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LA MALDICION - por JUAN JOSE DE PAUL CRESPO

LA MALDICIÓN
Pase el día con May. Visitamos Segovia. Comimos en una tasca normal, nada especial, unos chorizos y un poco más de cerdo. Ella besaba de una manera “Gruesa”, casi abrasiva, excesivamente húmeda, una gran cantidad de labios que aprisionaban mi boca.
No podía seguir así. No apreciaba esas caricias, esa sensación de ser absorbido… Volvimos a casa. Yo estaba ya muy cansado, y la idea de ir a la cama, sabiendo que ella lo haría a la vez, no me subyugaba.
Decidí dedicarme a mi lado en exclusividad, sin invadir el suyo, y dando la espalda a su suave y orondo cuerpo. Su pelo, como siempre, se extendía encima de la almohada, una maleza negra, brillante, rizada… Eso nunca lo he apreciado. Más a sumar.
De madrugada, ella me quiso saber si quería hacer algo con ella. Yo negué. Salió de la cama y llamó a su hermana mayor. Salió de la cama para hablar. A su regreso, no dijo ni palabra. Se durmió, o eso creía yo, pero se la oía sollozar.
La acompañé al AVE, camino de Córdoba, y me fui liberado a mi casa.
Al otro día, al ir al coche, encontré un aviso de la Policía. El vehículo aparece como robado. Póngase en comunicación con la comisaría de Plaza de España.
Después de comer, quede con Ana. Pensé en una copa, un abrazo y….sí, un revolcón. No pude, Aquello no reaccionaba. La pobre se fue nada feliz. Preocupado por mi poca reacción sexual, pensé en probar en mi soledad. Funcionaba! Pero ¿Por qué a solas sí y con ella no? Decidí no dar más pábulo a ello.
Semanas después, logre quedar con una mujer cántabra. Virginia. Bella, rubia, pelo largo, delgada. Un bellezón, pero… de 8 meses! Me dio igual. Lo lamo es que como primera actividad me pidió que la llevara a “Valdemingomez”. Ni idea de lo que aquello era. Pensé en un pueblo cercano a Madrid. ¡Porras! Lleno de hogueras y “Personas Especiales”. Me pidió 10 € y desapareció en una de las casas con hogueras. Salió y… Corre! Nos vamos… Apenas salimos, llegó un coche de la policía Nacional y dos de la Municipal. De golpe aprecié la gravedad de mi acto… Un Kundero de lujo.
Fuimos a mi casa. Me pareció que sería morboso hacérmelo con una embarazada. Pensé que lo mejor sería que se diera una ducha, ella solita, y después negociaríamos el asunto. Usó mi ducha más de 30 min.
Cuando salió, con mi camisa de pijama, y nada más, pensé que no sería bueno, recordé a mis hijas e imaginando a alguna embarazada, con un viejo verde…, Le preparé una cena, y le ofrecí una de las camas de la casa. No la mía, claro. Ella pensó que…yo estaba en una ¡Acera Cambiada! Qué pena.
Cerré con llave la entrada, y cerré mi dormitorio con pasador. Ella no podía salir de casa ni acceder a mi habitación.
Amanecí a las 09:30. Me dirigí a la cama de Virginia. Quería arreglar lo de ayer. No había dormido allí. No usó la cama. Durmió en el sofá del salón.
Preparé el desayuno y después de aguantar sus chanzas, la lleve a su casa.
Al volver, descubro: Sofá quemado con cigarrillo.
El cuchillo pequeño de cocina…. Desaparecido..
Cuando comenté mis problemas con Paco, colega de la oficina (y muy amigo de May), me dijo que la familia de May, son Calés y con poderes especiales, especialmente su hermana mayor, (Charo).
Chico, menudo mal de ojo…. La llevas clara, lo mejor es que llames a Charo, pide disculpas y soluciónalo. Si llamas a May, te dirán que ahora sale conmigo, así que olvídala.
Llamé a Charo, me deshice en disculpas, le rogué me liberara del Mal de Ojo…
Una vez recibí mis mil y una ofensiva, confirmó mis desgracias, y dijo que nunca me liberaría.
Hoy aún, sigo sin lograr compañera, y si la llego a conocer, no pasa de la primera copa.

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2 comentarios

  1. 1. Leonardo Ossa dice:

    Juan José, tu relato y el del señor Marcelo Kisi (relato 44), tienen algún fondo común en la trama.
    Tu historia tiene algo de tragicomedia. Espero que el protagonista encuentre la manera de solucionar tal embrujo.
    Saludos.

    Escrito el 29 abril 2015 a las 20:29
  2. 2. beba dice:

    Hola, Juan José:
    Gramática: muy buena. Un relato ágil, sin freno; buen marco para un protagonista tan inestable, no hace más que romper su propia vida mientras se mueve.Muy buenas descripciones. Y ese submundo todopoderoso y callado de los gitanos,apenas esbozado pero efectivísimo.
    Me gustó mucho.
    Todavía no termino de reirme.
    Felicitaciones

    Escrito el 9 mayo 2015 a las 13:34

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