Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Llamada a medianoche - por Atria

Pedro estaba emocionado. Y muy nervioso. Le había costado dar ese paso, pero quería hacerlo. Quería darle una sorpresa a Juana, hoy que era su quinto aniversario de novios. Quería darle esta sorpresa y luego, esta misma noche, pedirle que se casasen, que compartiesen piso, que formaran una familia. Que su amor fuese público y legal. Y para siempre.
Sabía que a Juana le encantaba ese programa: Llamada a medianoche y que lo escuchaba cada día, cuando se iba a la cama. A menudo le comentaba las anécdotas que habían ocurrido la noche anterior. Una persona llamaba a su pareja, o a un familiar, o a un amigo a medianoche – de 12 a 3 de la mañana- para decirle cuanto la quería o como lo echaba a faltar o pedirle perdón o cualquier cosa importante.
Y Pedro decidió que en su quinto aniversario la llamaría él. Hizo su solicitud a la radio un mes antes y lo citaron: El 5 de septiembre a la 1,30 de la madrugada. Era su hora, su momento. El suyo y el de Juana. Pensó que seguramente a esta hora, ella ya estaría durmiendo. Hubiese preferido hacer la primera llamada de la noche, pero no fue posible.
Faltaban segundos. Pedro sudaba y creyó que no le saldrían las palabras. Estaba muy, muy nervioso. A Juana le había dicho que estaría dos días fuera por trabajo, que sentía terriblemente estar lejos en una fecha tan señalada, pero que se trataba de un viaje importante, inaplazable. Y, por dentro, sonreía pensando en la sorpresa de Juana cuando recibiera su llamada. Y su alegría al saber que, por supuesto, celebrarían juntos su aniversario.
“Dentro”- anunció el presentador y el teléfono empezó a sonar. En directo. La 1,30 de la madrugada.
– ¿Diga?- respondió una voz soñolienta, de hombre.
El presentador y el técnico de la radio dieron un respingo y miraron a Pedro, que había empalidecido y observaba fijamente el micro, incrédulo, inmóvil, con la boca entreabierta y las manos crispadas sobre la mesa. Lo primero que se le pasó por la cabeza fue que habría tenido que llamar al móvil y no al fijo. Pero ese fue un pensamiento que voló, que pasó tan rápido que Pedro no lo acabó de asimilar. ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Qué hace en tu casa?
– Quizá han marcado el número mal- balbuceó al fin.
Volvieron a marcar. Otra vez en directo. La 1,32 de la madrugada. Esta vez contestó ella.
– ¿Juana? – Pedro no dio tiempo al presentador a anunciar la Llamada a medianoche, el programa para decir te quiero.
– ¿Quién es ese tipo? ¿Qué hace en tu casa?
– ¿Pedro? Pero ¿Qué horas son estas de llamar? –
– ¿Quién es?
Silencio.
– ¡Juana! ¿Con quién estas?
Clic.
Rápido, música. El presentador siente lástima por Pedro, pero no puede hacer nada por él. Está en directo. ¡La siguiente! ¡Que entre la siguiente! Entra una chica que evita mirar a Pedro. Y que ya no está tan segura de que hacer esta llamada sea una buena idea.
Pedro no levanta la mirada. Está lleno de irá y de vergüenza. Se desprecia a sí mismo por haber sido tan cretino, por confiar en esa hija puta. Sale sin despedirse Y mientras anda sin rumbo por las calles solitarias recuerda que ella nunca le ha ni siquiera insinuado la posibilidad de vivir juntos, que a veces le dice que no pueden verse porque ha quedado con las amigas, que hace demasiado tiempo que ya no hacen el amor. Que no protestó cuando él le anuncio que no podrían celebrar juntos su aniversario. Y que ahora, en la Llamada a medianoche, ni tan sólo había intentado mentir. Desolado, se deja caer sobre un banco. Sólo un semáforo que cambia de color para ningún coche parece tener vida, en medio de la oscuridad y el silencio de la noche. Piensa que no tendrá fuerzas para levantarse de allí.
En ese mismo instante, en la radio, pasan de nuevo la llamada, su llamada. Pronto estará en las redes y en otros canales. Y la gente lo escuchará con una sonrisa. “Vaya tipo cornudo”…
Esta noche Llamada a medianoche, está batiendo su récord de audiencia.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. Luis Ponce dice:

    Que bien Atria, me ha encantado, está bien tramada, bien desarrollada y se ha robado mi atención. Lo he leído de un tirón porque has logrado el aumento del interés conforme pasa el relato perfecto.La vida real puede ser más cruel que la ficción.
    Te felicito.
    Nos leemos.

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 23:53
  2. 2. grace05 dice:

    ¡Que buen relato!!!!. Me encantó. Fuerte, real dinámico. Muy bien desarrollado, captaste toda mi atención y la avidez de llegar al final.Te confieso que algo me imaginé sobre la resolución, pero cuando un cuento está bien escrito te insta a llegar al final.
    ¡Te felicito!!!!
    Te invito a comentar 114

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 18:47
  3. 3. Leonardo Ossa dice:

    Atria, la frase: “Sólo un semáforo que cambia de color para ningún coche parece tener vida, en medio de la oscuridad y el silencio de la noche.” me ha creado una instantánea mental, parecida a la que puede crear un relámpago mientras oteamos un océano furioso, cuando se navega en medio de una turbulenta noche. Ha sido una historia muy entretenida que espero se popularice entre los otros compañeros de Literautas, para que dejen también acá sus comentarios.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 22:31
  4. 4. Chiripa dice:

    Hola Atria,
    Has desarrollado tu relato con intriga in creciendo y lo has narrado maravillosamente, con muy lindas frases, como la del semáforo.

    Solo quisiera sugerirte que en la frase:
    “…sorpresa a Juana, hoy que era su quinto aniversario de novios. Quería darle esta sorpresa y luego…” sustituyas una de las dos sorpresas. por ejemplo, Quería darle una sorpresa a Juana, hoy que era su quinto aniversario de novios. Quería dársela y luego….
    En fin, como tu decidas.

    Que gustazo leerte y espero volver a encontrarte en las siguientes escena.
    ¡Salud!

    Escrito el 2 abril 2015 a las 19:55

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.