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educación desmedida - por conchi

El perrito posa las patitas delanteras en el cristal de la puerta, su dueña, entra en la peluquería, después de darle órdenes de espera.
––Solo tardo instantes en pedir hora. ––Dice la mujer, mirándolo fijamente a los ojos.
Francisca, la peluquera, lava la cabeza de una clienta. La voz varonil que se escucha a través del altavoz colgado en la pared, produce noticias de radio, que parecen haber distraído a Francisca, sin percibir la presencia de la mujer. Los ladridos del animal reclamando a su dueña, captaron la atención de Francisca, que dirigiendo la mirada hacia el cachorro, refleja la maldición en su rostro, que no disimula al descubrir a su dueña frente a ella. Esta al observar su expresión, se dirige a ella con timidez.
––Perdona, desconozco que se admitan perros, vengo a que me des hora para cortarme. ––Francisca, sin abrir la boca y con gesto airado, toma una de las toallas amontonadas en la estantería de un armario, seca sus manos, abandona la cabeza de la clienta impregnada en crema. Como si una grave tragedia la dominara, se va hacia el mostrador, donde la mujer supone, tiene la agenda del control de los horarios.
El perrito, no cesa de ladrar y dar golpecitos en el cristal con sus patitas delanteras, mientras que la voz radiofónica no cesa de dar noticias.
––Según la Organización Mundial de la Salud, cincuenta y dos millones de personas en el mundo sufren esquizofrenia. Las personas con déficit de vitamina D, tienen el doble de posibilidades de ser diagnosticadas de esta enfermedad, en comparación con las que presentan un nivel adecuado de este micronutriente.
La mujer se siente incómoda, la tensión que se respira convierten los segundos en horas. Camina hacía la puerta donde se encuentra su perro, este, contento bailotea en su entorno moviendo el rabo, su cabecita hace gestos graciosos, entendiendo las ordenes que su ama le da.
De nuevo, vuelve a entrar a la peluquería. El cachorro, se olvida de las órdenes recibidas, nervioso golpea de nuevo el cristal con sus patitas a gran velocidad.
La mujer nerviosa ante la situación, intenta guardar las composturas disimulando su nerviosismo, dudando en quedarse o salir corriendo. Por fin, parece que Francisca va a darle la hora que espera, pero en vez de una agenda tiene entre sus manos un libro de unos diez centímetros de grueso, su portada, dibuja la cara desfigurada horrendamente de un hombre joven. Sin decir palabra alguna, Francisca, abre el libro por la mitad, y de forma violenta le muestra ilustraciones de caras desfiguradas. La mujer completamente desorientada, siente el inmenso deseo de desaparecer, su educación la obliga a seguir aguantando lo inconcebible. Francisca, atraída por los ladridos, vuelve la cabeza hacia la puerta y mira al perro como queriendo callarlo con la mirada, de repente, el incómodo silencio, queda desquebrajado por Francisca.
––¿Ves estas imágenes? ¡Esto es lo que tú, y mi madre queréis hacer con mi hermano! Acabas de escuchar en la radio que esta enfermedad se cura con vitamina D, ¿Has escuchado la noticia, verdad?…..Tus consejos, esto es lo que le estás aconsejando, terapia electroconvulsiva, ¡Mira bien estas imágenes! En esta clase de monstruo vas a convertir a mi hermano.
La mujer, perpleja, no sabe que pensar, si es un ataque de histeria, de esquizofrenia, o si la está confundiendo con otra persona. Paralizada, con ojos abiertos y hombros encogidos, sin atreverse a dar un paso, en su deseo de salir corriendo, con voz insegura ante la violenta expresión de Francisca, le dice.
––No sé de qué me habla, yo solo quiero que me dé hora para cortarme el pelo
––¡A buena gente se arrima mi madre! Ahora se hace la tonta, ¿No eres la enfermera que cuida de Francisco?
––SI,
––Pues ellos son mis padres,
––No lo sabía, pero yo no sé nada de lo que usted me habla
––Solo hay que ver la clase de gente que eres mirando a tu perro, lo mal educado que está. ––Según hablaba, entró a una habitación continua, momento que aprovecho la mujer para dirigirse a la puerta de salida a la calle. Francisca se vuelve y con extremada autoridad se dirige a ella.
––Espera…no he acabado, voy a apagar la radio, y a traerte frasco y tela. No puedes irte sin antes limpiar el cristal, ¡Lástima que haya empleado dos horas esta mañana en limpiarlo, para que un chucho mal educado lo ponga perdido en minutos!
La mujer queda atrapada por desmedida educación.

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5 comentarios

  1. 1. Leonardo Ossa dice:

    Jajajajaja Conchi me has hecho reír. En verdad tiene una desmedida educación aquella muchacha. Espero que muchos otros compañeros pasen por acá para que se diviertan con tu texto.
    Saludos.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 23:43
  2. 2. KMarce dice:

    Saludos Conchi.
    Tengo terrible debilidad por dos cosas en la vida, las letras y los animales, y las mascotas son realmente amadas por mí. Asi que por solo el hecho de describir a un perrito tan lindo, ya tienes el noventa por ciento de mi atención.
    Vamos a lo tuyo, que historia. ¡Qué Francisca! Si te pasó algo así alguna vez, te compadesco. Porque a mi hermana le pasó algo similar por lo que trajiste doble sonrisa. Las estilistas deberían ser casi unas “sicologas” y no vivir amargadas pese a cualquier circunstancia, pero en fín, un relato humoristico.
    Le doy un diez a tu relato, porque me ha sido muy entretenido y ese perrito tan mono… <3<3 el muy malcriado y ella tan desmedidamente educada 😀

    Unos detallitos para pulir. Recuerda que todos los verbos que inician después de los guiones descriptivos, van en minúscula, solo si hay una acción que no sea verbal, iran en mayúscula si el dialogo termina en punto.
    —Solo tardo instantes en pedir hora. -dice la mujer mirandolo a los ojos.

    En el segundo párrafo, después del diálogo, toda la narrativa va pegada al dialógo, separalo porue son dos acciones diferentes, y la segunda no tiene relación directa con la primera:
    —Perdona, desconozco que se admitan perros, vengo a que me des hora para cortarme.
    Francisca, sin abrir la boca y con gesto airado, toma una de las toallas…

    La voz en la radio, le has colocado guión de diálogo, cuando no lo es, recuerda que el guión es de interacción y se usara solo para las personas presentes, para las voces de pensamiento, por telefono, por la radio o televisión, debes usar otro recursos, por ejemplo los o “”, o la letra cursiva, pero este formato de envío no lo permite (acá en Literautas es estandarizado).

    No utileses el guión largo para separar el diálogo de la acción narrativa, esta siempre ira entre guiones cortos y la puntuación correspondiente por fuera:
    —Hola Cuchi ¿Nos vamos? -dijo colocándose el bolso al hombro-. A próposito me encantan tus zapatos… -Le sonrió.

    Como puedes leer son detallitos de fácil mejora. Espero que te sirvan.
    Enhorabuena por tu historia. (¿Es un chucho blanco peludo?)
    Nos leemos.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 00:53
  3. 3. beba dice:

    ¡Qué linda historia! Genial el personaje de Francisca; y muy creíble la sorpresa de la clienta. Buen vocabulario.
    Acompaño las indicaciones acerca de la puntuación del diálogo.
    Felicitaciones.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 02:44
  4. 4. Tinta Negra dice:

    Relato divertido que invita a continuar leyendo. La idea del libro de caras desfiguradas en vez de uno de cortes de pelo es absolutamente genial y aguda, le insufla misterio con dosis de terror, mi imaginación volaba ante posibles desenlaces. ¡Me ha gustado mucho!

    Escrito el 1 abril 2015 a las 13:39
  5. 5. Helena Sauras dice:

    Eso de tener que limpiar el cristal ensuciado por el perro ha sido total. Una buena historia en todos los sentidos. ¡Me ha encantado!

    Escrito el 2 abril 2015 a las 05:07

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