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La maldición - por R. Andrés Navarro

La maldición

Era un ángel caído, una escoria repudiada por su propio Padre. ¿Su pecado? Desempeñar el papel que Él le había inculcado. Desde su omnisciencia, el Padre lo había organizado de modo que el universo lo rechazara desde el principio.
Su rol en el mundo era encarnar el odio, el dolor, el mal, la ira. El Padre le había dicho: Hijo mío, sólo uno es capaz de abarcar aquello que nadie quiere, sólo el mejor de mis hijos. Aquel que posee el mayor amor. Y con un ademán de despedida le lanzó con su divino poder a las más profundas mazmorras de la realidad, creadas por lo feo, lo inmundo, lo indeseado.
La sociedad del paraíso, los humanos y cualquier alma que pudiera razonar lo condenó, haciéndole guardián de las caras escondidas que los definían y avergonzaban del mismo modo. Aquella fue su recompensa, su maldición: el desprecio.
Enfurecido, arrugó el endurecido y lacerado ceño. Ya no le dolía el fuego del infierno, ya no le desquiciaban las escenas de terror y redención que le rodeaban, ya no era capaz de dejar fluir la pena por las almas condenadas. Los miles de años le habían arrancado el brillo a la fuerza. Pero nunca más.
Uno de sus diablillos, siervos creados por el Padre para ayudarle, le sonrió con sus ojillos refulgiendo por la luz de las llamas.
-Amo, las hordas de microbios siguen sin ser capaces de enseñar a los humanos el miedo a morir. Siguen empeñados en asesinarse, odiarse, robarse el agua y la comida y violarse. ¿Qué podemos hacer? ¿Una erupción volcánica? ¿Una ola colosal de nuevo? ¿Un pedazo de la bóveda del cielo quizás?
-No, fiel vasallo. Mi misión es recoger y abrazar aquello que los demás rechazan. No hemos dejado de buscar el fin del odio y la violencia desde el origen del mundo, pero ya puede conmigo el cansancio. ¿Quieren los hijos de Adán y Eva reproducir su pecado? Sea. El Padre me confinó en el infierno que calcina mi alma sin pedirme más que simbolizar el miedo y la maldad. Quiso un diablo al que poder confiar aquello que nadie ama. Será miles de años después cuando yo, Lucifer, pierda cualquier rasgo del ángel que una vez fui. Y hoy por fin, leal lacayo, dejaré que la Humanidad presencie el horror que su esencia no cesa de generar. Será hoy cuando deje de embalsar el Mal en mi propio cuerpo, en mi propia carne y conceda a sus verdaderos dueños el placer de convivir con él. Yo, Lucifer, volveré al Cielo, a mi hogar por derecho y cuna, y haré que la verdad del universo salga a la luz. Pequeño diablillo, hoy podrás ver al ángel que en su día fui abrazar al Padre y exigirle lo que me fue jurado al nacer: Cuando conozcas la esencia de la Realidad, serás uno con el Padre, como la Divina Paloma. Y hoy, el Padre, la Paloma y el Hijo serán Uno y Dios del mundo.
Al escuchar un aullido de dolor en una de las salas del infierno, Lucifer se apiadó del humano que, como él, sufría por seguir los mandados de la Providencia. Pedía en alaridos que Dios curara a su único hijo, que era incapaz de fecundar a su mujer y que supondría el fin de su familia, la única que quedaba con la sangre del gran rey.
-¿Cuál es el nombre del alma que allí sufre?
-Jacob, un humilde labrador de madera del que se dice desciende del mismísimo rey David. Dio su vida para que José, su progenie, pudiera desarrollarse. Y el hombre es yermo.
-Seré Jesús, hijo de José y salvador de la Humanidad y daré con ello por acabada mi responsabilidad para con el Padre y la Creación- Lucifer decidió conceder aquel sacrificio final como despedida de la Humanidad. Su amor por ellos hacía siglos que se había podrido, pero las ascuas de aquello que en su día ardió más que el mismo infierno ablandaron su encallecido corazón- Naceré por ellos, viviré por ellos, sufriré por ellos y al final moriré por ellos. Es lo único que me queda por hacer. Su porvenir no lo decidiré yo nunca más.
-Alabado sea, amo. Gloria a mi señor, salvador del mundo.

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5 comentarios

  1. 1. Servio Flores dice:

    Interesante relato. Hereje y gnostico que con una mirada librepensadora da para muchas conjeturas.
    Solo una pregunta quien demonios (a propósito) tomó el lugar de lucifer pra seguir jorobandonos la vida? 🙁
    Buen relato, saludos.

    Escrito el 29 abril 2015 a las 01:58
  2. 2. ILLARGUIA dice:

    Interesante el giro que le das a la leyenda de Lucifer, ofreciéndose como príncipe de salvación. A lo mejor es que estaba cansado de acaparar tanto mal, y tanto despropósito. Buen logro el del reto sin t.
    Un abrazo.

    Escrito el 1 mayo 2015 a las 19:52
  3. 3. grace05 dice:

    Tu relato me heló la sangre. Denso, fuerte. Un Lucifer que se muestra arrepentido. Un relato estremecedor. Un vocabulario y lenguaje extenso y bien llevado que no extraña la falta de la “señora T”. La lectura es fluida y ágil, mantiene en tensión y suspenso al lector.
    ¡Excelente trabajo!!!!!!
    Te invito a comentar 106

    Escrito el 2 mayo 2015 a las 23:44
  4. 4. R. Andrés Navarro dice:

    Servio Flores, creo que nos bastamos nosotros solos para jorobarnos la vida 🙁
    Un saludo y gracias por comentar!

    Escrito el 4 mayo 2015 a las 18:27
  5. 5. beba dice:

    Hola, Andrés:
    Acerca de la forma está todo muy bien; buena construcción, buena ortografía, buen nivel de vocabulario.
    En cuanto al argumento está bien tramado dentro de un marco irreverente y desacralizado. Posible, a partir de un enfoque no convencional de la teología.
    Me recuerda a las elucubraciones de Saramago en “El Evangelio según Jesucristo”
    Felicitaciones.

    Escrito el 13 mayo 2015 a las 01:48

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