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LA GRAN CARAVANA - por PEPE ILLARGUIA

Web: http://arkanovviii.blogspot.com

Se baja del coche, no solo para estirar las piernas, también quiere dejar de escuchar a la parienta:
-Acelera, frena, no ves que le das.
Y silenciar en su cabeza, al menos una vez, los lamentos de los niños:
-Ay, cuándo llegamos, deja, me meo, se lo voy a decir a la mamá.
¿Era ese el atasco final?, no se podía avanzar un solo metro. Por el carril derecho de la Carretera Nacional que circula en paralelo al mar, asoma una fila interminable, millares de kilómetros de familias, con sus vehículos con las ventanillas bajadas, aparcados uno detrás de otro, morro contra culo, con el motor al ralentí, bajo un sol de justicia de más de cuarenta grados. El asfalto parecía querer derretirse bajo los pies. El olor del queroseno se mezclaba con la brisa marina fundiéndose en un aroma de chipirones fritos.
Poco a poco, los conductores, después de calibrar con la mirada el horizonte atrás y adelante, y leer en su muñeca la confirmación de que la hora había cambiado apenas hacía un minuto, se separan del sofoco de la chapa ardiente, buscando la complicidad del vecino:
-Buen atasco llevamos.
-Eh, sí, sí.
Mira disimuladamente el interior del Ford verde, niños y abanico, igual que el Simca rojo detrás del suyo. Se arriesga a avanzar otros treinta pasos, sabiendo que cada paso le aleja de sus circunstancias, y le aproxima al paroxismo del claxon que, sin dudarlo, se aprovechará del hueco que deje cuando de nuevo se reanude la procesión. Hace caso omiso de la voz de soprano enfadado que se asoma por la ventanilla:
-Antonio, no ves que arranca.
Y disimula, como si ese Antonio no fuera el mismo que pidió sus vacaciones en agosto.
A lo lejos ve un guardia de tráfico, con la moto atravesada, compartiendo un pincho de tortilla.
-Voy a ver si me entero de algo -se justifica para seguir su tierna huida.
No deja de mirar atrás, y por un momento le ha parecido ver un niño, con el moco colgando, asomado por la ventanilla trasera de su Renault 8 blanco sucio:
-No -se engaña-, no es el mío.
Una gota de sudor, y otra más resbalan por su cara. Cuando cruza el espacio de una pareja que se besa apasionadamente, ajenos al tumulto, se acelera el ritmo de su corazón.
-Si todavía no son novios, solo puede ser un amor de atasco. Sonríe al escaparse un guiño que no deja de ser una mueca inútil para un niño que no pierde detalle desde la atalaya de una DKV gris, y observa al elemento parecido a una foca, que llega a su altura y desaparece.
Cuando se acerca al guardia, ya ha dado cuenta del bocata y está empinando una bota de tinto. El sonido grabado de una casete deja oír su ronca melodía:
-A la caída de la taarde, San José de Arimateea, dejó la radio en el suelo y se puso a bailar…
Del Supermirafiori naranja se baja un gitano rubio con la uña del pulgar como la pala de una excavadora, y le dice:
-Qué colega, quieres pillar, o te va el Veneno.
Como no conoce la jerga, no sabe que le está ofreciendo droga, y al mismo tiempo le pregunta por el cantautor.
-Yo -balbucea dirigiendo su mirada al guardia-, solo quería saber cómo va lo del atasco.
El guardia eructa, se limpia los restos del clarete con el dorso de su mano y le dice muy serio:
-¿No ve que no se debe abandonar la columna?
Agacha la cabeza y responde:
-No, si ya.
Se da media vuelta y al alejarse oye el chisporroteo de la emisora de la moto:
-… PRRRUCHIFT…, ahí en la playa de Levante…, cambio…, veintiocho kilómetros…, diez horas…, TSSSOPRIT…, cambio…
El camino de vuelta le parece como una redención, el regreso a lo cotidiano y conocido, el niño de la DKV hurgándose la nariz, la pareja a lo suyo:
-Dale que te pego, pero… –se sorprende-, aquel que se esconde en su Fura amarillo ¿no es Martínez, el de mantenimiento?, y eso que decía que no tenía ni un duro.
Dos niños juegan a la pelota.
-Niño –vocea- no le des tan fuerte que vas a romper el retrovisor de ese Renault.
Las lunas de los coches reflejan los rayos de un sol abrasador que golpea sin descanso:
-Hay que ver lo que se parecían esos niños a mis hijos Manolo y Pepito.

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18 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Lo he leído de una y cada vez más rápido, pues a mi también se me ha metido la temperatura, el calor, el sudor y la arena quemante que te llega con el viento. Bien descrito el atasco aunque a veces parece que estuvieras en una película de las realistas de los años setenta.
    Ahora el mensaje es verdadero: para que te quejas de lo tuyo si lo del vecino es peor.
    Me gusta, saludos.

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 23:30
  2. 2. ILLARGUIA dice:

    Gracias a mis tres comentaristas, han sido muy variados en sus críticas.
    Luis, has acertado, yo quería ambientarlo en los ochenta, con un toque realista, como si fuera una película italiana en blanco y negro con leves pinceladas de color en los coches, el guardia compartiendo el bocata de los camellos, la casete con la canción de Kiko Veneno, el calor agobiante, el olor a chipirones, en fin el leitmotiv es la acumulación sensorial que solo una caravana en pleno verano es capaz de proporcionar.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 00:47
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Pero así y todo volverá a salir el próximo verano porque tenemos mala memoria o porque la caravana no es sino la factura de lo que disfrutó en la playa.
    Me alegro que te guste el humor. Con humor hasta las caravanas son pasajeras.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 01:05
  4. 4. Juana Medina dice:

    Muy bueno! Tal vez por el atasco y la caravana me hizo acordar a Autopista del Sur de Cortázar. Probablemente tenga que ver también la época en que quisite ubicarlo. Las pinceladas de color me gustaron mucho.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 16:58
  5. 5. Cesar A. Martin dice:

    Hola Pepe, todo lo que buscabas lo has conseguido, el ambiente, las sensaciones, la algarabía… además la personalidad del protagonista merece mención especial. Y
    como a Juana Medina también me lleva al cuento de Cortazar, ya solo por eso deberías estar orgulloso.
    Enhorabuena y un saludo.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 11:06
  6. 6. ILLARGUIA dice:

    Gracias amigos pero no creo merecer los elogios ni las comparaciones. Todos intentamos mejorar, y de alguna forma es un poco el relato del grupo, de literautas.
    Acabo de publicarlo en mi blog con una frase final que no cabía en las 750 de límite.
    -Hay que ver lo que se parecían esos niños a mis hijos Manolo y Pepito. Ya verás la Montse cuando se lo diga.
    Este es el punto ¿final? de un personaje al que se le ha derretido el seso por el calor, y se pasa, no reconoce ni su coche, ni a sus propios hijos.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 19:01
  7. 7. lunaclara dice:

    Hola! Que risa me ha dado con tu relato!! Y la verdad es que me lo he imaginado tal cual tú te lo habías propuesto: años 80, peli en blanco y negro… Uff, esos calores son los que hacen en agosto aquí en Sevilla, jeje, y tenemos jerga propia también 🙂
    Muchas felicidades!!

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 00:17
  8. 8. beba dice:

    ¡Qué bueno! Un lenguaje pulcro; un manejo excelente de la metáfora y la imagen sensorial. Un ritmo tan asixiante como el atasco; y el detalle de pasarse de auto y perderse de los niños. Genial.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 02:49
  9. 9. José Torma dice:

    Tocaye, que buen relato, una situacion no tan cotidiana como un atasco en el trafico. El protagonista pasa por diferentes estapas y eso se disfruta mucho.

    Felicidades.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 22:16
  10. 10. Marcelo Kisi dice:

    Hola Pepe!
    Vine por la impresión que me causó tu micro el mes anterior, y no defraudaste tampoco esta vez. Maestría para dibujar una escena que efectivamente tiene reminiscencias de otras obras artísticas que los compañeros te mencionan. Me causó curiosidad esa frase final así que entré en tu blog, pero no encontré el relato, no figura a la cabeza o algo ocurrió.
    De todos modos, disfruté mucho de tu relato, felicitaciones!!

    Escrito el 1 abril 2015 a las 05:32
  11. 11. Piloska dice:

    ¡Vaya si me recordó algún atasco de semana santa!, pero sin olor a gambas, solo a alquitrán derritiéndose, caras largas y algún que otro listillo tratando de adelantar al ritmo de unos cuantos insultos procedentes de coches de distintas formas y colores…
    Muy bueno y muy divertido.
    Gracias por leer el mío.

    Escrito el 2 abril 2015 a las 18:51
  12. 12. Troya dice:

    ¡Con lo que me agobian los atascos, y me ponen de los nervios! Me he sentido como si estuviera en uno.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 3 abril 2015 a las 23:08
  13. 13. beba dice:

    Hola, Pepe:
    Acabo de releer tu comentario en mi cuento. En la 1°lectura, hace varios días, no entendí a qué apuntaba; supongo que es un simple suspiro de nostalgia.¿Sí?
    Pero esta realidad de “polizontes” miserables, coincidía, en Europa con nuestras dulces y calentitas navidades infantiles alrededor de la radio. Y, bueno.La 1°Navidad también fue desamparada, sin sidra ni arbolito. Y,la verdad, a mí me choca más la actual navidad Papa Noel.
    Gracias por leer y comentar.

    Escrito el 6 abril 2015 a las 01:35
  14. 14. Mon dice:

    El texto está muy bien escrito y redactado se nota que tienes tablas en esto de la escritura. Tal vez el tema que elegiste me resultó un tanto aburrido como lo son las caravanas en si mismas según mi punto de vista claro.
    Gracias por leerme.

    Escrito el 6 abril 2015 a las 13:12
  15. 15. Adella Brac dice:

    Coincido en lo que ya te han dicho; dominio en la creación del ambiente, uso magistral de la descripción, tono adecuado al mensaje… en fin, un texto redondo. ¡Buen trabajo! 😉

    Escrito el 6 abril 2015 a las 13:27
  16. 16. Chiripa dice:

    Tremenda descripción del tranque y la utilización impecable del lenguaje.
    He sentido en carne propia el calor abrasador y el desespero de la impotencia.

    Enhorabuena, Pepe

    Escrito el 7 abril 2015 a las 18:41
  17. 17. Dan dice:

    Buenas, por fin puedo ponerme a leer un poco. Primero y ante todo gracias por tu comentario en mi texto. No debería hacer falta que salieras corriendo, espero que mi relato no resulte ser profético… =P
    En cuanto a tu relato, coincido punto por punto con lo que te han dicho hasta ahora, por ejemplo Cesar A. Martín entre otros. Consigues recrear a la perfección ese ambiente que todos hemos vivido alguna vez. Pulcro y cuidado, lo he podido leer sin ningún problema.
    Te seguiré leyendo 😉
    ¡Un saludo!

    Escrito el 15 abril 2015 a las 15:37
  18. 18. KMarce dice:

    Saludos Illarguia.
    Buenos comentarios ya te los han dado, así que solo me deja felicitarte por hacer de una escena tan caótica y asfixiante, llevadera. Solo que no es mi ambiente, porque no hay nada mas frustrante para mí que el calor, el cual destesto, y detestaré toda mi vida. Así que se me coció el cerebro al leerte si te sirve de mérito.
    Yo me comprendí cuando se vió a “Martínez”, e intuí que hablaba de si mismo sin reconocerse, pena que no te ajustaran las palabras para calar esa parte que hubiera sido la cereza en este helado, no derretido 😀
    Me ha gustado porque me ha hecho recordar una divertida peli italiana llamada “Benvenuto al Sud” y la cara de pena que tenía el protagonista al encontrarse, eso sí él sin compañia por viajar solo, en una “parada” en el tráfico, pero él muy serio del “norte” no entendía ni una coma de lo que decían los del sur. Quizá la frase que me gusto más de la película es: “Cuando vienes al Sur, lloras dos veces, la primera porque no quieres vivir aquí y la segunda, lloras porque no te quieres ir”.
    Nos leemos.

    Escrito el 23 abril 2015 a las 00:50

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