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Escuchando a la identidad dormida - por Silvia Löpez

Escuchando a la identidad dormida

Nuevamente, Sergi subió el volumen del equipo de música, pero , esta vez a tope. Sonaba Sam Smith ..
You say i´m crazy Cause you don´t think I know what you´ve done…
Le escocía la herida de su orgullo, y la necesidad de acallar su cruel grito interior era imperativo; la música no conseguía solapar sus rumiaciones, sólo las amortiguaba en parte .
Sergi secó una escurridiza e impertinente lágrima del rabillo de su ojo izquierdo. Ahora le acuciaba la sensiblería (pensó)…y le retorcía la emoción que él no quería, no deseaba oir .
Las imágenes que recorrían su mente le acercaban de nuevo a aquello que provocaba en él sensaciones ambigüas y desconcertantes y,entonces surgía el mareo … Un vértigo desagradable que le escoltaba últimamente y le imponía sentarse y permanecer quieto, como si su yo más inteligente le persuadiera para recapacitar sobre sus verdaderas emociones, las escondidas, las válidas.
Anna introdujo la llave en la cerradura y le dió media vuelta ,no estaba echada .¡ otra vez él había vuelto pronto ¡ Algo no andaba bien .
-Baja la música ,por favor.. le pidió al entrar ya en casa ,elevando la voz por encima de la canción , procurando que no se le llenaran los oídos de ecos ensordecedores .
Al otro lado de la puerta nadie contestó , pero el soniquete se oía más lejano y tenue.
Llevaba 2 días atenta a cualquier señal , preocupada por el mutismo de su hijo , que ahora se comportaba como un sigiloso compañero de piso, muy diferente del Sergi alborotador y dicharachero que llenaba lo que Anna encontraba hoy vacío : el estruendo del sonido de su batería, su voz desafinada acompañando a la música , las peticiones a horas concretas a voz en grito (que hay de comer? O què hay para cenar? )
Le había preguntado cual era el motivo de su ausencia , pero no contestaba. Esquivo y triste, no había pronunciado apenas palabra desde el jueves .

Por la mañana se despertó sudoroso y extenuado de cansancio, como si hubiese recorrido miles de metros en un footing que apenas practicaba. Buscó en el armario la camisa de rayas rojas-la nueva – y el pantalón blanco que reservaba para alguna cita especial y se regó con agua de Verino, su olor preferido . Y decidió afrontar lo más difícil en ese momento, y, quizás , lo más arriesgado que había hecho en sus diecisiete años.
Cuando llegó al instituto la clase había empezado . El profesor le censuró con la mirada, pues era habitual que interrumpiera los principios de sus charlas debido a su impuntualidad, y le saludó elevando la barbilla hacia él, los hombros hacia atrás , el pecho en alto… desafiante…
Sr Hidalgo – le espetó- supongo que ya conoce el material de estos 10 minutos de clase , ya que ha considerado que no debía asistir a ellos.
-Me gustaría que nos hiciera un resumen por escrito de la crítica de la razón pura, para recordarle la importancia de la puntualidad, amplíandolo con el contenido de toda la clase de hoy. Veremos otros autores que ya irá descubriendo , además de Kant.
Sergi no contestó. Entrecerró los ojos conteniendo una airada respuesta y suspiró hondo, sacudiendo su mal humor con una exhalación .Se limitó a tomar asiento y a intentar prestar atención intentando odiar algo menos la filosofía .
Otra vez volvieron las ensoñaciones:
Aún podía oler su aliento y el contacto de sus labios en los suyos, cálidos y generosos, y , al revivirlo de nuevo , el estremecimiento volvió a él , y le espolvoreó de dudas y de ira.
Revivía ese instante una y otra vez, de manera obsesiva, y deseaba vivamente toparse de nuevo con aquella sonrisa… el aliento otra vez cercano ,la proximidad de su cuerpo y su rostro …su olor , su voz alentadora y próxima .
Sin embargo, el ansiado encuentro le provocaba mucha desazón y malestar, oscurecía sus ideas, impidiéndole una vez más, concentrarse en el tema filosófico.
Se agachó para coger el boli de su mochila y presintió una mirada. Su mirada.
De nuevo , un aguijonazo en la garganta, luego en el pecho y se ruborizó desde la punta del pie hasta la frente . Y despertaron en él, nuevamente , muchas preguntas, muchas dudas. Y entonces, le sonrió …
Mario…
disipando , en parte , sus miedos, y (abriendo ) otros.
Mario …

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5 comentarios

  1. 1. Leonardo Ossa dice:

    Silvia haces un retrato de una situación especifica con una muy buena ambientación, el titulo es muy acertado. Espero que otros compañeros de Literautas vengan a leer y a comentar “Escuchando a la identidad dormida.” Con seguridad tendré oportunidad de leer tus textos en los meses siguientes.
    Un saludo.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 17:30
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Un tema difícil de manejar pero que cada cobra más actualidad. La relación padres-hijos de una u otra manera es el detonante para problemas adicionales propios de cierta edad, pero en esta caso de cierta personalidad. Mientras no se encuentre a sí mismo, no encontrará a los demás. Lo has escrito muy bien y la trama está bien llevada conservando los tiempos y el misterio.
    Nos leemos.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 23:46
  3. 3. beba dice:

    Hola:
    Me gustó tu historia;muy buena la elaboración; correcta. Con buenos indicios fuiste llevando de a poco a un desenlace inesperado; que fuera por amor, era muy posible; pero todavía nos resulta chocante la homosexualidad. Y los padres debiéramos poner más empeño en asumirla como natural, para ayudar realmente a los hijos a identificarse.
    Muy bueno.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 17:17
  4. 4. grace05 dice:

    Excelente historia. Me gustó mucho. como dicen los compañeros, bien escrita y estructurada. Con imágenes claras de los sentimientos que se pueden experimenta al sufrir por amor, pero sobre todo por la dualidad que sufre el joven en el reconocimiento de su orientación sexual. El final, sorprende pero también ayuda a la comprensión del conflicto.
    ¡Muy buen trabajo!!!! ¡Te felicito!!!!
    Te invito a comentar 114

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 18:13
  5. 5. Silvia L. dice:

    Gracias compañeros.Sobretodo por compartir este gozo : escribir. Muchos besos

    Escrito el 29 abril 2015 a las 20:28

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