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One more night - por Ariadna

You and I go hard
At each other like we're going to war
You and I go rough
We keep throwing things and slamming the door
You and I get so damn dysfunctional
We stopped keeping score
You and I get sick
Yeah I know that we can do this no more

El sonido de la radio le llegaba alto y claro desde el salón mientras metía las últimas cosas en la maleta y revisaba con la vista la habitación por si se le olvidaba algo. Siempre le pasaba lo mismo. La diferencia es que ahora tenía que decidirse lo antes posible. Tenía que acabar antes de que José llegara a casa o se echaría atrás. Llevaba meses pensando en irse pero hasta esa mañana no había tenido el valor de hacerlo, era ahora o nunca.
Con un suspiro cerró la maleta y cogió la bolsa de viaje. Ya lo tenía todo, era hora de marcharse. “¿Hacía lo correcto?” pensó con un pinchazo de remordimiento atravesándole el pecho mientras recorría el salón y miraba la que había sido su casa durante los últimos siete años. No es que las cosas fueran mal en su vida, es que simplemente no iban, hacía mucho tiempo que no iban y siempre que lo hablaba con José o con sus hermanas acababan convenciéndola de que eran cosas suyas o haciéndola sentir culpable o ambas cosas y ya no podía más. Hacía seis meses que Clara, su mejor amiga, le había ofrecido trabajar con ella en París, en el departamento de marketing de la empresa en la que ella había ido a trabajar hacía ya dos años y desde entonces no había podido quitarse la idea de la cabeza. Necesitaba el cambio, necesitaba nuevos retos, necesitaba irse. “¿En que clase de persona la convertía eso?” se preguntó en un arranque de culpabilidad momentáneo. No tenía ningún problema ni con su familia, ni con su novio ni en su trabajo. José era el prototipo de novio y yerno perfecto, su familia lo adoraba y era increíblemente bueno con ella. Su trabajo era cómodo con un buen sueldo y en una buena empresa. Su familia era normal. Nada iba mal. Simplemente ella necesitaba más. Necesitaba nuevos retos. ¿Eso la hacía mala persona? ¿Eso la convertía en una egoísta?. Tal vez, pero nuca había estado tan segura de nada. Se iba a ir, se iba a empezar de cero. No podía seguir sepultada en la rutina diaria, no podía seguir así ni un segundo más.
Al cerrar la puerta de la calle oyó la radio del salón, se había olvidado de apagarla. Con un suspiro comenzó a andar hacia el taxi que la esperaba en la puerta. Que José apagase la radio, después de todo eso no iba a hacer que la odiase más o menos, acababa de abandonarlo, no iba a suponer mucha diferencia y ella no podía volver atrás. Si daba un solo paso hacia atrás, si volvía a entrar en el apartamento probablemente se echaría atrás. Con los últimos compases de la canción resonando en su cabeza se subió al taxi camino del aeropuerto. Solo el tiempo diría si había tomado la decisión correcta.

So I cross my heart and I hope to die
That I'll only stay with you one more night
And I know I said it a million times
But I'll only stay with you one more night
-I don't know, whatever, whatever-

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2 comentarios

  1. 1. Ekari Victoria dice:

    Hola Ariadna, fui una de tus comentaristas y me paso por aquí para reiterarte una vez más que eres una persona talentosa y que ha escrito un texto maravilloso. Todo concuerda perfectamente, es impecable y resaltante.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 20:48
  2. 2. Anoide dice:

    Me ha gustado la manera en la que Clara reflexiona acerca de lo que está a punto de hacer porque es un reflejo del enorme complejo de culpabilidad que siempre arrastramos. Hay veces que todo va bien pero necesitamos nuevos retos, algo que nos haga superarnos y volver a sentir vivos. Cuando esto ocurre, los que nos rodean tienden a desanimarnos sin pretenderlo: “estás bien así”, “¿qué más esperas conseguir?”. Y no, no somos egoístas. O tal vez sí, pero tenemos que serlo. Al fin y al cabo, cada cual sabe cómo quiere vivir su vida y privarle de ello, eso sí es egoísmo.

    Como ves, creo que tu relato invita a la reflexión 😛 Me ha gustado mucho, y más aún que no se haya echado atrás al final.

    Un saludo.

    Escrito el 3 abril 2015 a las 20:24

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