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ELVECO - por ortzaize

ELVECO.

Hoy escucho decir en la radio al locutor de la emisora que oigo con preferencia que, en Barcelona hay una feria ofreciendo los avances tecnológicos más importantes del momento: -Unos investigadores han creado unas gafas que, mediante unas ondas neuronales en el cerebro, hacen que los ciegos puedan ver virtualmente, -un cepillo de dientes que te conecta con tu whatsApp, no he escuchado muy bien si han dicho que algún aparato en el zapato puede ayudar a los chicos para hacer los deberes del cole, la nano tecnología.
¡Tanta tecnología me abruma!
Soy mujer de la radio de la mañana a la noche. ¡La tengo siempre enchufada! No siempre la escucho ya que es como un ronroneo por toda la casa. Mi Amatxu me enganchó desde muy pequeña a este artilugio y es como un miembro más de la familia que me hace compañía, con la que puedo hablar y ni me discute.
Mi madre compraba a plazos, era la manera más habitual de adquirir las cosas en los hogares , poco a poco, con una módica cantidad de dinero, poder ir teniendo cosas: el arreo del hijo, los muebles de la sala, mejorar el dormitorio de los niños , también, comprar las nuevas tecnologías a muy alto coste. Después de la postguerra se hicieron asequibles a los pocos españolitos con trabajo, que iban saliendo del hambre y la pobreza.
Un sobrino de mis padres , que hacía electrónica por correspondencia, fue montando el aparato de radio comprando en cómodos plazos la bobina, las bujías, los mandos, la carcasa de madera barnizada en varios tonos a la que le dispuso una placa que sobresalía en medio del aparato de radio onda corta y onda larga llamada ELVECO.
Por fin llegó el día señalado para recibir a su sobrino y probar la radio en un mueble alto en la sala de estar para que nadie la tocara. ¡Solo los adultos la ponían en marcha!

Siempre estaba encendida así que por algún fallo de instalación se calentaba mucho, por lo que tenía que venir mi primo a repararla y sustituir la pieza. La radio nos animaba las mañanas, cada hora daba las noticias y con algún retraso, le ponían a mi madre sobre aviso de las películas que de la capital pasaban a provincias. Le encantaba ver los carteles en la puerta del cine, ya que era muy caro poder ver una película. Escuchaba con atención mientras lavaba la ropa de los vecinos para sacar un dinero y así poder ayudar a su marido que trabajaba en lo que le salía.
Desde la calle yo oía la radio al llegar a casa de la escuela. Las tardes eran diferentes, había cuentos los jueves que no teníamos escuela por la tarde. Diego Valor nos alucinaba, pero también las recomendaciones de Elena Francis, los capítulos de Ama Rosa que, cuando los mayores estaban en silencio más compungidos, un anuncio de Cola Cao con una música de total tensión decía: continuará….
A la noche me dormía con la radio, percibía en el silencio de la casa como mi padre escuchaba con mucho sigilo Radio Andorra Independiente, el interlocutor entrevistado animaba a los trabajadores a seguir en la lucha, decía: -Compañeros-, pronto llegaréis a tener un trabajo mejor, pan blanco para llevar a tu mesa, el bienestar del país llegará pronto.
Hoy; 07 de la mañana, Marzo 2015, automáticamente- ¡Perrea Perrea!-mi radio me pone en contacto con la vida. ¡Buenos días madrugadores! – 6º grados en la calle- no dejéis la bufanda en casa- mañana habrá 5º grados- luego llegaremos al medio día a 25º- tendrás que llevar ropa y quitártela como una cebolla. – el fin de semana va a nevar. Sigo escuchando mientras me desperezo: -Las empresas en quiebra dejan a los españoles endeudados- El periodista HH cruza el charco para ir a Venezuela para hacer una entrevista al presidente, -la canción que nos va a representar en Eurovisión- avances en el Alzheimer para prevenir la enfermedad….
Mi radio hoy ya no cuenta las fantasías de Diego Valor, porque los héroes de ficción actuales son los políticos, la corrupción, los estudios de las enfermedades raras, la lista Forbes, Amancio Ortega, la crisis….
La radio antes te transmitía felicidad, se vivía más feliz en la ignorancia, ahora todo está programado a muchos días vista, con la radio volamos despiertos a todos los rincones del mundo.
Yo sigo con mi radio enchufada, ¿y Tú?

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5 comentarios

  1. 1. grace05 dice:

    Yo también…Soy ferviente escuchadora de radio. Y si.. a veces escucho y otras veces esta para no “escuchar tanto silencio”. Me gusto tu relato. Muchas verdades, las de antes y las de ahora. Por lo visto , países diferentes, iguales acontecimientos. También creo que nuestros padres eran más felices con la radio. “Menos información”.
    Despertaste recuerdos y sentimientos. ¡Buen trabajo!!!
    Te invito a comentar 114

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 18:58
  2. 2. Leonardo Ossa dice:

    ortzaize yo también. Al igual que grace05 y que tu personaje en el relato, yo duermo con una radio emitiendo programas toda la noche. Me hiciste recordar cuando siendo un niño escuchábamos impávidos las historias asombrosas que transmitían en las tardes. Ahora vivo en una populosa ciudad, pero tuve la oportunidad de vivir por varios años en un sitio muy apartado, en donde solamente la radio escuchada en las noches a través de ondas que se iban diluyendo, eran mi real compañía.
    Un saludo.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 22:55
  3. 3. mondregas dice:

    Hola Ortzaize
    Gracias por tu comentario
    Es cierto que la radio de antes la radio era más entrañable, claro que no teníamos otra cosa. Tu relato, muy bien narrado, me ha gustado y conmovido, por los recuerdos que me traen a la memoria. Espero leer más cosas tuyas

    Escrito el 1 abril 2015 a las 09:09
  4. 4. ortzaize dice:

    gracias a todos por ayudarme en mi relato.
    Me gusta escribir, pero las palabras se me amontonan en mi cerebro, Me gustaría aprender de todos, gracias.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 21:41
  5. 5. Piloska dice:

    Mientras leía tu relato revivía esa época y recordaba a Matilde, Perico y Periquín, la canción: “yo soy aquel negrito…
    Me ha gustado mucho. ¡Felicidades!
    Me gustaría que leyeras el mío 69

    Escrito el 8 abril 2015 a las 22:34

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