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Te sigo mirando - por Leticia Chillemi

El autor/a de este texto es menor de edad

TE SIGO MIRANDO…

Te sigo mirando. Es obvio que ni siquiera te percatas de que estoy tan pero tan cerca de ti. Pero no te culpo por eso, ya sé que la oscuridad que me rodea te hace imposible mirarme. O darte cuenta de que yo, en silencio, te sigo mirando.
Te sigo mirando al igual que cada día desde aquel 21 de marzo. Te miro cuando te sientas en el mismo banco de siempre, en el que antes compartimos tantas tardes juntos. Ahora, ya nada es igual. En ese banco sólo estás sentado tú, con la única compañía de la pequeña radio gris, que sólo llevas para justificar tu presencia ahí, para que la gente no te moleste ni se dé cuenta de tu soledad. Pero sé que, en realidad, no le prestas atención a las palabras que ella despide. Simplemente estás concentrado en la nada. Y, a diferencia de esas tardes felices, hoy no voy a poder besarte, ni abrazarte, ni tocarte. Sólo te voy a seguir mirando.
Me pregunto qué pasaría si te llamo, si te grito o si hago algo para atraer tu atención, pero seguramente no me escucharías, y me sentiría más frustrada aún de lo que ya estoy. Me acerco más a ti, y te sigo mirando.
Tengo las lágrimas amontonadas en lo más profundo de mi corazón pero no puedo dejarlas salir. Sencillamente no puedo. A pesar de lo doloroso que es seguir mirándote.
Me destruye verte así de desolado. Me destruye saber que es mi culpa. Y, en el fondo de mi corazón, sé que lo más sano sería irme, olvidarme de ti y seguir adelante. Pero sencillamente no puedo. Mirarte es como una droga de la que no puedo prescindir. Te sigo mirando.
Me sorprendo al ver que te quedas paralizado, mirando a la nada, y las lágrimas, esas lágrimas gruesas y cristalinas que he visto aparecer más veces de las que querría, no tardan en acumularse en tus ojos grises. No entiendo por qué, pero enseguida me doy cuenta.
Es la radio. Está pasando “esa” canción. Nuestra canción. La que sonaba en el baile el día que nos conocimos. Es irónico, como si la vida misma se estuviera burlando de nosotros, como si los ángeles se nos estuvieran riendo en este momento.
Solía amar esa canción pero ahora… es diferente. Y es que esa misma balada sonaba el día en que me marché, el día en que dejé de ser una parte de tu vida. Otra jugada del destino, supongo. Antes, la asociaba con alegría, con la felicidad de tenerte ahora… sólo simboliza dolor para mí. Es extraño como una simple canción puede significar tanto en la vida de un ser humano. Y a pesar del daño que me provoca escucharla, no me voy. Me quedo junto a ti, y te sigo mirando.
La canción, esa canción, sigue sonando en la radio. Ya no sé si me recuerda a encontrarte o a perderte pero me recuerda a ti y eso siempre basta para romperme el corazón. Y a ti, por lo visto, te pasa lo mismo. Permanezco detrás de ti, observándote llorar y queriendo secar tus lágrimas, pero no puedo. Nunca me sentí más inútil, pero no tengo opción. Debo limitarme a seguir mirándote.
De repente, te levantas y apagas la radio. Te agradezco mentalmente ese último acto. El silencio es mejor para ambos… Te levantas y comienzas a caminar hasta que te frenas en seco, mirando hacia donde yo estoy. Me quedo paralizada, conteniendo la respiración, no sé si de miedo o de emoción.
A lo mejor me viste. Y eso cambiaría todo. Por favor, por favor, que me hayas visto.
No te mueves por unos instantes. Luego das media vuelta y te vas. No me viste. Era obvio que no ibas a verme. Si yo ya estoy muerta, si yo sólo soy un estúpido y patético fantasma que día tras día y noche tras noche, te sigue mirando.

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3 comentarios

  1. 1. Leonardo Ossa dice:

    Leticia Chillemi, para comentar tu historia casi que “me quedo paralizado, conteniendo la respiración” pues pensé en un principio que se trataba de alguien que expiaba. Al concluir la lectura experimente ese “silencio que es mejor para ambos” y me sentí como un intruso en esa escena tan intima entre tus dos personajes, donde obviamente yo sobraba.
    Un saludo.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 00:14
  2. 2. Fabián dice:

    Muy buenas Chillemi.

    ¡Qué original! Al principio creía que la protagonista era una radio antigua olvidada en un rincón, viendo como su dueño se entretenía con nuevas tecnologías. Pensé “previsible desde la primera frase”, pero poco a poco me fui dando cuenta de lo equivocado que estaba, debo decirte que por la mitad no sabía por donde ibas a salir, el final no me lo esperaba.

    Dicho eso, te comentare en dos partes primero la forma y luego el contenido.

    •Forma

    La puntuación se puede mejorar, hay puntos que podrían ser comas y viceversa, pero ésto es algo que se va aprendiendo con la practica y la experiencia, tampoco te alarmes por eso.

    La sintaxis es buena y en todo momento la narradora se expresa con naturalidad, con palabras del uso cotidiano dándole mucha credibilidad a sus sentimientos.

    Veo que has tenido cuidado para no crear un bloque macizo de letras, poniendo puntos y aparte para separar el relato en varios párrafos, pero la próxima vez te aconsejo que utilices sangría (en esta página la sangría no aparece no se por que), o separes los párrafos con un espacio para que la presentación del relato no parezca ese muro de letras.

    •Contenido

    El planteamiento es genial, pero he notado que la protagonista empieza a girar en torno a lo mismo y a ser redundante, repitiendo sensaciones y sentimientos desde la mitad hasta que el hombre se mueve.
    La sensación de tristeza la has conseguido muy bien, pero habría que buscar una manera de darle un poquito mas de actividad a estos personajes, para no dejar esa sensación de repetición o de girar en torno a lo mismo.
    Esto no quita que te haya quedad un relato muy original.

    Buen trabajo compañera.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 14:11
  3. 3. KMarce dice:

    Saludos Leticia, te felicito que siendo joven te guste escribir, por lo que te animo a que lo continues haciendo. Creo firmemente que mientras se sigan sumando gente joven a este apasionante mundo, seguiremos teniendo libros e historias. No todo está dicho.
    Coincido con Fabián en los puntos que ha sacado a luz, el uso de las comas y puntos. Recuerda que a hay que unificar y separar, lee en voz alta, con el tono que cada punto tiene y notarás una diferencia sustancial con el cambio de un signo.
    También el relato me ha sonado como solo el sentimiento del protagonista, sus propias emociones y no lo que en realidad era su relación con ese ser amado. Debes tomar en cuenta que solo darle énfasis a un solo personaje, puede hacer perder el interés, ya que al hablar del solo “yo”, puede volverse monótono, sobre todo si se repite constantemente lo mismo.
    El verbo “mirar” es la unica persepción, debes utilizar otros recursos que indiquen lo mismo, palabras diferentes, y si realmente ese verbo debe ser el estribillo del relato, su uso al inicio y al final hubiera creado esa elipse, en lo particular no sentí comodidad con la palabra y todas sus variantes: miro, mirar, mirando, mirarme, mirándote, etc., en total de diecisiete veces más cuatro veces usando otras palabras (ver, observar). Adicional que también está en el título. Intenta tomar un párrafo en donde aparezca esta palabra y modifícalo, dale más libertad a las expresiones, utiliza tus cinco sentidos para expresarte.
    Y recuerda que los números se escriben con letras, únicamente los números díficiles de leer, las direcciones, y aquellos insustituible por palabras, el resto siempre ira en letras ( Marte tiene una temperatura de 571°F, Ganó 3.457.274.20 dólares en la lotería, 221 Baker Street)

    Concuerdo también tu logro al mostrar el sentimiento de desesperanza, nostalgia que es evidente. Pule tu estilo y encuentra tu nicho.
    Nos leemos.

    Escrito el 3 abril 2015 a las 21:53

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