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This sound os you - por Ana Notario

Londres, 30 de Mayo de 1940.

Con una ondulada melena y un vestido nuevo, Susan esperó a mi aprobación. Me incorporé en el sillón abandonando momentáneamente mi labor. – ¿dónde vas con ese vestido? ¿no lo estabas reservando para una ocasión especial?-. Una voz temblorosa escapó de sus labios. -Esta va a ser una ocasión especial madre. Lo será.-

La miré de arriba abajo. Iba perfectamente coordinada. Bolso, zapatos y guantes de color marrón con un elegante vestido ceñido a su estrecha cintura turquesa. El pelo arreglado como nunca. Definitivamente había llegado el día en el que mis consejos no le eran necesarios. -Estás lista, querida. ¿Vas con Rose o con ese chico que no quieres presentarme?- Vi como las mejillas de mi joven hija se ruborizaban cuando presumí de que un guapo galán la estaba esperando. – Sabes que todavía no hay nada de eso, madre. Voy con Rose a la plaza y luego tomaremos el té en esa plazoletita donde solíamos ir juntos.-

Esa plaza me traía malos recuerdos. Donde mi hija ahora iba a tomar el té, fue donde pude ver por última vez a mi queridísimo esposo, luciendo el uniforme del ejército británico como ya lució de muy joven en la Gran guerra. Tenía secuelas, pero sabía que no podría impedir que se marchara de mi lado para proteger a su patria. Ahogando mis pensamientos, volví a sonreír delante de mi hija y le deseé un buen día junta a su amiga Rose.

Seguí con mi labor hasta que llegó la hora del té, donde me preparé uno de los que más me gustaban, con muy poca azúcar, ya que la escasez nos había llegado a todos. Lo necesitaban nuestros valientes hombres que habían partido a luchar para que nosotras no sufriéramos el puño destructor de los alemanes. Alcé mi taza y brindé por mi marido, que deseé que estuviera disfrutando de aquella azúcar que a mi me faltaba con las cartas que espero que le hubieran llegado, augurándole una vuelta a casa lo más pronto posible.

Mi vista estaba ya cansada, así que encendí la radio, era una cosa que hacía a menudo para saber el destino de las personas destacadas en el combate. Esta vez no había un hombre de voz monótona leyendo una lista de nombres, sino una música que hacía años que no escuchaba.

La mismísima Vera Lynn cantando en directo por la radio. Mi corazón se abrió cuando oí a "La novia" de aquellos soldados que ansiaban con volver a casa. Acabó la canción, volviéndome a llevar a la realidad… No era lo mismo sin Charles a mi lado.

Después anunciaban a una nueva estrella que había aparecido. Dejé la radio encendida, volviendo a mis tareas habituales. Antes de levantarme, algo conocido hizo que el sillón me tragara de nuevo. "La señorita Susan SaintGose va a interpretar por primera vez para todos los radioyentes This sound is for you".

Mis ojos y mis oídos se abrieron para escuchar a mi pequeña. Hablaba de los bombardeos que sufrían nuestros hombres, para que ella, como niña que admiraba a su padre, pudiera vivir tranquila y esperarlo en la estación. Una melodía contrapunta con tambores bombarderos Una lágrima cayó de mi rostro. Pero esta vez no era de pena como en estos últimos 5 meses, sino que de alegría al escuchar de nuevo a mi hija, enmudecida desde que su padre marchó y que le cantara precisamente a él me conmovió. Me atavié lo más rápido que pude para correr hacia la radio. Hacía 3 meses que el temor de un ataque me impedía salir a la puerta de mi casa, y la voz de mi hija hizo que todos los temores desaparecieran para ir a buscarla.

Al final tenía razón mi querida Susan, ese día iba a ser un día especial.

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Charles SaintGose, volvió el 4 de Junio de 1940 a su hogar tras la evacuación de Dunkerque, donde el ejército británico y francés fue evacuado en las playas de Dunkerque (Bélgica) a escasos metros del alemán enemigo, en una operación que si fracasaba suponía la aniquilación de todos los soldados que allí estaban combatiendo.

Susan SaintGose, más conocida como Susan Grinner, fue miembro de ENSA (Entertaiment National Service Assotiation), dedicada a la propaganda y el entretenimiento de las tropas.

La familia SaintGose es una representación de todas aquellas personas que realmente vivieron la Segunda Guerra Mundial. Este es un pequeño homenaje a todos ellos y a la desconocida evacuación de Dunkerque.

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3 comentarios

  1. 1. Wolfdux dice:

    ¡Hola!
    Fui uno de tus comentaristas. Me encantó. Creo que ya te lo dije, jeje. Un abrazo. ¡Nos leemos!

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 21:55
  2. 2. grace05 dice:

    Me encantó tu relato. Recreaste una historia real de época, donde la radio era el centro de información y entretenimiento. Muy tierna y sensible. Describís muy bien el amor de hija y de esposa de un combatiente. Tiempos de mucho dolor.
    Muy bien escrito, y estructurado. ¡Muy buen trabajo!!! ¡Te felicito!!!
    Te invito a comentar 114

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 19:32
  3. 3. Leonardo Ossa dice:

    Hola Ana, tu historia me ha gustado muchísimo. En latinoamerica las historias de las guerras mundiales parecen algo muy lejano, pero a través de relatos como el tuyo, se puede uno aproximar a sucesos tan humanos, que hacen de alguna manera vivir instantes emotivos.
    Espero que otras personas pasen por acá leyendo tu historia y dejen algún comentario. Hasta pronto.
    Saludos.

    Escrito el 10 abril 2015 a las 19:22

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