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Días de luz - por Troya
Sonó el despertador, abrí los ojos y lo paré. Celso, se quedó un rato más acostado. Me dirigí a la cocina, puse la cafetera y encendí la radio. Últimamente ésta se había convertido en mi amiga fiel, y escuchar su murmullo de fondo hacía que no me sintiera sola, aunque solo emitieran noticias tristes y la música escaseara.
En el baño encendí la lamparilla, no me molesté en subir la persiana, sabía que no entraría luz, el sol cada vez estaba más enfermo y casi no se distinguía la transición del día y la noche. Frente al espejo me dirigí una mirada rápida y comprobé que las ojeras marcadas, mis mejillas demacradas y mi boca deformada por una mueca de resignación, seguían ahí, así que solo me peiné. Un llanto me alertó de que mi hijo de un año, Salva, se había despertado. Salgo del cuarto de baño y me encuentro a mi marido con él en brazos.
Fuera de casa emprendimos nuestro camino en coche a través de la lluvia como casi todos los días en estos últimos años. Por la noche juntos los tres, damos fin a otro día nada interesante o eso creí.
*********
– ¡Luz!.- Gritaron en la radio mientras me lavaba los dientes y escupí todo contra el espejo, luego seguí escuchando atentamente.
– Después de años de oscuridad y desolación, el sol parece haber revivido un poco y nos manda un rayito de esperanza, alégrense, dejaremos de ser sombras. Y ese rayo se dirige a la casa de uno de nuestros vecinos.
Como la emisora era local, deprisa subí la persiana y mis ojos se toparon con una gran cantidad de luz difícil de asimilar, ¡era mi casa!. Celso y Salva llegaron asustados por tanto alboroto. Les miré y una enorme sonrisa salió de mi boca acompañada de un resplandor que atravesó el salón, y ellos hicieron los mismo.
Calmados me puse a pensar qué podía haber cambiado, cuando por fin vino a mi mente esa palabra que pronunció mi hijo anoche: “mamá”. Al recordarla una felicidad enorme me invadió, “tuvo que ser eso”.
En la calle alumbrábamos los feos días y la noticia se extendió rápidamente, pero nadie encontraba razón para reír se les había olvidado y no entendían cómo ese detalle nos había cambiado. Entonces empezamos a sentirnos observados y confirmando nuestras sospechas, una tarde, irrumpieron en casa cinco personas más oscuras de lo habitual porque alguien del gobierno nos quería ver. No opusimos resistencia y fuimos con ellos, nos llevaron con los ojos vendados, Salva lloró y nuestra sonrisa y la claridad se esfumó.
Entramos en un edificio con un largo pasillo. De pronto nos paramos y nos quitaron la venda, aunque daba igual, no se distinguía nada en la habitación, no tenía ventanas ni lámparas que la iluminara, algunas siluetas de muebles daban pistas de que era un despacho. Frente a la mesa, de repente, la silla se giró hacia nosotros y una sombra se levantó. No se podía decir que fuera una persona porque ya no le quedaba nada de humano, entonces habló.
– Os he traído aquí para advertíos de que dejéis de sonreír.- nos sorprendimos por tal consejo.- No se puede gobernar a personas así, es más fácil dirigir a gente que ya tiene asumido que seguir como hasta ahora es lo mejor para ellos. La gente está empezando a pensar, y la situación se hará insostenible cuando todos sepan que se pueden revelar. Y esto es nuestra perdición, os levantareis contra nosotros, y eso… ¡no lo voy a consentir!- Su grito sonó tan de dentro que retumbó en todo el edificio. – Así que, o cambiáis, o sufriréis las consecuencias.
Lejos de sentir miedo, Celso y yo nos miramos y nos supimos más fuerte que todos los allí reunidos, y con la única arma con la que poner fin a todo. Entonces dirigimos nuestra cara a esa oscuridad y sonreímos provocando una luminosidad a la que no estaban acostumbrados que nos sirvió para escapar en medio de la confusión y la ceguera momentánea que sufrieron, aunque no los detuvo y nos persiguieron.
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En la actualidad, vivimos escondidos y felices, junto al apoyo de cada vez más personas que se han dado cuenta de que la cosa puede cambiar, y quién me diría que mi mejor amiga, la radio, es la que nos ha ayudado a transmitir nuestra alegría y color a todos.
Triste y enigmático este relato que coincide con una época de crisis.¿Es eso lo que quisiste reflejar?
Al final, una esperanza que nace lentamente…
Muy bien relatado. ¿Felicidades!
¡Hola! Es exactamente lo que quería reflejar.
Muchas gracias por el comentario y por leerlo, me ha hecho mucha ilusión. Es la primera vez que participo en el taller y la verdad, he tenido buenos resultados.
Aprovecho para dar las gracias a mis comentaristas, me han animado mucho sus opiniones. También tengo que decir, que este relato es mucho más largo y con más sentido, me ha costado bastante resumirlo en 750 palabras y que quedará con sentido.
La oscuridad metafórica llevada al extremo. Me parece interesante el planteamiento como tema.
No sé si en el original, más largo al que te refieres, la radio tiene el protagonismo que le has dado, de todas maneras funciona en éste aunque tiene que haberte costado tu esfuerzo recortar la historia para acomodarte a las bases. Esa es una de las ventajas del taller, que terminas haciendo cosas que no te imaginas pero que te sirven para aprender.
Bienvenida al taller, te estaré leyendo.
Muy bueno el relato Troya, pero como dice Luis nos hace falta algo más, quizá una página de blog para leer el relato al completo.
Me encanta el ambiente de Gran Hermano, orwelesco, y el final totalmente Farenheit. Un acierto.
Un abrazo.
Muy buenas Troya
Muy ingenioso y original tu relato, y no me ha dado la sensación de que viene de un relato mas grande, algo que considero que es otro punto a tu favor ya que has sabido resumirlo para contar algo redondo, sin dejar cosas importantes fuera.
•Forma
Me gusta la sobriedad de la narración que va en todo momento al grano, siempre avanzando en la historia y sin pararse a recrearse en detalles.
Sintaxis y puntuación las encontré muy bien, siéndote sincero si hay algún error ni me di cuenta por que toda mi atención estaba en la trama.
•Contenido
Como he dicho, original e ingenioso, el tipo de temática de la que el estudio Ghibli haría una película.
Quizás lo único que no me acaba de gustar es el “momento James bond”, el cliché del villano que captura a la protagonista, y pudiendo hacer lo que quiera con ella decide contarle sus planes y debilidades para que ésta las aproveche.
Aún así me parece un relato muy ingenioso y muy bien escrito.
¡Muchas gracias de nuevo por los comentarios!
Luis Ponce,quería participar en el taller y tenía muy poco tiempo, así que cogí un escrito breve que ya tenía y lo pulí lo mejor que pude. La radio no aparecía, pero de los relatos que tenía era al que más fácilmente la podía incluir y la verdad es que me gustó el resultado.
Illarguia, estoy empezando en esto, y estoy planteándome lo del blog, esta primera vez en el taller era una prueba, y la verdad, no me ha ido mal. Así que, quizá lo haga.
Fabián, muchas gracias por tu comentario, muy completo. Sinceramente, el final no me convence tampoco, me resulta muy precipitado. La primera vez que lo escribí entero era más largo y no tan “James Bond” como dices,¡jejeje!. Pero no pude hacer otra cosa, no sabía cómo recortar más.
Hola Troya, muy buen trabajo. Imagino que las modificaciones son más severas en la segunda parte del relato. Es una magnífica historia y el planteamiento distópico es muy atractivo, pero la reconstrucción se nota. Se adivina que la historia original tiene mejor acabado. En cualquier caso la ambientación esta muy lograda, y se nota el trabajo en las metáforas y el lenguaje.
Un saludo.