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FAUSTO - por Juana Medina
Web: http://juanamedinaficcion.blogspot.com
Grueso, enorme, con una respiración fatigosa que oía como a un animal resoplando a su lado; recostado en un sillón con una manta escocesa sobre las piernas, miraba un engañoso otoño en su jardín. Aún sostenía un grueso cigarro sin encender entre los labios. Le gustaba mascarlo, descargar su rabia destrozándolo entre los dientes.
Por un instante le pareció ver entre el follaje amarillo-rojizo la silueta de quien se le acercó una tarde a sus cuatro años, ofreciéndolo todo: el talento y más, el genio, la vitalidad y la voluntad del toro; por tanto un éxito que le permitiría hacer lo que quisiera, pero sobre todo una voz portentosa y seductora que llevaría a sus oyentes el sentimiento exacto que quisiera transmitir. ¿Podía pedirse más? No lo sabía. Tenía cuatro años entonces. Tampoco sabía que siempre hay que preguntar por el precio. Parecía un regalo.
Aceptó, por supuesto. Todo era un juego: deslumbrarse ante su propia percepción del mundo; reírse del asombro del mundo por su precocidad. Imposible no sentirse superior. Pero ya en su primera juventud despertó la ilusión de hacer algo importante para la humanidad. Cuanto más grande era su ilusión mayor era su avidez por la vida, por bebérsela a grandes sorbos, tal como según él, correspondía a un genio.
La radio lo acogió como al hijo dilecto, y él lució su voz leyendo para los oyentes las grandes obras de todos los tiempos. Pero también se daba cuenta de que creían a pie juntillas tanto las mentiras más simples de la publicidad, como las más engañosas de la política. Deseaba pertenecer a la raza de los grandes creadores de conciencia. Quería hacer de lo totalmente increíble algo absolutamente creíble para poner en evidencia su tesis: no debes creer nada de lo que oyes en la radio.
Un día dio con esa historia, por entonces novedosa, de alienígenas invadiendo la tierra. Disfrutó leyéndola y creyó que la comprensión de sus intenciones sería inmediata.
El resultado fue devastador. Ataques de pánico, histeria, suicidios, gente en las calles tratando de huir hacia quién sabe dónde. Nadie se lo reprochó siquiera. Por el contrario, fue su éxito personal, aunque no el de sus ilusiones. Sin embargo, en su espina dorsal algo se densificó.
Pero le faltaba el amor. Envalentonado, convencido de que en realidad nunca había precisado de la ayuda de ningún ser de éste u otros mundos, buscó a la más bella y sensual entre sus pares. Nuevamente triunfó. Ahora los éxitos eran sólo propios. La soberbia creció en la risa y en la mirada.
No, no quiere recordar, ni tiene por qué. Enciende la radio para distraerse, quizá dormir.
El locutor anuncia el programa de la tarde: Cuarenta años atrás, un programa hecho por jóvenes, con jóvenes y para jóvenes.
Hace rodar el cigarro en su boca, queriendo burlarse del título presuntuoso.
Dejaremos a nuestros oyentes dos preguntas antes del espacio publicitario, pero también les daremos algunas pistas. Atención, hoy hablamos de una gran actriz de Hollywood que se encuentra gravemente enferma. Nació en 1918.
¿Cuál es el nombre artístico de Margarita Carmen Cansino?
¿Cuál es su frase más famosa?
A la vuelta, una canción de su película emblemática.
¡¿Para qué encendió la radio?! No quiere recordar, no es joven, no necesita ningún premio. Muerde el cigarro con tanta fuerza que lo parte en dos. Furioso, escupe tabaco. Quiere apagarla, pero tiembla y vuelve a ver la siniestra figura del pasado en el jardín. Se aproxima sin pisar el pasto como una nube oscura, un cuerpo de pasiones contrapuestas buscando su lugar.
En la radio, Margarita canta : –Put the blame on me, babe. Put the blame on me.
Cierra los ojos y un larguísimo guante de seda vuela seductoramente hacia él.
Grita lleno de dolor y de rabia. Por fin, apaga la transmisión de un manotazo. Ha sido burlado.
No llega a sollozar, la garra de la estafa se instala en su pecho.
Ahora la figura del jardín parece haber atravesado la ventana. Le habla.
–Perderla era el precio – dice.
Desaparece, y con ella el mundo entero.
Muy bueno, Juana! Me ha gustado mucho, sobre todo la atmósfera: te transporta hasta la habitación donde se encuentra el protagonista y te hace partícipe de la historia.
¡Enhorabuena!
Me ENCANTA. Está tan bien narrado, lo único que te diría es que revises las comas, porque creo que en algunas partes queda raro:
“Por un instante, le pareció ver…”
“por tanto, un éxito…”
“pero sobre todo, una voz…”
“tal como, según él, correspondía a un genio.”
Fuera de eso, está genial. La mención de La Guerra de los Mundos me tomó por sorpresa XD La imagen del principio está muy bien lograda, y dar su identidad de manera tan sutil es simplemente brillante. Toda la situación cuadra tan bien con la imagen que tenemos de él, está muy bueno!
Por cierto, me alegro muchísimo de que hayas decidido abrirte un blog, yo hace un par de meses que estaba pensando que debías hacerlo.
Saludos!!
Me gustó mucho tu relato. Excelente descripción del ambiente y del personaje, me hiciste ver no solo su aspecto físico sino todos sus sentimiento y sensaciones. Un relato atrayente, de esos que devorás las palabras para llegar al final. Atrapante. ¡Te felicito!!!!
Te invito a comentar el 114
Wow, me encanta el ambiente que dibujas en esta historia.
iba viendo como pasaba rápidamente la vida del protagonista, sus victorias y derrotas(mas bien, derrotas simbólicas ya que en realidad para el mundo el seguía siendo exitoso) y finalmente la soledad que genera el éxito encerrado en su propia habitación.
se había convertido en historia.
Realmente bueno felicitaciones.
Gracias a todos, siempre aprendo algo. Me encantó que Denise viera de quien hablo. No creo que uno deba dar explicaciones sobre un escrito u obra propio/a, pero me encontré, entre mis comentadores con personas que no saben de quienes hablo. La frase”no debes creer nada de lo que oyes en la radio” no es mía sino del personaje del que hablo: Orson Wells, quien la usó tanto para explicar el motivo por el que leyó la Historia de dos Mundos por radio provocando ataques de pánico, etc, sino que la repitió en “Ciudadano Kane”, su película más famosa. En cuanto a Margarita Carmen Cansino, es Rita Hayworth quien no sólo fue la mujer de Oron Wells durante seis o siete años, sino que personificó la película Gilda donde cantaba “Put de blame on me” mientras se quitaba un guante que tiraba al público en una primera insinuación cinematográfica de un streap-tease y que por ese motivo estuvo prohibida en España durante toda la época franquista. Espero no resultar pesada, pero me sorprendió que no tuvieran ni una pista, y pensé que quizá se tratara de cuestiones generacionales.
Yo pienso que si. Es cuestión de las generaciones. Yo solo se de Orson que era escritor pero nada más. Por eso a los neófitos nos parece tan oscuro tu relato. Pero en general es muy bueno.
Excelente retrato de la soledad de Orson Welles al final de sus dias, echando de menos a Rita, su Rosebud particular…
Me ha encantado!!!
Nos leemos
Hola; gracias por tu comentario.
Tu relato es muy bueno; preciso en los datos, talentoso en la elaboración de personajes, fluído y flexible hasta el desenlace. Me encantó.
Felicitaciones
Entre el Fausto de Goethe y el Leverkhun de Thomas Mann, sin duda prefiero este, más humano, o humanizado por la radio y su hermano mayor el cine. Gran hallazgo, Juana.
Una historia que tenga como protagonista a la radio no puede olvidar a Orson Welles ni su famosa historia de los mundos. El poder de la radio en aquella época era muy fuerte. Has elegido muy bien el tema Juana, pero lo que más me gusta es como lo cuentas y nos trasmites el declive del famoso actor. Perfecta la descripción tanto física como interior a traves de sus alucinaciones y pensamientos. Me ha gustado mucho su lectura. Un saludo
Me ha gustado, sobre todo la parte de “no te creas lo que escuchas en la radio” que gran verdad!! jjajaj
Gran relato. Un saludo!
Juana querida, primero te felicito por el blog! Yo también estoy madurando la decisión de abrir el mío, es todo un salto 😉
Segundo, gracias por tu comentario a mi relatito del mes, me llenó el alma todo lo que me decís.
Tercero, muy bueno lo tuyo!! Me encantó reconocer a Orson Welles y la Guerra de los Mundos. No conocía todos los vericuetos de su vida, así que también aprendí con los comentarios y tus aclaraciones. Pero fue con ese legendario programa de radio cuando cambió el paradigma de lo real y lo ficticio en materia de medios. Quizás un antepasado remoto de los programas “reality”?
Pero sobre todo me gustó el registro en el que escribís, cómo creás ambiente y nos metés en el estado de ánimo del personaje. Aun si no es el viejo Orson, el tema dde la “estafa” sentimental funciona. Es una muestra de tu habilidad para el buceo en los mundos emocionales.
Felicitaciones, excelente relato!!
Otra vez gracias a todos! Marcelo, encantada de tenerte de vuelta de tus paseos en avión, y emocionado por tu comentario.
ILLARGUÍA: ¿No es un poco mucho compararme con Goethe y T. Mann? Y por si fuera poco, salgo ganando!!!!! De todos modos el halago me ha dejado con una buena sonrisa por varios días. Un abrazo.
Hola Juana!
Gracias por visitar mi relato. Tu comentario me llevó a escribir sobre un futuro encuentro de Ambar con “el flaco”, pero esta vez en el terreno de la enfermera. Es entonces doble el agradecimiento. jajaja
Tu relato me ha gustado mucho, desde el mero principio (el título) hasta el final.
Con buenas descripciones y excelente manejo del lenguaje (miraba un engañoso otoño) nos llevas a través de algunos episodios de la vida del famoso Mr. W.
El final, además de poético, ha sido la tapa del frasco, o la guinda del pastel.
¡Enhorabuena, Juana! y que las musas te acompañen en la próxima escena.
Si deseas responderme, te suplico lo hagas en mi relato, porque no me dará tiempo de volver por aquí. Saludos.
Me gustó mucho tu historia. La intertextualidad con “la historia real”, el ciclo que le des al relato mencionando el cigarro… Las descripciones son muy buenas y originales.
Hasta la próxima lectura!
(Te invito a leer mi cuento, es el 164)
Está increíble, Juana. Vaya joyita 🙂 Si bien no entendí de quiénes hablabas (supongo que por el ya mencionado salto generacional), eso no me impidió disfrutar la lectura. La ambientación es simplemente perfecta, las descripciones que haces, la presentación del personaje principal, el lenguaje que utilizas… ¡De diez!
Y aunque no tienes por qué explicar nada del relato, te agradezco mucho que te hayas molestado en hacerlo. Leerlo sabiendo de lo que realmente hablas, permite interpretarlo desde otro punto de vista y enriquece más la historia. Así que gracias 🙂
Un saludo.
Hola Juana,
Me alegra encontrarte y poder leer tu excelente relato. Una estupenda narración que trasmite muy bien la decadencia de una celebridad(actor y director de cine, radio, escritor de novelas…). Me gusta tu manera de describir ambientes y definir situaciones con el apoyo de metáforas muy bien colocadas. Se nota la calidad y el talento que hay detrás. Felicidades
Te diré que tu historia me trasladö a una sesión de cine forum en mis años de universidad. Discutíamos sobre el Ciudado Kane, y alguien sacó la famosa frase, “no debes creer lo que oyes…”. Al final decidimos ampliarla a: “no debes creer lo primero que oyes, recurre antes a conocer la versión del otro/otra”. Una frase que me ha servido en mi vida.
Gracias por recordarme aquella sesión de cine. Y a la bellísima y sensual Rita
Un abrazo