— ¿No ver? Oh… No creer…
Y dicho esto, se fue volando a su jaula y entró. Harta de él le cerré la puerta y la tapé con su toalla.
— No creer magia — dijo tristemente.
Ese maldito bicho iba a acabar con mi paciencia.

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13 comentarios

  1. 1. Jose M Quintero dice:

    El relato esta muy bueno.
    es algo un poco triste y chistoso como el loro insiste en que buscara los libros que le dejó su abuela.
    Aunque si me sentí un poco decepcionado del final, esperaba que se explacara que era el libro, un diario o algo, o unos de los libros que la abuela le decia que eran para cuando fuera mayor.
    a excepcion de eso el relato esta increible.

    Escrito el 29 enero 2015 a las 01:48
  2. 2. Margarita Graña dice:

    Me gustó el enfoque del cuento, para mi quedó claro que el libro especial de la abuela era de magia, que la heredera no llega a captar. Me gustó el final. Felicitaciones

    Escrito el 29 enero 2015 a las 03:47
  3. 3. Adella Brac dice:

    La idea es buena, aunque me parece que el texto está un poco descompensado entre una primera parte, más lenta, de recuerdos y otra segunda, que ocurre en el presente, con más acción.
    Quizá te faltó tiempo, o espacio 🙂
    ¡Nos leemos! 😉

    Escrito el 29 enero 2015 a las 13:35
  4. 4. Margarita Alcázar dice:

    ¡Muchas gracias por vuestros comentarios! La verdad es que el final ha quedado un poco descolgado, pero doy pistas sobre qué es el libro (o al menos esa fue mi intención). Cierto es que me elaboré un esquema en el que pasaban muchas cosas y luego me quedé sin sitio… Pero si aún así os ha parecido bien, yo tan contenta.
    Me pasaré por vuestros relatos para deciros mi opinión en breve.

    ¡Saludos!

    Escrito el 29 enero 2015 a las 19:02
  5. 5. Margarita Alcázar dice:

    ¡Muchas gracias a todos por comentar! La verdad es que el final se ha quedado un poco descolgado, pero bueno, me faltó espacio para terminar todo lo que tenía planteado. Intenté poner pistas para que se entendiera el final, pero creo que no salió todo lo bien que yo quería. Aún así, si decís que os gusta y está bien, me doy por satisfecha.

    ¡Un saludo y nos leemos!

    Escrito el 29 enero 2015 a las 23:21
  6. 6. Kenoa Gessle dice:

    Me paso los mismo. Es como que el final es muy escueto y si bien hay pistas de que es un libro de magia uno se queda con las ganas de un poco mas de descripción. Particularmente a mi me hubiera gustado saber que sensaciones le causaban a la protagonista esas frases tan raras y claras del loro.
    Saludos

    Escrito el 30 enero 2015 a las 15:01
  7. 7. Leosinprisa dice:

    Yo creo que es un buen texto, pero le faltó espacio para poder ser desarrollado como le hubiese venido bien. Yo ni mucho menos soy un experto, cometo muchos errores y me ocurre como a ti, a veces intento dirigir una idea y no logro que el lector la capte como a mi me gustaria. Ese es el reto que tenemos que afrontar, pero no te preocupe en demasia esta circunstancia, con el tiempo y un buen monton de textos, yo creo lo superaremos, :). Un saludo.

    Escrito el 30 enero 2015 a las 15:16
  8. 8. KMarce dice:

    Margarita, hoy he leído poco, pero me detengo en tu relato porque creo que vale la pena comentarte, porque entiendo tu punto de vista.
    Poner en una cantidad X de palabras, no es suficiente cuando la idea es tan amplia, creo que te pasó esto.
    En general, pienso que es un buen relato. Me sentí muy triste que la abuela ya no fuera tan apreciada, como lo era previo a su enfermedad; porque yo pasé no lo mismo, con la mía. Pero mi abuelita era de excelente memoria, pero quedó muda por un derrame cerebral que sufrió y la dejó postrada tres años, el último año recuperó el habla parcialmente, y murió a la tierna edad de casi noventa y ocho años.
    Sentimentalismos aparte, la idea original me pareció muy buena. Pero estamos para crecer, y aunque veo una ortografía cuidada, no así la puntuación, con frases largas sin respiro. Recuerda que una coma, también crea énfasis. Y bueno, había que decir mucho en poco espacio, cortar algun detallito por ahí, para aclarar las dudas que han quedado, como te han mencionado.
    Es la primera vez que te leo, (sigo leyendo los retos de diciembre de a poco), y me ha resultado ameno, creativo y fantasioso. Pule tu estilo, pienso que éste tipo de relatos te queda bien.
    Si quieres opinar mi relato, es el número 180. Es la primera vez que hago público uno de mis escritos.

    Escrito el 30 enero 2015 a las 19:12
  9. 9. Margarita Alcázar dice:

    ¡Hola KMarce! Me alegro que mi escrito te haya hecho reflexionar y recordar… Lo cierto es que tienes razón, con los signos de puntuación tengo peleas sin resolver. Pero bueno, es lo que tengo que ir aprendiendo poco a poco. Espero poder ampliar esta escena a algo que tenga más chicha y resolver las dudas que os ha creado a todos. Estaré encantada de leer y comentar tu escena 😉
    ¡Saludos!

    Escrito el 30 enero 2015 a las 21:08
  10. Que puedo yo decir que no hayan dicho los compañeros? Concuerdo con el final y el asunto del libro. Me hubiese encantado saber mas sobre eso. También el asunto de la enfermedad y la muerte de la abuela me pareció bien manejado. Pero me gustaría saber mas sobre el loro. Es que en cierto aspecto es cómico e interesante. Es como si fuera mas un amigo que una mascota de la abuela.
    En resumen, esta bueno tu relato y engancha desde el inicio.
    Saludos y te felicito.

    Escrito el 31 enero 2015 a las 17:17
  11. 11. Cesar A. Martin dice:

    Hola margarita, me gusta como nos conduces por los recuerdos de la protagonista y como adornas la realidad con pinceladas de magia. Pero podrías mejorar el relato presentando a la abuela por sus actos como lo del jarabe, eso dice más de ella, que todo lo que describe la protagonista sobre su relación con la abuela. Un saludo y nos leemos.

    Escrito el 5 febrero 2015 a las 11:43
  12. 12. Aristides Neppo dice:

    Me gusto mucho tu relato Margarita Alcazar, muy bien esctructurado, cargado de magia. Me quede esperando un poco mas del final, pero de todos modos, la historia me gusto de principio a final. Felicidades.

    Escrito el 6 febrero 2015 a las 23:31
  13. 13. Margarita Alcázar dice:

    ¡Hola Ryan, Cesar y Aristides! Muchas gracias por comentar. Siento haber tardado tanto en contestar pero es que desconecté durante unos días. Espero que no os moleste si os contesto a todos a la vez en este comentario…
    Me alegro que os gustara a todos. La verdad es que le puse cariño al relato. Quise hacer una historia que hablase sobre la fantasía de los niños y cómo se va perdiendo por el camino. Realmente me quedé sin espacio para poder desarrollar bien toda esta idea, que tiene su complejidad, pero espero llevarla a cabo.

    Ryan, la verdad es que Heliodoro es adorable. Aunque tenga un nombre rebuscado, has acertado en tu observación. El animalito era un amigo y la voz de la razón en los últimos días de la anciana. También he de decir que tiene más años de los que podría tener un pájaro normal y es conocedor de muchos secretos de Silvina.

    Cesar, es un poco complicado lo que me pides, porque es complejo intentar describir el recuerdo de una persona mayoritariamente con actos. Lo digo porque a mí me ocurre… Cuando recuerdo a una persona es de forma general, con impresiones en momentos concretos, olores e ideas. Pero aún así, te agradezco la observación e intentaré probarlo para otro relato 🙂

    Arístides, gracias por tu comentario. Realmente lo del final ha sido un poco “fail” porque en mi cabeza quedó estupendo, pensando en que crease suspense, y ha resultado un poco vacío. Es una pena haber fallado en el final porque es lo que debería de ser más épico y grande… Intentaré mejorar para la próxima.

    ¡Un saludo para todos y nos leemos!

    Escrito el 10 febrero 2015 a las 21:19

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