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Lloró - por Pierina

Lloró
Se despertó esa mañana con una sensación extraña, mezcla de melancolía y anhelo. Se dirigió a la cocina y la notó priva de vida. La montaña de platos de fregadero parecía tener días. El olor emanado de la heladera indicaba que lo que había allí dentro estaba en sus últimas fases de descomposición. Se asombró al notar que la taza de la noche anterior no estaba en el sitio donde la había dejado.
¿La habría tomado su marido? Pero, ¿por qué no habría lavado los platos? Y ¿qué era lo que había en esa heladera?
Sumergida en sus pensamientos y aun con ese torpor matutino característico de quién bebió alcohol la noche anterior o de quién necesitó de pastillas para dormir, se vistió y decidió comenzar la limpieza del día.
Era una mujer muy bonita e inteligente. Había decidido su profesión sin da joven. Vivía allí desde hacía años. Sus vecinos no la conocían, les llamaba la atención porque nunca saliera de su casa. No la veían ir al trabajo, las compras las realizaba online, las cuentas las pagaba su compañero. Era invisible al mundo. Se pasaba días sentada frente al pc esperando que las ideas brotaran de su cabeza. Quería escribir. Sin embargo ya había olvidado la última vez que había escrito algo con sentido.
La casa presentaba signos de deshabitada, en las paredes aún se podían apreciar las marcas de cuadros o de fotografías. El polvo de los muebles era tal que se podían escribir frases o dibujar historietas. No se podía caminar sin sentir que el pie se pegaba a las cerámicas.
Siempre había sido pulcra y ordenada. No había día en el que acompañada de la música clásica dejara de limpiar.
Con la fragilidad de una copa de vino comenzó a lavar las ollas. Le llevó tiempo darse cuenta del silencio que la rodeaba. Lo sintió invadirla. Le impregnó el alma de soledad. Su corazón se inundó de lágrimas. Incapaz de comprender tanta emotividad encendió la radio. Sintonizó su estación de radio favorita y siguió lavando.
Su cabeza se dejó llevar por las notas de Bach. “Air”. Se imaginó en un lugar verde, rodeada de mariposas blancas. Sentía el aire fresco en su cara, el aroma a lavanda. Un frenesí de emociones la golpeó de nuevo. Pensó en encender la compu y escribir pero no tuvo la fuerza. Rendida se tendió sobre el sillón.
Una voz la despertó. Abrió los ojos. Seguía sola.
El locutor parecía hablar de un hecho importante. Miró el reloj, debía estar él en el programa. Agudizó el oído y escucho con atención.
“En recuerdo de las víctimas del atentado a la radio les dejamos con …”
Recordó.
No quedaba más que ella y su apartamento privo de vida. Las notas de Beethoven ocupaban cada centímetro del vacío de su alma.
Había muerto. En el instante en que el teléfono había sonado ella había muerto. Una bomba había terminado con la vida de todos.
Caminó hacia la radio, la apagó. Se deslizó por la pared y por primera vez en todo ese tiempo lloró. Lloró por quienes físicamente habían desaparecido y lloró por ella.

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4 comentarios

  1. 1. beba dice:

    ¡Ah! ¿Es una fantasma?¡Qué buena historia! Me encantó su ritmo lento,de total lasitud; y sus imágenes que aportan sentido al hecho puntual: todo está muerto, como lo confirma la radio.
    Algunos puntos que no entiendo: “privo”¿es “privado”?
    ¿Bach o Beethoven, o los dos?
    Saludos.

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 17:47
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Es un tema de moda escribir sobre los muertos, pero sólo los cuerpos de los muertos se descomponen y al descomponerse pierden sus sentidos. De que sirve que lave los platos u oiga música o huela a lavanda. Tiene que entender que está muerta, por eso no puede escribir.
    Me gusta el ritmo pesado, quizá una autodescripción completaría el panorama.
    Nos leemos.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 18:12
  3. 3. Pierina dice:

    Hola! Gracias por los comentarios, me alegra que les haya gustado.
    Beba ese “priva” viene del italiano, tuve una interferencia lingüística al parecer.
    Respecto a la música, escucha los dos, y seguramente otros también, dado que es una estación de radio lo que escucha la protagonista.
    Por lo que tiene que ver con ella en realidad no está muerta. Su muerte es interior.
    Saludos!

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 00:30
  4. Pierina,
    Mientras lo iba leyendo no conseguía pistas de qué le pasaba, porque de ser una mujer ordenada y limpia veía como la casa estaba como deshabitada,con polvo y suciedad, porque no podía escribir y al final no me quedaba claro si ella estaba muerta físicamente o era que había perdido a alguien a quién amaba y se sentía tan muerta como él.

    Tu aclaración parece que va en esta linea de que aunque no lo está, se siente muerta.

    El ritmo de la historia, lento y pausado es muy adecuado y crea una atmósfera que te intriga.

    Saludos

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 20:04

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