Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Salida - por Kenoa Gessle

Una angustia infinita se le atoro en la garganta. Esas paredes, ese cuarto, esa pequeña ventana dejando pasar un mísero rayo de luz lo habían cansado. Miraba a sus lados tratando de encontrar algo que cortara la monotonía. Se sentó y respiro profundo nuevamente. Día tras día siempre lo mismo.
Busco algo a lo que poder subirse y trato de mirar por la minúscula ventana, trato de capturar un poco de esa luz que había afuera. Quizás pudiera observar el movimiento de la gente, escuchar alguna risa o algún motor de auto.
Cuando se canso de buscar, volvió a sentarse con la vista perdida. Se rasco la cabeza largo rato como si buscara que su cerebro se activara.
La puerta se abrió dejando escapar un poco de aire viciado y entro él. Alto, con imponente presencia, lo miro fijo y su voz impartió ordenes que lo sacaron del transe. La voz cada vez fue más dura, las palabras se convirtieron en dagas. Aguanto los golpes y bajo la cabeza. La mirada se fijo en el gris del piso tratando de huir mientras el ataque seguía.
La angustia en su pecho crecía a cada instante, ya casi no los dejaba respirar.
De pronto unas notas musicales le dieron fin a la catarata de gritos. El hombre alto saco de su bolsillo un teléfono y contesto la llamada.
Su mirada tuvo un destello de luz, de rabia. La angustia contenida se había transformado en odio. No supo cómo, peros sus manos se cerraron sobre el cuello del hombre. Una fuerza que desconocía hizo de sus manos una tenaza irrompible. El cuerpo del hombre se resistió unos instantes. Cada temblor era menos intenso. Las manos agarrotadas soltaron y volvieron a la calma de siempre mientras el cuerpo inerte caía con un ruido sordo.
Volvió a respirar, había contenido el aire todo ese tiempo.
Miro el suelo, miro aquel despojo que había quedado tendido. Luego miro sus manos, esas cuyo poder desconocía, esas que habían arrebatado una vida.
Se petrifico un instante. Luego como un reflejo sacudió su cuerpo, como dejando atrás todo los sucedido, como desprendiéndose en ese acto de la angustia que lo oprimía.+
Tomo del suelo el sombrero gris de la ancha que usaba el hombre, abrió la puerta y salió de su jaula.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

6 comentarios

  1. 1. Margarita Alcázar dice:

    ¡Hola Kenoa! Qué brutal ha sido esta escena… La verdad es que la parte del asesinato me ha parecido impactante. Quizá lo que no me queda muy claro es el lugar donde ocurren todos los hechos. ¿Es una cárcel? Independientemente de eso, creo que has narrado bien lo que le ocurre al protagonista respecto a esa especie de locura psicópata.

    ¡Gracias por comentar y un saludo!

    Escrito el 30 enero 2015 a las 16:48
  2. 2. Kenoa Gessle dice:

    Gracias Margarita. Para serte honesta me base en la sensación de ahogo que alguno días me agarra en el trabajo y no es que quiera matar a mi jefe eh? jajaja, pero tengo ganas de salir de la jaula ;). Me concentre mucho en describir las sensaciones del protagonista y no le preste atención al ambiente eso dejo un poco en ascuas a muchos. Anotado para la próxima. Gracias por comentar.

    Escrito el 30 enero 2015 a las 21:17
  3. Debo decir que he hecho trampas, primero leí los comentarios y luego el texto por lo tanto me imaginé al protagonista, directamente, en una oficina y ¿sabes que? Ha sido genial presenciar en vivo y en directo el asesinato del jefe! jajajaj
    Muy bien, me ha gustado mucho, me alegro que pasaras por el mio para así hacerme venir aqui!
    Un saludo.

    Escrito el 31 enero 2015 a las 09:48
  4. Buen relato. Dejas con ganas de saber el cómo, dónde, quién y por qué del protagonista. Me recuerda un poco a la peli “Cube”, no se si la habrás visto, si no es así, te la recomiendo.
    Un abrazo, ¡nos leemos!

    Escrito el 31 enero 2015 a las 16:48
  5. Desde el inicio pensé que era una cárcel. Como dijo Margarita, la parte del asesinato fue impactante e intensa. Me gustó mucho como la manejaste.
    Lo único que te recomiendo arreglar son los verbos en pasado, como respiró, buscó pues llevan acento. También algunas repeticiones de palabras que solo suceden en dos párrafos.
    Pero eso son detallitos. Tu relato es excelente. También quiero felicitarte por que ademas de excelente, usaste pocas palabras.
    Saludos y felicidades.

    Escrito el 2 febrero 2015 a las 14:32
  6. 6. Marcelo Kisi dice:

    Kenoa hola!

    Ya te lo han dicho, un relato de suspenso, cuya mejor parte es la del asesinato en sí. Efectivamente si no lo explicás parece una cárcel. Cuando la verdad es que hay muchas situaciones “institucionales” donde se da esta relación de “jefe” y “subordinado”. Pudo haber sido un maestro gritándole al alumno, una enfermera al anciano en un geriátrico, y muchas otras. Dado que al leer no podemos ser “genéricos”, sino que nuestra mente construye una escena específica, tenés que elegir vos qué película querés proyectarle al lector. Si no es la de una cárcel, danos alguna otra pista de que se trata de una oficina: la foto familiar en el protector de pantalla de la compu, algún cartel con una de esas frases oficinezcas en una de las paredes, alguna plantita de escritorio, o la taza de café personalizada con su foto.

    Lo que sí me parece fantástico es que no lo hayas convertido en un soñar despierto por parte del empleado, lo cual habría sido un cliché, sino que el tipo mató de verdad a su jefe, sin más ni más.

    Buen relato!!

    Escrito el 3 febrero 2015 a las 16:15

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.