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La radio que ya no comunica - por Mafalda69

Comienzo el día obsesionada por escuchar, porque ya no puedo ver.
Sólo me dejaron la radio, se apoderaron de la televisión, y de mi vista al mundo exterior, a la verdad de las imágenes en vivo.

Hoy, como todos los días en las últimas semanas, enciendo la radio, y escucho el mismo canal, porque no hay variedad, sólo me interesa escuchar alguna noticia, suena música; reggaetón, venezolana, pero yo no escucho, no me interesa, ¿cuánto tiempo tiene que pasar, para saber que está ocurriendo?, ¿Podré salir a la calle? sigue sonando la música, decido salir, me visto con mi franela blanca; blanco por la libertad, la esperanza, la paz, aunque no lo crea, por supuesto me llevo la radio, como agradezco a la tecnología, todo en un solo aparato; mi celular.

Por fin, dicen cual es el punto de concentración, donde lo vamos a acompañar, me pregunto ¿en verdad se lo irán a llevar preso? ¿Cómo lo pueden culpar por las acciones de los demás? , ¿Por palabras que no dijo? ¿Por muertos que no mato? mis pensamientos se interrumpen por la noticia de enfrentamientos entre civiles y guardias en otras ciudades, heridos, multitud concentrada en la capital, esperando que llegue el hombre quien con su discurso nos devolvió la esperanza, la dignidad de seguir creyendo que es posible un cambio, luchar y resistir sin violencia.

Y otra vez música, irónico, música en un momento así, sigo caminando, alrededor mío miles de persona que van al mismo lugar, caminamos dueños de las aceras y las calles, entre gente con banderas y consignas, casi no escucho la radio, busco por todas la estaciones y no dicen nada, solo música y propaganda del gobierno ¿Dónde estamos los que no somos políticos, los que queremos democracia, justicia, igualdad? Ya no estamos en la televisión y ahora cada vez menos en la radio, desapareciendo, ya no existimos.

Sigo caminado, y la gente grita, allá va, ya está llegando, y sí, es él, rodeado de compañeros de lucha, le entregan un megáfono. En la plaza brión de caracas, ante la barricada de la guardia nacional que no deja pasar a nadie hacia el centro de la ciudad, él se sube a una estatua, y allí se dirige a la multitud. Su intención era llegar al palacio de justicia, pasar el piquete de la guardia y presentarse ante una justicia injusta, porque tenía orden de captura, pero la guardia nacional se lo llevo, lo arrestaron allí, no nos dejaron ir al palacio de justicia, las personas lloraban, corrían, bloqueaban la tanqueta de la guardia donde lo llevaban, los guardias lo dejaron salir de la tanqueta para dirigirse a la multitud, él pidió que no hubiera violencia, que lo dejaran seguir sólo, que si su encarcelamiento servía para despertar a un pueblo y dejar evidencia de lo que aquí sucede ante el mundo bien habrá valido la pena, lo metieron otra vez adentro, la guardia empezó a dispersar a la gente, se apartaban y corrían detrás y a los lados, acompañando el recorrido, hasta que se alejaron.

En todo ese tiempo la radio pegada a mi oído y yo no escuchaba, estaba tan concentrada en lo que sucedía a mí alrededor que ya no estaba obsesionada por escuchar, hasta que se alejaron y volvió mi angustia; ¿Qué está pasando? ¿Qué van a hacer con él? mi mente, mi oído, mi ser, regreso a la radio, conseguí una emisora que narraba todo, podía visualizarlo en mi mente, la tanqueta tuvo que dar muchas vueltas para poder salir de allí, calles llenas de gente, protestando, hasta que al final salieron a la autopista y ya no se supo más, comenzó una cadena nacional en todo los medios por el presidente.

Una vez más quede sin información, sin mi derecho, frustrada, decepcionada como el resto de la multitud, ya no habían consignas, sólo el sonido del movimiento de la gente a mi alrededor, dirigiéndonos a cualquier otro lugar, una sensación de vacío e incertidumbre se apodero de varios de los que allí estábamos, queríamos seguir protestando pero, ¿ante quién? No había quien nos escuchara, quien nos viera, desaparecimos en una cadena de radio y televisión nacional. Sólo me quedo el celular, sólo las redes sociales eran mi compañía, con ellas sacié mi sed de ver, oír, saber, Y así sería a partir de ése momento, ahora obsesionada con el twitter, agradeciendo los avances de la tecnología en un país en el ya no se respeta la libertad de expresión.

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2 comentarios

  1. 1. Leonardo Ossa dice:

    Mafalda69 tu historia es un acierto con lo que sucede en la realidad venezolana. Me parece que la radio cobra allí una importancia suprema. La propuesta de Literautas con la puesta en escena para este mes resultó muy acorde con lo que quieres expresar. Nos das con tus palabras una imagen de lo que significa para cualquier ciudadano, el hecho de estar bien informado. Espero volver a leerte más adelante.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 03:11
  2. 2. KMarce dice:

    Mafalda, saludos.
    El poder de la palabra, sea dicha, sea escrita, es más fuerte que las balas. Siempre he pensado que podemos valernos de la literatura para expresar las condiciones sociales en las que vivimos, no es un hecho nuevo, la crítica social, etc.
    Recien he estado estudiando la satíra del siglo XVI, (el teatro llamado Burlesque) en donde a través de la misma se condenaban las arrogancias e injusticias sociales, muy propio de lo que lograra Cervantes o Shakespeare.
    Te felicito por poner tu grano de arena en este sentido.
    A través del relato, el sentir de esta persona, es evidente no solo en ella, sino la vivencia de todo un pueblo que quiere, demanda y necesita justicia social.
    En cuánto a la forma, cuida mantener siempre las mayúsculas entre los signos ¿?, algunas tíldes faltantes y alguna coma que corta la frase, lee de nuevo en voz alta y verás que en muchos casos es mejor obviarla y dejar la frase más larga, ya que causa mayor fluídez e impacto.
    Son detalles que son remediables. Rogamos porque la justicia social, la paz llegue a todas las naciones latinoamericanas que sufrimos por malos gobernantes.
    Enhorabuena, nos leemos.

    Escrito el 15 abril 2015 a las 04:33

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