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Bailarines Callejeros - por Diana

BAILARINES CALLEJEROS

Había hecho su recorrida, espiritualmente reconfortada, pero con un dejo de tristeza. La mañana cálida, la brisa se colaba entre los árboles frondosos y añejos, caían a plomo arraigados fuertemente al suelo.Allá un banco gris entre canteros floridos invitaba al reposo.Se sentó. Una suave voz hizo volver su cabeza.Allí parado. un señor apuesto apoyado en el bastón labrado en plata.

Le dijo -¿Me permite compartir el asiento?, suelo hacerlo al terminar el recorrido, no se si me cansan mis gastados huesos o el espíritu acobardado.

-¡Oh ! un placer, me sucede lo mismo-dijo Clotilde.

Enseguida trabaron amena charla.

Carlos era jubilado docente, oriundo del lugar y conocedor de todas sus historias, Clotilde, también jubilada, visitaba a menudo la ciudad donde tenía parientes.

Los ojos de Pedro, brillaron y comenzó su relato. " Eran seres extraños, nunca supimos de dónde venían, cuál su parentesco, dialogaban entre ellos, más bien entre susurro. Cuando las campanas de la Iglesia marcaban las siete, tomados de la mano descendían del destartalado micro que venía de "Piedra Furada".

Se sentaban en el cordón de mi vereda María y Leopoldo. Era todo un ceremonial serio y formal. María se retocaba el maquillaje que contrastaba con su piel amorenada, colocaba una flor gardenia en el rodete de cabellos teñidos, collares y pendientes multicolor enmarcaban su rostro, los dedos lucían grandes anillos que resaltaban al mover sus ágiles manos. Todo ello daba iluminación al zarandear su descolorida pollerona, toque final la colonia floral. Mientras tanto Leo ajustaba el cinturón a su holgado y corto pantalón, recuerdo de un amigo.En el bolsillo del flojo sacón guardaba preciado tesoro, -su radio Espica- con forro de cuero gastado, revisaba sus pilas, la probaba , la ponía en frecuencia y con sumo cuidado la volvía al bolsillo.Finalizaba sacudiendo sus rizos ensortijados estilo rockero. María lo miraba deslumbrada.

-Es la hora, vamos- María lo decía con autoridad.

Comenzaba la actuación. En el centro de la Avenida ya estaban los dos. ¿Eran seres humanos o muñecos de porcelana torneados por la vida? Enigmáticos, dulces, con la mirada perdida, ojos redondos detenidos en el tiempo, en ese ayer… No percibían la mirada inquisidora de los espectadores o las risotadas grotescas de algunos muchachones, tenían la capacidad para ignorarlos y si, resplandecía la sonrisa tatuada. Ya estaban en escena. La alfombra gris del macadam tendida como la roja de los Oscar. María comenzaba a quebrar cadera en una mezcla de invertebrado, brazos y manos dibujaban arabescos bajo la luz desteñida de las farolas.La falda desplegada como si fuera vela en alta mar, sorteando tempestades. Todo respondía al marco musical creado por Leo a partir de la sintonía musical de su radio colgada al cuello, complementaba con su armónica de boca, desgastada.
María acompañaba con su maraca creación del ingenio, muchas monedas en su alcancía solidaria de latón.
Sus rostros se transformaban.María oficiaba de manager, ordenaba con sus manos voladoras y Leopoldo asentía. Era una mezcla de ritmos ¿la Zumba de hoy? Se despegaban sus caderas cadenciosas en movimientos y pasos indefinidos, el aplauso, las alabanzas alimentaban el goce, la emoción de sus almas.

Un día desaparecieron…ya no tenía sentido el tañir de las campanas.No estuvieron los tejedores de sueños e ilusiones que un día sacaron de la monotonía a la pareja con la cerveza estival."

-¡Qué lástima no tuve la suerte de conocerlos! dijo Clotilde.

-Como ves vivieron fuertes sueños e ilusiones que persisten en la memoria a través de esa caja gris que sobresale en la pirámide " Personajes de la ciudad", luce una leyenda emotiva "María Fumasa y Leopoldo Bailarines Callejeros 1990", acotó Pedro tristemente.

Bajaron la escalinata del cementerio en silencio.Habían motivos para la reflexión y la pregunta -"¿La radio Espica dónde estará enviando mensajes musicales"?

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3 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola: Tu historia es muy sencilla y nostalgiosa.Has trenzado elementos muy pintorescos, como los bailarines callejeros. A mi modo de ver, se dispersa la fuerza del relato con Pedro y Clotilde. Transfórmate tú sola en la narradora.
    Y me cuesta seguir el hilo conductor; el “qué pasó” de la historia; un poco debido a falta de continuidad de los episodios, y otro a algunos deslices de gramática.
    Con tu permiso y a título de sugerencia, te muestro cómo corregiría, en dos de tus párrafos: La mañana era cálida aunque la brisa se colaba entre los árboles frondosos,añejos y arraigados fuertemente al suelo. Sus sombras caían a plomo
    Allí parado,estaba un señor apuesto, apoyado en el bastón labrado en plata.
    Adelante. Saludos.

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 20:00
  2. Estoy de acuerdo con Beba, en que cuesta un poquitín seguir la historia porque te pierdes un poco en saber qué se quiere contar y es una pena porque es una historia preciosa.

    El lenguaje lo he encontrado muy rico describiendo el baile.
    Saludos

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 20:10
  3. 3. Divasul Pereira. dice:

    A Beba y a Conxita. Gracias, por vuestros aportes, son muy importantes para mí y los tendré en cuenta. María y Leo existieron en estado de vulnerabilidad. Personajes con algún drama personal que marcó sus psiquis, pero calaron hondo y muertos persisten en la memoria ciudadana.

    Escrito el 2 abril 2015 a las 02:05

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