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DE VIDA O MUERTE - por Nila Raish

El jardinero sacudía la arena de sus pantalones. Llevaba el mono verde atado a la cintura y los pelillos le asomaban por el pecho. Aspiró su última calada mientras veía como se hacía de noche. Era el mejor momento del día, cuando todos se marchaban y se quedaba a solas con su deuda. Con la mirada en alto, supervisó todas las tumbas; cómo iban apagándose y se convertían en sombras. De fondo, se escuchaban las voces de Flash y Back, una pareja de humoristas de segunda fila que, por inexplicables razones, habían llegado a dirigir un programa de radio. Josep les escuchaba sombrío. A aquellas horas era eso o cualquier tertulia para adultos.

-“¿Qué dices Flash? Nuestro invitado de hoy viene con fuerza”.

-“¿Qué invitado?”

Los tres de la radio estallaron en risas. Flash detuvo aquella locura.

-“Querido Trendman, es un placer tenerte entre nosotros, de verdad”.

-“Gracias Flash, igualmente. Aunque estoy muerto”.

Se hizo un silencio placentero, pero Back no pudo contenerse.

-“¿Y porque no te… tumbas?”

Las risas molestas volvieron a inundar la atmósfera.

-“Tiempo muerto, tiempo muerto”.

Los tres humoristas sonaban como si estuvieran tirados por el suelo. Josep se sonrió con condescendencia. Era demasiado fácil. Arrastró la carretilla, decidido a contar una a una todas las tumbas del cementerio. Y recorrió cada pasadizo mientras decía su número correspondiente en alto.

-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete…

-“Bueno, dejémonos de bromas y vamos al grano. Hoy hablaremos de muertos, y es que Trendman es un gran experto. ¿Verdad, Trendman?”

-“Efectivamente Flash, así es. Me muero de ganas de hablar de esto”.

Josep contaba, demasiado absorto como para escuchar sus risas. Cincuenta y cuatro ya. Sólo le quedaban sesenta y seis. O quizá sesenta y siete Aquella noche tenía la sensación de que por fin iba a morir junto a su propia tumba. Llevaba tanto tiempo allí; esperando a que apareciese o intentando encontrarla. Le gustaba pensar en ese momento, de nuevo frente a frente con la lápida que rezaba su nombre.

-Noventa y tres, noventa y cuatro, noventa y cinco, noventa y seis, noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve…

-“Oye, estos pastelitos son mortales. ¿Dónde los habéis comprado”.

A Tredman no le cabían las carcajadas en la boca.

-“En la pastelería de la esquina. Muerte por chocolate, me dijo la chica…”.

Flash hizo un redoble de tambor cuando Back terminó. Y Trendman se atragantó estrepitosamente. A estas alturas, Josep ni siquiera les estaba escuchando. Llevaba ciento veinte. La siguiente, la suya. Tenía que volver a verla; saber si aquel día de otoño, cincuenta años atrás, realmente había visto su muerte. Empezaba a pensar que había sido un espejismo, pero el recuerdo le parecía tan real que no podía dejar de intentarlo. Cuando hubiese una tumba más, sería la suya.

Y allí estaba, robusta y frágil, pero no era tal y como recordaba haberla visto. “Buen hijo, buen padre, buen esposo”, decía el granito rojo sobre la piedra. Se acercó despacio a ella, y cuando estaba a punto de rozarla, se desvaneció en el aire como si nunca hubiera existido. Ahora sí la había perdido para siempre.

-“Esto ya es una cuestión de vida o muerte, amigos. Buenas noches y no olvidéis escucharnos la semana que viene; los mejores chistes sobre frutas. We are FlaskBack. Los jueves. ¡Hasta Luego!”.

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3 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Completo Nila Raish, me ha encantado. El mejor color para el humor es negro, pero es difícil hacerlo. Lo tuyo es un acierto. Quizá un ligero cambio en la descripción inicial de Josep, porque el mono atado a la cintura y los pelillos no van con el aire general del relato.
    Pero me ha gustado mucho y el papel protagónico de la radio, bien logrado.
    Te felicito.
    Nos leemos.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 18:45
  2. 2. beba dice:

    Me gustó.
    Muy bien construido tanto en lo cómico como en lo…¿trágico? No sé si trágico, frente a la serenidad conque el jardinero cuenta tumbas en busca de la suya; y espera tranquilo porque sabe que fue una buena persona, como dice la lápida.
    Buen manejo de lo gramatical y sintáctico.
    Te felicito.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 00:40
  3. Me ha gustado como los locutores de la radio participan del relato, lo acompañan mientras se ríen de algo serio.
    Estaría de acuerdo con Luis que el mono y los pelillos, no resultan del todo con el ambiente que recreas y el contenido posterior de tu relato.
    Me ha gustado como va transcurriendo.
    Felicidades

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 19:48

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