Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La maldición - por Atenea

El autor/a de este texto es menor de edad

Un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año que ni si quiera importa. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que vi por última vez la luz del sol. Puede que sea primavera, puede que sea invierno o incluso verano. No me importa si ya no puedo ser yo más. El egoísmo que tuve una vez ya se ha marchado y aún así, por mucho que me pese, yo siempre seguiré así.
Hace unos años durante la escuela primaria, era el bicho raro, el marginado, el raro, el friki, y un sinfín de adjetivos que no puedo enumerar sin que mis lágrimas se conviertan en mares. Todos los días tenía que aguantar los numerosos insultos de todos mis compañeros, hasta que al fin pasé a secundaria. Y allí me transformé en una persona totalmente diferente. Fue como si el capullo mudase y se convirtiese en la bella mariposa que al fin echa a volar. Era el “guay” del instituto, el popular, el que se metía con los demás, el gracioso, el más guapo, el que más ligaba, era lo mejor, yo creía.
Hasta que un día desperté, desperté de toda la maldad en la que me había metido. Y me levanté transformado, otra vez, con múltiples cambios, pero esta vez, me levanté físicamente como un monstruo, e interiormente avergonzado de cómo yo había sido antes, de cómo era todavía. No podía salir a la calle, no podía dejar que me viesen así, era demasiado bochornoso para mí, yo, que había pertenecido a la élite. Al principio, no salía por orgullo, y después empecé a dejar de salir por “el qué dirán”. Tuve que remodelar mi casa entera, no podía soportar verme en un espejo con este aspecto físico, lo odiaba y además estaba empezándome a convertir en alguien primitivo. No sabía qué hacer para volver a tener un aspecto normal, ya había aprendido la lección, sabía que la vida que había llevado durante la secundaria era totalmente inadecuada, pero ahora, ahora, no había vuelta atrás. Esta maldición me tenía totalmente obnubilado. No sabía nada, no sabía arreglarlo, no podía.
Hoy había llegado el momento, lo tenía claro, saldría a la calle y me enfrentaría a todas aquellas personas que me cruzase. Me daría igual, me había convertido en eso y feo o guapo, debería aceptarme tal y como era. No podía hacer nada contra esa maldición, tendría que aprender a vivir con ella, me gustase o no. Y así lo hice, después de tantísimo tiempo, por fin me di cuenta que no importaba tanto mi aspecto físico, ni lo que los demás pensasen de mi, si no lo que importaba era como me viese, si yo me gustaba podría hacer todo lo que me propusiese. Y cada vez me iba viendo más guapo, más elegante, mejor. Al principio pensaba, que era yo quien me veía así, pero no, la maldición, poco a poco fue desapareciendo, y volví a mi yo anterior, sin embargo, con una personalidad totalmente cambiada. A 3 de Abril aún tengo dudas sobre quien me provocó esa maldición, pero no le podría estar más agradecido. Desde un pequeño pueblo escondido entre montañas, un eterno gracias.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

5 comentarios

  1. 1. Anxi dice:

    Bonita metáfora para la historia, me ha recordado a la Bella y la Bestia, aunque más a Bestia, claro.

    Un saludo!

    Escrito el 28 abril 2015 a las 15:24
  2. 2. grace05 dice:

    ¡Muy buen relato!!!! Muy bien escrito, claro fluido, con muy buen vocabulario y con buena descripción de las sensaciones que siente un adolescente. Creo haber visto en tu relato la metáfora perfecta de lo que siente una adolescente en el ir venir del ” ser y no ser”. Vi un muchacho de 15 a 16 años con la cara llena de acné… jajaja.
    ¡Te felicito!!!!!
    Te invito a comentar 106

    Escrito el 29 abril 2015 a las 21:33
  3. 3. mondregas dice:

    Atenea una reflexión interesante y muy bien descrita, en esto esta una de sus virtudes y uno de sus defectos. Hacer un soliloquio y no aburrir es muy difícil. Gracias a la buena descripción que haces no resulta aburrido pero llegas al final un poco cansado. A mi entender puedes darle más atractivo con menos descripción y creando más imágenes, que no tienen por qué ser poéticas, de hecho si lo cargas de imágenes poéticas malo. También debes crear más expectativas. Cuando yo escribo no creas que consigo todo lo que aquí te digo pero lo intento

    Escrito el 1 mayo 2015 a las 07:54
  4. Concuerdo con Anxi. Recuerda demasiado a Bestia, je je. Me encanto la historia pero mas porque el personajke supo ponerse los pantalones en su sitio y se libro de la maldicion. Muy bien construida, tanto la historia como el personaje. Fantastico.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 3 mayo 2015 a las 14:55
  5. 5. ILLARGUIA dice:

    Más que a Bestia me recuerda a Kafka, con su Metamorfosis: “Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto.”
    El carácter interiorista del protagonista lo aleja mucho del cuento de hadas.
    Un abrazo.

    Escrito el 10 mayo 2015 a las 14:15

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.