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Te Extraño - por Pepelu Martín

TE EXTRAÑO

Nervioso y con el ánimo por los suelos, Amalio se acercó al mostrador de recepción y pidió su llave.
-La 305 por favor-.
Malhumorado como nunca, se apoyó directamente en el cristal de la ventana. Desde allí se apreciaban las estelas rojas y blancas de los automóviles y se percibía el frío de la noche y la tímida lluvia que hacía brillar el empedrado de la calle.
Intentó tranquilizarse. No era posible que tras diez años de convivencia, en un momento de ira y con total ausencia de serenidad, destruyas la felicidad, la compenetración y la lealtad vivida con Leticia. Tanto amor compartido diluido en cientos de experiencias no era posible perderlo entre imágenes de atormentados recuerdos.
Llevaban semanas sin dirigirse la palabra. Tal vez estaban demasiado ocupados, exceso de trabajo, problemas vulgares permanentes en el entorno laboral. Tal vez…
Una copa le vendría bien, o quizá dos… Pasó al cuarto de baño, se recompuso torpemente la ropa, se alisó el pelo mientras se miraba en el espejo y bajó al bar.
El local decorado en tonos carmín, ocres y azul ceniza daba una acogedora sensación de bienestar. Había parejas y mujeres solas sentadas en diversas mesas y algún que otro hombre solitario sentados en los taburetes de la barra que recordaban el cuadro “Nighthawks”. La música que se oía, venia sin duda de alguna emisora de radio, pues entre canción y canción, la voz del locutor grave y solemne, atravesaba la estancia anunciando al nuevo interprete.
-Un JB doble por favor-. Pidió.
Amalio se acomodó lo mejor que pudo e intentó relajarse bebiendo a sorbos el whisky, observando a su alrededor el ambiente y las pocas parejas que bailaba lentamente en medio de una breve pista circular de acero luminoso.
-Otro JB por favor, con hielo-. Pidió de nuevo.
Entonces, se fijó en una preciosa joven morena de unos treinta años que movía rítmicamente sus piernas al son de la música, dejando descubrir de manera imprecisa sus muslos inmersos en la niebla tenue de la luz amable del bar.
De repente, el presentador de la radio, anunciaba el bolero “Te Extraño”, que tantos maravillosos recuerdo le traían cuando todavía solteros Leticia bailaba acurrucada en sus brazos susurrándole al oído… Hay tantas cosas que deseo hacer contigo…
Un tercer whisky que se bebió de un trago, le animó a levantarse y sin pensárselo dos veces, se acerco a la joven morena y la invitó a bailar.
-Soy Amalio- ¿Te apetece bailar?.
Apenas hablaron. Amalio, aun inquieto y algo traumatizado por la sucia escena y la absurda discusión equívoca mantenida con Leticia por mediocres asuntos, intentaba reponerse en segundos con el acontecer de la nueva situación.
-¿Cómo te llamas?-. -¿De donde eres?-
En fin, las preguntas formales de siempre mientras él intentaba acercar su rostro al de ella, más que nada por evitar el posible aliento del JB.
-Llevaba un buen rato mirándote. -Dijo Amalio con calma.
-Yo también me había fijado en ti. –Contestó ella.
La música romántica de la emisora de radio, les envolvió durante unos gozosos instantes, rozando sus cuerpos y apoyando sus cómplices cabezas respirando los efluvios cálidos perfumados que parecían evaporarse en el pecho de ella…
Y sonaba… Te extraño cuando camino, cuando lloro, cuando rio…
-¿Te gusta? -Preguntó Amalio.
-¿Qué cosa? -Contestó ella estremeciéndose.
–La canción.
-Sí, mucho. –Dijo ella mirándole a los ojos y a los labios.
Amalio, de carácter enamoradizo en otro tiempo, sonrió pensando que tenía como una mariposa en sus manos y sujetándola por la cintura, la trajo hacia si con firmeza. Miró sus ojos, su boca.
Creo que… Hay tantas cosas que deseo hacer contigo…
Después, serio y pensativo en un silencio fugaz, Amalio murmuró.
-¿Te parece que descansemos?.
-Te acompaño a la mesa. Yo voy a la barra a pedir algo.
De inmediato con una nueva copa en la mano, volvió y acercándose al oído de ella, educadamente, dijo en voz baja
-Discúlpame, pero tengo que irme. Mañana tengo un mal día.
Él sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Se encaminó al servicio de caballeros, se miró al espejo y observó como una turbia gota de agua, resbalaba por su mejilla. Sacó el teléfono móvil de su bolsillo y llamó a Leticia que contestó al instante.
-Perdona –Dijo Amalio. -Perdona, perdona, perdona.
-Ven, por favor, estoy en el hotel, ya sabes en la habitación 305.
-Te espero bajo el edredón.
-Perdóname.
-Ven.
-Corre.
…Hay tantas cosas que deseo hacer contigo…

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6 comentarios

  1. 1. grace05 dice:

    ¡Que buena historia!! Me gustó mucho. Muy bien escrita y desarrollada. Simple, tierna y para algunos tangible y real. Un enojo trivial puede poner en riesgo una relación estable. Tu relato es un canto al verdadero amor. ¡ Te felicito !!!
    Te invito a comentar 114

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 20:17
  2. 2. ortzaize dice:

    menos mal que ha vuelto con Leticia,,, si no hubiera sido una historia repetida. jeje pero a si ya me gusta al son de la radio. saludos.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 16:04
  3. 3. KMarce dice:

    Saludos Pepelu.
    Coincido con Ortzaire, de no regresar con su esposa, sería una historial muy trillada. Y a mi en lo particular me gustan los finales felices, ya suficiente la vida con tanta mala noticia por todos lados 😛
    Creo que has manejado muy bien los altibajos emocionales del protagonista, un ambiente ligero y fácil lectura.
    Hay detalles que debes mejorar en cuanto a la grámatica, tu ortografía la veo cuidada, pero pienso que estas confundido con la estructura de los diálogos, en un relato en donde hay tantos, ver esas erratas me hacian notarlos seguido.
    Los diálogos, se inician con guión largo (alt0151), no sé porque este mes he notado demasiados guiones cortos, inclusive en el mío, creo que ha sido una cuestion del copy/paste al momento de cargar el relato, porque no es usual verlo tan seguido.

    -Otro JB por favor, con hielo-. Pidió de nuevo.
    —Otro JB, por favor, con hielo. -pidió de nuevo.
    * Inicia con guión largo, el guión corto inicia solo en la parte narrativa, si cierra y sigue diálogo, ira pegado. Como leerás, el “pidió” va en minúscula por ser un verbo, que siempre van de esa manera, si fuera una acción, despues del punto iria en mayúscula.
    —Otro JB, por favor, con hielo. -pidió de nuevo-. Que sea doble. -El cantinero lo reposó sobre el bar.

    Hay guiones cortos que no van, sobre todo en “la conversación”, solo se usan para la narrativa.
    La última conversación, la has separado toda con guiones, cuando es una sola persona la que habla, en este caso Amalio. No debería de ir cada expresión con un guión. Podrías utilizar el recursos de las comas, o los puntos suspensivos.

    —Perdona –dijo Amalio-. Perdona, perdona, perdona… Ven, por favor… estoy en el hotel, ya sabes en la habitación 305. Te espero bajo el edredón… Perdóname, ven, corre… -guardó silencio-. Hay cosas que deseo hacer contigo.

    Con los guiones que usaste pensé que ella estaba en el hotel, por lo que me confundió y tuve que releerlo.

    Como lees, son detallitos de fácil modificación, todo es aprendido. La creatividad es una cualidad innata, pule tu talento.

    Nos leemos.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 00:10
  4. 4. beba dice:

    Hola:
    Me gustó tu cuento. Destaco el manejo de la construcción del personaje; prácticamente, ese hombre muy enojado consigo mismo, es el cuento.El desenlace elegido le da a todo un tono final de equilibrio y alegría. Y todo se ha logrado con un impecable manejo gramatical.
    Felicitaciones.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 02:38
  5. 5. Helena Sauras dice:

    Unas descripciones muy curradas. El texto fluye sin problema. Los diálogos geniales. ¿Qué más se puede pedir? Me ha encantado.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 05:44
  6. 6. marazul dice:

    Hola Pepelu, soy una lectora tardía, pero encantada de haber leído tu relato. El romántico bolero que canta Luis Miguel te ha inspirado una bonita historia de amor que me ha llegado. Lo narras de una forma sencilla y acertada. El ambiente está bien creado y los sentimientos del protagonista también. Una historia real con un final en el que triunfa el amor de verdad. Y sin resultar empalagoso. ¡Enhorabuena!
    Un saludo Marazul

    Escrito el 26 abril 2015 a las 22:02

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