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La ruta 5 - por Ratopin Johnson

-Oiga, por favor, ¿puede bajar la música?

Eso le dije el primer día, y el segundo, pero no me escuchó. Es el conductor nuevo de la ruta 5, el autocar que me lleva al trabajo desde hace muchos años, demasiados. El anterior, José, se jubiló hace unas semanas.

Tiene la radio puesta a un volumen altísimo. Además canta. Antes podía leer, charlar con José, dormir. Ahora, lo único que puedo hacer es escuchar el programa horrible que sintoniza día tras día. “Heavy en la mañana” se llama. Otros se ponen sus cascos y escuchan su propia música. ¿Por qué debería hacer eso? No, no estoy dispuesto. Tengo derecho a mi propia tranquilidad. No puedo empezar la jornada así.

Se lo he pedido con educación, y también sin educación, quizá. Fue cuando me dijo:

– Joder, el tío aburrido, siéntate al fondo si te molesta. Es mi autobús.

“Tío aburrido”, me dijo.

Y sí, me acabé sentando al fondo del autocar jurando sobre su puta madre y todos sus muertos, después de decirle que daría parte.

Tendrá unos veinte y pocos años. Apesta a tabaco. Intenta, sin éxito, disimular con un spray el olor, prueba irrefutable de que ha fumado en el interior del vehículo.

Y además conduce fatal. Los pasajeros vamos dando tumbos.

-Buenos días, triste – me dice una mañana elevando su voz por encima de la música. – Vaya cara que traes. Yo llevo desde las cinco de la mañana con el cacharro este haciendo rutas, y aquí estoy, hecho un toro. Y con alegría en el cuerpo, como debe ser.

Me da un manotazo en el hombro mientras lo dice, y empieza a cantar una de las canciones espantosas que suele ponernos, que acaba de empezar a sonar.

-Quiero decirle que he dado parte – replico.
-¿Qué? , más alto, por favor.

Y me hace gritar.

-Vale, hombre, no chilles, ya te he oído. Y ya se, ya se que fuiste tú. A ver, – baja la música (milagro) y se pone de pie – ¿alguien más tiene queja?

Hay tres personas sentadas en ese momento. Todos a lo suyo como siempre. Ni se enteran.

Sonríe triunfal.

-Hale, tira para el fondo, que vamos con retraso- dice con chulería y se sienta al volante. Sube el volumen, claro.
-Chivato – masculla entre dientes mientras yo, indignado, me alejo hacia mi sitio. Arranca bruscamente y casi me hace caer. “Hijo de puta”, pienso.

Mi mujer me aconseja ser más directo, y no dejarme amedrentar.

-Eres demasiado conformado, así no vas a ningún lado, – sentencia.

Otra mañana subiendo al bus.

-Joder, pero qué careto llevas. Sexo poco; seguro. – Así me recibe. – Hace unas horas le he echado un par a mi Jenni. Y aquí estoy, como un toro.

Esa ha sido la guinda del pastel. En treinta años juntos, mi Emilia jamás ha tenido una queja al respecto.

Antes de darme cuenta, le he cogido del cuello de la camisa y lo he tirado al suelo. Abre los ojos y me mira entre asombrado y aterrorizado. Los otros pasajeros, que jamás dicen nada, se han puesto de pie asustados.

Semanas después, estoy en la oficina de empleo. Con 52 años, no hay muchas oportunidades, a pesar de mi experiencia.

Las palabras de mi jefe resuenan todavía en mi cabeza “Alberto, tu rendimiento los últimos meses no es el que era” “Toma esto como una oportunidad de cambio”. Blablabla, conozco cómo funciona esto. Se perfectamente por qué me han echado.

Un día, esperando mi turno en mi “nueva empresa”, sumido en mis pensamientos, de pronto alguien detrás de mí me habla.

-Hola, ¿te acuerdas de mí, colega?

No puedo creerlo, es el conductor. Su música le acompaña. A pesar de llevar los cascos, todo el mundo la oye. Empiezo a creer que hice algo terrible en otra vida.

-Que casualidad tío… vernos aquí – dice. – Aquí estoy, sí – continúa. – Aquel curro no era para mí.

Sigo en silencio.

-Bueno… y cuando nos pillaron a la Jenni y a mí en el bus fumados y en pelotas… eso también hizo que pensara cambiar de aires, sí.
-Vamos, que te echaron – contesto finalmente.
-Bueno… sí… Pero que suerte verte aquí, a lo mejor podemos recomendarnos el uno al otro

Se ha animado. El solo.

-Esto me recuerda la peli esa vieja. “Este puede ser el principio de una gran amistad”, cómo era…Doctor Simago.
-Casablanca… – musito.

¿Lo mato?

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12 comentarios

  1. 1. Quique Crespo dice:

    Muy ingeniosa historia y muy bien escrita, se lee fluidamente y se entiende a la perfección. Me gustó. Felicitaciones.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 00:59
  2. 2. Jose M Quintero dice:

    Hola Ratopin.
    Gran relato me hizo reir mucho, que personaje se ha encontrado el protagonista, una piedra en el zapato.
    La pregunta final es muy ingenioso, y para responderla: si, creo que debe asesinarlo, jejeje 🙂
    Me gustó mucho, felicitaciones.

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 01:03
  3. 3. Diego Manresa Bilbao dice:

    Muy divertido Ratopin!!!
    A veces encuentras gente asi por la vida, y lo malo es que te acaban cayendo bien jejejejeje…

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 20:23
  4. 4. Ratopin Johnson dice:

    Gracias por los comentarios, yo no quedé muy satisfecho del todo. La verdad es que está basado un poco en hechos reales, como los telefilmes 🙂

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 18:34
  5. 5. Chiripa dice:

    Original, bien narrado, de lectura fluida y divertido.
    Yo, ¡lo mato!

    Enhorabuena, Ratopín y gracias por visitarme.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 15:28
  6. 6. Gota dice:

    Muy buena historia!! Muy divertida!! Logras poner al lector en la piel.del protagonista.
    Saludos!
    Te invito a leer mi cuento es el 164

    Escrito el 2 abril 2015 a las 04:25
  7. 7. Marcelo Kisi dice:

    Buenas Ratopin!
    Qué buen relato!! Si hay algo que disfruto en mis escritos es imaginar el discurso de los malos. Me reí solo y con ganas (como un toro!) frente a la compu escuchando a ese conductor hablándole al prota de su vida sexual. Cuando lo tiró al piso, yo pensé que lo mataba ahí nomás, pero no venía por ahí la cosa, le encontraste un lado más cómico y te salió muy bien.
    Felicitaciones!!

    Escrito el 2 abril 2015 a las 22:12
  8. 8. KMarce dice:

    ¡Que lo mate por favor…!
    Saludos Ratopin, gracias por tu comentario en mi relato. Quise venir a leer los relatos de quienes me comentaron antes de escribir algo por allá.
    Coincido con que tiene un realismo y comicidad. Me ha sacado sonrisas y risas. (¡Un toro!).
    Lo he disfrutado, se lee de corrido, me imaginaba la cara del protagonista con sus deseos reprimidos y la frescura del otro. Muy bien llevado y nos has hecho criminales a todos, deseándole la muerte, ¡Ja!
    Nadie te ha dicho nada, pero respeto tu trabajo y debo contarte sobre esos detallitos que hay que pulir.
    Obviaré el primer guión, que siempre debe ser el largo (alt0151) para iniciar el diálogo, creo que es cuestión del copy/paste, lo he notado mucho en este mes. Pero con respecto a los guiones narrativos, estos siempre deben ir pegados a esa narrativa y la puntuación irá por fuera, Ejm:

    —Que casualidad tío… vernos aquí –dice–. Aquí estoy, sí –continúa–. Ese curro no era para mí.

    Se entrecomilla lo que es pensamiento o recuerdo, como es el caso de la esposa, no va con guión narrativo porque ella no está presente.

    Los números siempre irán en letras, van en números unicamente al ser de díficil lectura, fechas, direcciones, o cuando no se pueden sustituir con palabras, por lo que 52 años, debería ser cincuenta y dos años.

    Como lees, son detallitos de fácil corrección. Por lo demás, no veo erratas obvias.
    Me ha gustado mucho, me he reído y lo he disfrutado. Enhorabuena.
    Nos leemos.

    Escrito el 3 abril 2015 a las 00:47
  9. 9. Ratopin Johnson dice:

    Gracias a todos, gracias KMarce por las puntualizaciones.
    Respecto al guión narrativo, lo tendré en cuenta. La verdad es que no lo sabía.
    El entrecomillado que me comentas, ahí no sí si estoy de acuerdo. Un poco sí. Entiendo a lo que te refieres. La acción es siempre entre ellos dos, ya sea en el autobús o en la oficina de empleo. Si hubiera puesto por ejemplo (situando la acción en otro espacio, su casa):
    <> .
    Lo de los números, sí, a mí me salta a los ojos, y siempre pienso que no está bien, pero al final cuenta como una palabra, y cincuenta y dos ya son tres. Pero tienes toda la razón
    Saludos

    Escrito el 3 abril 2015 a las 10:30
  10. 10. Ratopin Johnson dice:

    En mi comentario 9 algo ha desaparecido.
    Quería decir…
    Si hubiera puesto por ejemplo (situando la acción en otro espacio, su casa):
    “Esa noche, mi mujer me recuerda que no se enamoró de mí por mi carácter:
    -Eres demasiado conformado, así no vas a ningún lado, – sentencia.

    Escrito el 3 abril 2015 a las 10:37
  11. 11. Ryan Infield Ralkins dice:

    Deben votar a ese chofer infeliz. Divertido el relato y te felicito porque le he cogido odio a ese conductor. Me gusto muchobla estructura y la creacion del personaje.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 6 abril 2015 a las 17:31
  12. 12. Paola dice:

    Un relato original y fresco de fácil lectura y que te deja un buen sabor de boca. Las cosas de la vida! He disfrutado leyéndolo.
    Me ha gustado la parte en la que dices que los demás no protestan, se limitan a observar. Cuántas veces te pasa eso!! Y sabes perfectamente que todos están de acuerdo contigo pero nadie se atreve a apoyarte!!
    Saludos

    Escrito el 7 abril 2015 a las 12:12

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