Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
Singladura 999, 26 de marzo de 2015. - por Adella Brac
Web: http://www.adellabrac.com
Roberto daba vueltas por cubierta. Llevaban ya tres días fondeados a menos de una milla de la costa, viendo el puerto desde el navío, pero sin poder acercarse.
Tres días de su vida perdidos por la falta de una licencia de pesca. ¡Maldita burocracia!
La tripulación también estaba ansiosa. Durante la mañana habían cambiado de lugar una de las grúas de cubierta y eso había generado todo un debate sobre la ubicación de las cargas altas entre los nuevos mandos y los marinos más experimentados.
Roberto no había prestado demasiada atención, después de seis meses a bordo de aquel barco, creía tener suficiente material para el artículo que le habían encargado escribir y sólo pensaba en regresar a casa.
Cuando al fin llegó la hora de zarpar, bajó a la sala de máquinas dispuesto a refugiarse en las entrañas del buque.
Allí, alguien había pintado una línea vertical en una pared y fabricado un péndulo, colgando una llave inglesa del techo con un trozo de sedal.
Comparó la inclinación de la llave con la línea y observó que la embarcación estaba bastante escorada a estribor. Le extrañó que ni el jefe de máquinas ni los oficiales estuvieran por allí. Iba a salir en su busca cuando vio una puerta en la que nunca había reparado.
Impulsado por su innata curiosidad, no pudo evitar acercarse.
Intentó abrirla. La hoja se separó un centímetro del marco, pero se negaba a ceder más. Apoyó el hombro sobre la superficie y empujó cargando todo su peso. La puerta se movió con un espantoso chillido metálico dándole acceso.
Se encontraba ahora en un espacio de unos ocho metros cuadrados, quizás un viejo camarote abandonado. El ambiente estaba enrarecido, había mucha suciedad y una antigua radio de onda media en el suelo.
Se sentó frente a ella y encendió el equipo. Le sorprendió que todavía funcionase. Movió el dial con la esperanza de captar alguna señal internacional, pero solo había estática.
Distraído, toqueteó algunos botones.
Escuchó un lamento, era una voz de hombre. Aguzó el oído.
Entre sollozos, comenzó a distinguir palabras. El sonido iba y venía a través del espectro de la radio. Ajustó la sintonización persiguiéndola y de improviso, en un giro de la rueda, captó la frase completa.
—Me llamo Roberto, morí ahogado el veintiséis de marzo de dos mil quince.
Se levantó de un salto. La voz aumentó de volumen y comenzó a repetir su mensaje en bucle. Perdió el equilibrio y se dio cuenta de que el barco estaba peligrosamente escorado.
Llegó hasta la puerta con dificultad. La sala de máquinas seguía desierta. La llave inglesa se soltó de su amarre y cayó con estruendo.
Una fuerte sacudida de la estructura lo lanzó contra la pared y el mundo se fundió en negro.
Guau Adella, muy interesante. Yo hubiera extendido más la agonía de Roberto, hacerlo buscar a los demás tripulantes y que no quedara nadie en el barco o algo así, para seguir disfrutando del relato que para mi gusto terminó muy pronto. Felicidades
Hola Adella!
Me tocó tu relato. Si mal no recuerdo te escribí sobre los cliffhangers, jejeje. Un abrazo fue un placer leer y comentarte.
Muy buen relato, Adella. La recreación inicial del barco está muy lograda y descrita de forma justa. El desenlace también, no creo que después de lo que oye en la radio hubiera que añadir mucho más. Ese es el final. Otra cosa es que esa revelación hubiera sido el inicio del relato. Entonces sí habría que haber descrito sus intentos de evitar ese destino. Esta idea de una radio “vidente” fue una de las que manejé, junto al serial radiofónico, programas de autoayuda o voces que retransmitían sucesos antiguos,.. Ya estoy divagando.
Un abrazo
Creo que ya te lo comenté en el blog, pero quería decir de nuevo lo mucho que me gustó tu relato, la extensión es totalmente adecuada.
Muy acertado el titulo del relato. Dan ganas de seguir leyendo un poco más de la historia.
Saludos.
Me agradó la terminología, demuestra mucho conocimiento específico sobre barcos y eso atrapa al lector. Muy bien escrito, pero también me hubiera gustado prolongar la agonía.
Nos leemos.
Me encantó, grandioso final!
Felicidades!
Un saludo.
Me ha gustado Adella, tiene el ritmo preciso y cuenta exactamente lo que necesita…
El unico problema, y no es tuyo, es que en este taller ha habido muchos relatos ya con radios “fantasmagoricas” digamos…
Pero bueno, es un tema muy agradecido dadas las condiciones jejeje…
Nos leemos!
Hola Adela tu relato es muy…muy potente y no deja indiferente al lector. Pero aún más que el significado me ha gustado la forma clara y ordenada que tienes al narrar.Da gusto leerte…nos lo pones tan fácil. Un saludo Adela
¡Bravo! Corto y sin dar concesiones de ningun tipo, el final super logrado. Estuve ahi con el y lamentablemente no me fue posible salir del barco.
Me ha gustado mucho.
Felicidades.
Hola Adella, tu relato me ha encantado; tiene todos los ingredientes que requiere una gran historia. Te descubrí con los microrrelatos y a partir de ese momento soy un humilde seguidor tuyo. Enhorabuena y sigue escribiendo así.
Hola Adella.
Es un gran relato, me gustó mucho, describes muy bien todo lo que pasa y haces un muy interesanteuso de la radio.
Excelente, saludos! 🙂
Hola Adella!
El relato se me hizo muy corto! Pero se me hizo corto por las ganas de leer más! Muy ameno, fácil de leer y sobre todo, crea interés y tensión!
Saludos!
Hola Adella,
como ya comenté en tu bolg, me encantó el relato. Enhorabuena!!
Te seguiré leyendo 🙂 un abrazo!
Hola! Me ha gustado mucho, corto y preciso. La ambientación esta muy lograda y creas mucho interés, el final es sublime. Me encanta la idea de esa radio del futuro, muy bien pensado. No hace falta decir que esta perfectamente escrito. Felicidades!! Un saludo!
¡Muchas gracias Margarita Graña, Wolfdux, David Rubio, Denise, Leonardo Ossa, Luis Ponce, Bego Asomadaalalocura, Diego Manresa Bilbao, marazul, José Torma, ToneTTi, Jose M Quintero, Fidel Guerrero, J. Sfield y Pikadili!
Gracias por dedicar vuestro tiempo a leer y comentar. Valoro mucho todo lo que me decís 🙂
¡Un abrazo!
Muy lindo relato, bien aprovechado el espacio. La ubicación muy acertada por lo preciso.La buena puntuación me permitió leer y entender rápido.Gracias por tu apoyo.
No te he comentado nada antes porque ya lo hice escondido en el anonimato. Sí, el que te mencionó a Melville.
Espero haber contribuido en algo positivo.
Saludos.
Vaya, Adella. Me has dejado sin aliento. De una imagen, digamos cotidiana, nos llevas a una premonición, al aviso para del protagonista de su propia muerte.
Muy bien hilado, se lee en un suspiro y la ambientación no puede estar mejor escrita. Además te reconozco el mérito de hacer todo eso en un relato que se hace corto.
Enhorabuena.
¡Cuántas preguntas y cuántas posibilidades!
Me dejas imaginando un ciento de historias. Muchísimas gracias!!
Adella!
Nuevamente llevándonos en tus excelentes manos por los vericuetos de los mundos que construís con maestría, sin exageraciones, con inteligencia. Un placer inmenso leerte!
Hola Adella,
Me ha gustado mucho cómo has llevado la historia, es un poco típica para los fanáticos de las historias de miedo (como yo) pero está tan bien contada que se disfruta de principio a fin. Enhorabuena, sigue así.
Hola:
A esta altura del partido sólo puedo ser reiterativa; todo está dicho y aplaudido. Agrego mis aplausos. Saludos.
Impactante ese giro del final. Si a mi pasara eso, muero de un infarto y no ahogado, xd.
De todos modos me gusta todo de tu relato. El ritmo, la narracion, el personaje curioso, la ambientacion, en fin todo me parece bien.
Tremendo relato.
Felicitaciones y saludos.
Muy buen relato, lleno de detalles y términos que , honestamente en una situación similar me dejarían confundido XD
Sin embargo es lo que le dio el toque perfecto para tener el grado de suspenso necesario en una situación que no parecía llegar a algo mas serio.
El final, impactante, me dejo un toque de impotencia al sentir que no alcance la puerta, revelando una buena carga empatica en la estructura del relato.
Buen trabajo, respira hondo y sigue.
Hola Adella,
Me ha gustado mucho tu manera tan detallada de narrar. Llevas del brazo al lector y lo conduces con precisión por el barco. De pronto, por la radio se entera de su muerte.
Genial el final y, en especial, esa forma de narrar, precisa, ágil y consiguiendo una perfecta ambientación. Buen relato.
Un abrazo
¡Muchas gracias Divasul Pereira, ILLARGUIA, A. Losa, Iracunda Smith, Marcelo Kisi, Peter Walley, beba, Ryan Infield Ralkins, Darkristal y Roger/NHICAP!
Gracias por vuestras palabras y consejos 🙂 ¡Un abrazo!