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Silencio - por M. H. Heels

Web: http://mhheels.wordpress.com

Hacía tres días que el Capitán Zherr Staingen escuchaba aquel mensaje por la radio. Era un mensaje extraño, en un idioma que ni él ni nadie de su tripulación entendía. Lo único reconocible eran las tres primeras palabras: «Mayday, mayday, mayday».

Desde que el oficial de radio había localizado el mensaje, el Capitán no había permitido que nadie tocase el aparato.

—No se apagará hasta que se haya respondido a la llamada de mayday —había ordenado Staingen.

De eso hacía tres días. Tres días, con sus correspondientes noches, escuchando aquel mensaje en un bucle infinito. Por eso, cuando la nave paró a repostar en la estación de Sko-Lënguer, en la cuarta luna de Vitheron, toda la tripulación bajó como si les fuese la vida en ello. Y por eso la tripulación se había reducido en tres cuartas partes cuando volvieron a embarcar.

—Capitán ¿Quiere que esperemos por los que faltan? —había preguntado Naabi, su Segunda.

—No.

No hacía falta decir más. Ambos sabían que no volverían.

— ¿Seguimos rastreando el cuadrante 14.04?

—Hasta que encontremos el origen de la señal —respondió el Capitán con un deje de resignación.

***

Aquella noche, por primera vez en mucho tiempo, Naabi se había quedado dormida en el mismo instante en el que se tumbó en su litera. El estrés de los últimos meses le había regalado un cansancio permanente y un insomnio desesperante.

En la última parada que habían hecho para repostar, un tipo a quien llamaban Will el Alquimista, le había vendido unas pastillas de procedencia dudosa. «Si lo que quieres es callar las voces y poder dormir, esto es lo que necesitas.», la había asegurado. El precio había sido desorbitado pero para bien o para mal, habían funcionado.

El mensaje se seguía repitiendo sin cesar: «Mayday, mayday, mayday». Día y noche, sin descanso: «Mayday, mayday, mayday». Ahora, sin nadie más que ellos dos a bordo de la nave, retumbaba en el silencio: «Mayday, mayday, mayday». No lo soportaba más. Era la última que quedaba de la tripulación, todos los demás habían ido abandonando al Capitán en cuanto tuvieron ocasión.

Ella había aguantado por él, por Staingen, por lo que sentía por él y porque sabía que, si ella también le abandonaba, él acabaría demasiado mal. Pero hacía tiempo que ya había llegado al límite de su aguante. En la próxima estación, era probable que ella tampoco volviera, a pesar de todo…

Naabi se despertó sobresaltada con la sensación de caer al vacío. Silencio. Su mente comenzó a repetir automáticamente el mensaje de la radio «Mayday, mayday, mayday». Agudizó el oído frunciendo el ceño. Silencio. Saltó de la litera con la sensación de que algo malo había ocurrido. Corrió por el pasillo hasta la escotilla de cabina y se quedó paralizada ante la puerta cerrada. Silencio. Con el corazón palpitándole en las sienes abrió la escotilla y entró a la cabina. Staingen estaba sentado a los mandos de la nave.

—Capitán, ¿por qué ha apagado la radio? ¿Qué ha ocurrido? —preguntó desde la puerta.

Silencio.

—Capitán, ¿pasa algo?

Silencio.

—Capitán… —suplicó desesperada mientras se acercaba.

Silencio.

—Zherr, por favor… dime algo, háblame ¿Qué ocurre? —susurró con un nudo en la garganta.

El Capitán se giró hacia ella en el mismo momento en el que llegaba a su lado. Pudo ver cómo sus labios se movían, pero no escuchó nada más que el silencio. Naabi miró entonces hacia la radio y se fijó en el indicador: estaba encendida.

Staingen la sujetó por los brazos, obligándola a mirar hacia él. Sus labios se movían.

Silencio.

Se soltó de un tirón del agarre de Staingen y se dejó caer en el suelo. Pateó con fuerza.

Silencio.

Golpeó con las manos.

Silencio.

Sintió el vértigo en el estómago y logró contener la náusea de milagro. Aquel hombre tenía razón: esas pastillas habían conseguido callar las voces. Todas las voces. Se dejó llevar por la risa histérica.

Miró hacia Staingen. Decía algo, se le veía preocupado.

—No pasa nada —le dijo—. Ya no hay nada que me impida quedarme contigo.

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15 comentarios

  1. 1. M. H. Heels dice:

    Como cada mes, quiero dar las gracias a mis tres comentaristas. Este mes haré una mención especial a aquel que me habla del orden de los párrafos en la segunda parte. Tienes razón: El orden es un poco caótico. De hecho, probé varias combinaciones y ninguna me gusto del todo… Quizá el problema es que, esta vez, quise contar demasiada historia.
    En fin, algo mas de lo que se aprende. Mil gracias.

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 15:29
  2. 2. David Rubio dice:

    Hola M.H. Heels,
    En mi opinión no es un problema de orden de los párrafos. No son caóticos. Es más lo que apuntas, hay dos historias. Una la que empieza y otra la que termina. De inicio toda la atención se centra en descubrir el origen de la señal. Una señal obsesiva para el capitán que lleva a que lo abandone la tripulación. La expectativa del lector es por tanto conocer de donde proviene la señal. Ese es el conflicto. Sin embargo, aparece de repente otro, que Naabi no puede dormir y se compra esas pastillas que acallan a todo el mundo pero no como ella hubiera querido. Creo que ese es el problema. Creo que la solución es doble y te da para dos relatos.
    1. Desarrollar el conflicto inicial y relacionar de algún modo las pastillas con la señal, o sencillamente obviar el tema de las pastillas y buscar un final que explique el origen de la señal.
    2.. Eliminar ese mayday que es la señal de peligro y, a cambio, mostrar un Capitán excéntrico ruidoso, escandaloso, un ambiente estresante en el que Naabi no puede vivir. Es decir, plantear ese conflicto y personaje desde el principio. Así la conclusión vendría a ser si no quieres que nadie te moleste la única solución es silenciarlos.
    Humm no sé si he sabido explicarlo o serte de ayuda.
    Un abrazo

    Escrito el 28 marzo 2015 a las 20:32
  3. 3. Aradlith dice:

    Me ha gustado leer el relato, no note ese desorden en los párrafos, quizás porque pude haberlo relacionado con algún recurso para destacar la historia. El punto fuerte es que se empatiza rápido con la protagonista, afectando mas así lo de las pastillas
    … Buen relato

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 09:01
  4. Me ha encantado la segunda parte del relato. En la primera nos presentas el problema de la llamada, y en la segunda es genial cómo logras que se sienta la angustia de ella cuando despierta y no oye nada, por un lado piensas que tal vez el capitán, harto de todo apagó la radio pero no, el giro me parece espectacular.
    Felicidades!!

    Escrito el 29 marzo 2015 a las 14:07
  5. 5. fernando sanz dice:

    Este mensaje iba a ir dirigido a Heels. Con él quería felicitarle por la historia futurista y el desenlace de la misma. Era extraño, dejaba un sabor raro en la boca, pero era como si fuera un plato exótico. Es extraño pero no por ello desagradable. Está bien. Una especie de pesadilla que atenaza a una tripulación por un capitán desequilibrado y su desenlace sorprendente. Y ahí se quedó mi apreciación.
    Sin embargo ahora aparece el otro destinatario del mensaje, David Rubio. El análisis que has hecho me ha encantado. Es como si de repente sacaras a relucir de qué está compuesto ese plato extraño. La receta. Una pizca de comino, unas hojas de perejil, algo de pimienta y un chorrito de licor de hierbas. Ya está. Ahora sé por qué tenía un sabor raro. Rico, rico, pero raro, raro. 😉
    Gracias a los dos.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 15:06
  6. 6. Roger/NHICAP dice:

    Hola M.H.
    Pues a mí me ha gustado la creatividad, la tensión que va generando en el lector, y los mensajes que encierra:
    a) Para Naabi la lealtad y compromiso con su capitán son valores irrenunciables y trata de solucionar el problema con la receta del alquimista.
    b) no siempre las recetas funcionan, o, al menos como nosotros esperamos.
    Nunca me defraudas M.H.
    Un abrazo

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 22:00
  7. 7. -migo dice:

    Me gustó mucho leer tu relato y aún más comentártelo. Con el órden sólo quise sacar punta a algo que tenía muy buen nivel. Las partes en que lo estructuras, cómo presentas a los personajes, o mejor dicho cómo se presentan ellos. Te felicito de nuevo, pero si alguna vez notas que los párrafos no encajan, prueba a eliminarlos, sintetizar, reescribirlos. Sé que es duro prescindir de algo que hemos creado, pero suele funcionar.

    Escrito el 30 marzo 2015 a las 23:14
  8. 8. Wolfdux dice:

    Como ya te he comentado en el blog, un relato que me ha encantado. Felicidades. A mi me ha dejado tan flipado el final que me ha dado igual de donde venía esa señal. ¡Joder con el Alquimista!

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 00:11
  9. 9. Cesar A. Martin dice:

    Hola Heels, mi opinión va a parecer muy diplomática pero es la verdad, el relato me ha gustado mucho, pero al igual que David opino que deberías haber cerrado los dos conflictos con el final, o bien, la opción imposible en este taller, desarrollar más la historia, que imagino que la llevarás a cabo en tu blog. En cualquier es un magnífico trabajo.
    Un saludo.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 13:32
  10. 10. José Torma dice:

    MH Heels, que buena la has armado jaja

    A mi, al igual que a David y a Cesar, me hizo ruido no tener cierre en la primera parte de la historia. La segunda parte me parece muy buena, sin embargo me quede como queriendo saber el origen del problema, mas que la radical solucion.

    Felicidades, con todo es un excelente relato.

    Escrito el 31 marzo 2015 a las 19:24
  11. 11. M. H. Heels dice:

    Pues si, menuda la que he liado jeje.
    David muchas gracias por tus comentarios. Leyendo lo que dices es cierto que se plantean dos historias paralelas que quedan sin cerrar. Aunque, he de decir, que el conflicto de la llamada nunca me plantee cerrarlo porque mas que un conflicto paralelo mi intención es que fuese la explicación del conflicto inicial. Es decir, intentaba explicar la locura del capitán,los motivos que llevaron a toda la tripulación a abandonarle y por que Naabi tomo la “decisión desesperada” de tomar las pastillas…
    En fin, mi intención nunca fue crear dos conflictos sino uno solo que quedase resuelto con el “silencio”.
    Releyendo el texto no puedo mas que dar la razón a David, no ha quedado como yo pretendía y da la sensación de “historia sin terminar”. Pondré mas cuidado en los próximos (para eso esta este taller: para aprender estas cosas) mil gracias por esta lección, en serio.
    Nos leemos

    Escrito el 1 abril 2015 a las 08:55
  12. Hola Heels. Como siempre eres fabulosa creando mundos. Las admosferas de ciencia ficción se te están dando de miedo.
    Yo veo en este relato dos conflictos, que como siempre, los muestras pero no nos das todos los motivos. Siempre nos das el misterio, pero no las respuestas y esa es parte de tu estilo.

    A partir de esos misterios nos creas una serie de situaciones y las reacciones de los personajes. Siempre le das importancia a los personajes y eso me encanta.

    Este mes, como verás, no he tenido tiempo de participar en el taller. Pero si te apetece lo tienes en mi blog.
    http://universosenblanco.com/2015/04/01/seguiremos-informando/
    Saludos.

    Escrito el 1 abril 2015 a las 15:56
  13. 13. Iracunda Smith dice:

    Madre mía, no me esperaba en absoluto ese final. Te juro que me puse en todas las situaciones (incluso que fuesen ellos mismos, en un futuro cercano, quienes mandaban esa señal de socorro) pero me gusta eso de que no pueda oir nada, le suma una intriga infinita.

    Escrito el 3 abril 2015 a las 17:45
  14. 14. Ryan Infield Ralkins dice:

    Me gusto mucho la historia y confieso que me gustaria que tuviera continuacion, a ver quien pide mayday.
    No creo que sea caotico. Al menos yo no tuve problemas al leerlo. Tan solo creo que se deberia explicar el porque del descontento de los tripulantes. Si esta, me lo perdi entonces…
    Felicitaciones por el intrigante relato.
    Saludos.

    Escrito el 6 abril 2015 a las 01:42
  15. Me vais a enganchar a la ciencia ficción y me da mucho miedo.
    Ahora en serio, solo quiero felicitarte (no he encontrado nada susceptible de ser mejorado o corregido, la verdad).
    La idea es buenísima, incluso tiene ese toque de humor sutil que a mi me encanta. Luego, la repetición de “mayday, mayday, mayday” y “silencio” a lo largo del relato, es algo arriesgado, hay que saber encajarlo en el sitio correcto para conseguir un ritmo sin resultar cargante, y lo has conseguido.
    Además, la forma en que se desarrollan los acontecimientos, el abandono de la tripulación y cómo nos enganchas a la historia de Naabi, todo sucede tan natural que uno no se da cuenta de que la verdadera protagonista no aparece hasta la mitad del relato, porque ella es la única capaz de seguir junto al capitán.
    Un gran (grandísimo) trabajo.

    Escrito el 7 abril 2015 a las 09:06

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