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Refugio temporal. - por PAULATREIDES

Era la segunda vez que la Luftwaffe se dirigía hacia Londres para bombardearla. La primera incursión dejó cientos de muertos, miles de heridos y edificios destruidos o en llamas.
Las sirenas alertaban a la población de la llegada de la aviación alemana, y en Charing Cross, una muchedumbre de personas buscaban refugio en sus túneles. A Louis Simmons no parecía importarle y se movía con paso firme en dirección opuesta.
—John Adam, John Adam—repetía.
—Ahí estás, calle John Adam.
Llegó hasta a una pequeña tienda de decoración, entró y avanzó rápidamente hacia el mostrador. Dejó un paquete en el suelo con mucho cuidado y tocó el timbre, dejando las manos sobre el mostrador.
—¿No debería estar buscando refugio, señorita?—preguntó el viejo tendero al salir de la habitación contigua.
Con paso lento, el anciano se situó frente a la joven mientras una Studiotone de 1937 repetía una y otra vez su aviso.

“…las luces y acudan de forma ordenada a los refugios antiaéreos más cercanos. BBC radio para la población londinense. Incursión de la aviación alemana sobre Londres. Apaguen todas…”

—Las bombas no me interesan.—comentó mientras levantaba la mano izquierda dejando visible una tarjeta plateada.
El viejo sonrió, cogió la tarjeta y leyó el reverso.
—Controladora Louis Simmons. Clase cuatro.—Se detuvo un segundo.—Nunca me ha visitado un controlador. ¿Hay algún problema?
—Ya conoce las normas, pero no es nada importante. Sólo rutina.—Louis hizo una pausa.—Llegué esta mañana, durante el bombardeo. La tienda aún estaba cerrada.
—Sígueme. Pronto nos quedaremos sin electricidad aquí arriba.
Cogió el paquete, envuelto en papel kraft y anudado con cuerda trenzada, y siguió al anciano hasta la trastienda. Bajaron unas escaleras de caracol hasta llegar a una habitación cuadrada, de unos tres metros de lado. La estancia estaba vacía.
—Hemos llegado, señorita Louis. A partir de aquí se queda sola. Encantado de haberla conocido.
—Gracias señor Duncan.—Sonrió y alargó la mano para recoger la tarjeta.—Como ves, yo si le conozco.
El señor Duncan dio media vuelta y subió.
—Bueno, aquí estamos de nuevo.—pensó.
Acercó la tarjeta a la pared y ésta se iluminó. Tomó aire, exhaló y atravesó la pared accediendo a una nueva estancia. En el centro de la sala había una mesa donde se agolpaban aparatos de radio, minicadenas y pequeños transistores.
De su bolsillo sacó un smartphone y consultó una nota:

31/05/1970 LIMA JVC 9475S.

Louis avanzó buscando el suyo.

06/08/1945 HIROSHIMA—PHILIPS A—448—U
22/06/1965 HANOI—SHARP Fv—1700
31/05/1970 LIMA—JVC 9475S

—¡Aquí estás!.
Se colocó frente al pequeño radiocassette de color negro y deslizó el botón de encendido.

“…la avalancha de nieve y lodo ha sepultado las localidades de Yungay y Ranashirca. No hay cifras oficiales pero se espera que las víctimas mortales superen las cien mil personas. El epicentro del terremoto…”

Mientras se emitía la noticia Louis se giró y volvió a atravesar la pared. Se encontraba ahora en el aseo del bar de un pequeño pueblo andino. Al abrir la puerta del servicio observó cómo, detrás de la barra, el señor Duncan subía el volumen de un pequeño transistor.

“…Huaraz ha quedado prácticamente destruida, así como el resto de poblaciones del Callejón de Huaylas. Puede haber millones de…”

Caminó hacia una de las mesas donde tres hombres la aguardaban y se quedó de pié junto a ellos.
—¡Lo has traído!—exclamó uno mientras alargaba las manos para recoger el paquete.
—Recién salido del National Garelly.—Louis se lo entregó.
Lo dejó sobre la mesa, desató la cuerda y retiró el papel.
—Maravilloso.—los otros dos hombres se acercaron para contemplarlo.
—Los girasoles de Van Gogh.
Uno de los hombres puso un maletín metálico sobre la mesa.—Quince millones de euros en dólares fiyianos, como solicitaste.
—Ha sido un placer, caballeros.—Louis cogió el maletín.
—Siento no poder quedarme, pero me esperan.—Y se dirigió de nuevo al aseo.

“…altercados, vandalismo. Cientos de ciudades en cuarentena…”

—¡Mami!¡Mami!
Louis se giró y vio a su pequeño correr hasta ella, y detrás su marido tirando de un par de maletas.
—Acaban de cerrar el aeropuerto, la isla está incomunicada.—dijo antes de besarla.
—Tendremos que quedarnos en Fiyi una temporada. Aquí estaremos a salvo.

Junto a ellos, un grupo de jóvenes, escuchaban las noticias.

“…este 2036 no podrá olvidarse. En sólo tres meses, la epidemia se ha expandido por todo el mundo, los muertos se cuentan ya por cientos de millones…”

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5 comentarios

  1. 1. Tinta Negra dice:

    Elegante estilo, bien estructurado, atractiva trama, original…felicidades!!

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 01:18
  2. 2. Leosinprisa dice:

    No niego siento una especial pasión por los relatos que aunan ficción y realidad. Me ha gustado la mezcla entre diferentes épocas y sucesos. Enhorabuena y un saludo.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 10:20
  3. Original trama y muy bien conseguidas las distintas épocas,que consiguen que el relato sea muy original.

    Para poder decirte alguna mejora, desde mi humilde opinión de principiante, yo diría que vigiles con utilizar las mismas palabras en un párrafo y busques sinónimos, por ejemplo sería el caso del párrafo que te pongo que se repite en poco espacio, mostrador y quizá también el dejar y dejando.

    Llegó hasta a una pequeña tienda de decoración, entró y avanzó rápidamente hacia el mostrador. Dejó un paquete en el suelo con mucho cuidado y tocó el timbre, dejando las manos sobre el mostrador.

    Me ha gustado el relato. Felicidades

    Escrito el 6 abril 2015 a las 09:50
  4. Hola. Fui uno de los lectores anónimos.

    Me gustó tu relato. Hubo observaciones respecto a algunas incongruencias que no me calzaron, pero no le restaron mérito a tu historia.

    Saludos.

    Escrito el 7 abril 2015 a las 20:17
  5. 5. PAULATREIDES dice:

    Su presente es cuando ocurre la epidemia.
    Ella trabaja en la Agencia del Control del Cambio. Solo algunos de los trabajadores tienen el permiso de viajar.
    Se aprovecha de su tranajo para robar el cuadro, venderlo y pomer a salvo a su familia. 750 palanras no daban para todo lo que quería contar. Piede que lo amplie en sttorybox.
    Gracias.

    Escrito el 8 abril 2015 a las 20:28

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