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Un domingo por la mañana. - por Ana Fernández Muelas
La desorientación es mi guía. Siento la zozobra a cada paso. Con la mirada anclada en la acera no quiero sentir y no dejo de sentir. Alzo la cara ante la incredulidad de un momento que ha quebrado el tiempo: el todo es ahora nada.
No siento calor en su abrazo y su llanto se evapora antes de caer sobre mi hombro. Sus palabras, entre sollozos, se repiten como ecos en mi cabeza: “No me hagas esto; tú eres la fuerte”. Como una autómata le abrazo intentando comprender el porqué de lo que está diciendo. Se va.
Comentarios (7):
Luis Ponce
24/02/2015 a las 01:57
Se llama desesperanza y es una razón para escribir.
Me gusta.
Sigue así.
beba
24/02/2015 a las 21:53
Mucha fuerza expresiva; y muy buena síntesis. Felicitaciones.
Adella Brac
25/02/2015 a las 08:49
No estoy segura de captar el sentido de la historia pero me gusta el estilo.
¡Un saludo!
Brenda
27/02/2015 a las 22:11
Me pasa como a Adella! Me gusta las contradicciones (que no son exactamente contradicciones) del primer párrafo.
Saludos!! 😀
Écrit
02/03/2015 a las 13:15
Muy buen uso de la contraposición de elementos, te ha quedado muy poético 😀
Delfina
02/03/2015 a las 20:49
Un sentimiento intenso, muy bien narrado. Enhorabuena
Sibila
18/03/2015 a las 20:29
Mas vale tarde que nunca. Tu texto me ha emocionado. Pura poesía. Saludos