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La maldición - por Julieta Ortiz

Web: http://plumadelmonoalado.blogspot.mx

Enummera las horas sobre las perlas que adornan su cuello, las repasa ansiosa y sobre su expresión de facciones endurecidas se derraman las lagrimas. Escucha el cuchicheo de las viejas afuera de su alcoba, Daniela vuelve a asomarse a la vidriera: en la acera solo permanecen las hojas secas acarreadas por el aire, cierra sus ojos dejando escapar un suspiro que es suspendido por la campanilla. Es raro que las criadas no se encarguen de abrir, al bajar la escalera se revela una sala vacía, quizá la vergüenza ajena fue demasiada para disimularla. Al abrir, un gallardo caballero se vislumbra, va engalando en seda negra, él la mira con avidez apresandola con sus luminosos ojos y en un ademán maquinal ella lo hace pasar. El silencio crece a medida que él avanza, sus prendas resplandecen en medio las sombras que se van generando a su paso robando la energía de la casa, incluso del arreglo floral en el recibidor, las rosas blancas sucumben a la demoniaca influencia desfalleciéndo en un segundo.

Arrellanado a un lado de la chimenea, aquel hombre alza la efigie de la abuela, de asombroso parecido con la sucesora y en el recuerdo imprime un beso infame que quiebra el vidrio.

—Era igual de hermosa que vos, la he recuperado— pronuncia aquel. Procura dar un beso a Daniela, ella lo mira confundida y después del rose de los frios labios nombra a su novio —Javier…— En reacción seguida, él caballero despliega un prendedor de sus ropas y lo encaja en la mano de la joven, después de lamerlo pronuncia casi en un susurro —Hermosa la vida gozada, es hora de la deuda previa saldar— Daniela se desvanece sobre el sillón.

Al ser llevada escaleras arriba, se pierde en sus ideas donde resuena la maldición prounuciada, mezclándose con recuerdos de una vida que nunca le correspondió y sin embargo heredó: Emperifollada de verde en la escena, permanece de pie al lado su abuelo, un rejuvenecido figurín, se miran en medio de una ambarina luz la armonía, cuando la risa macabra de la huesuda se inmiscuye, llevándose del guapo figurín la vida. Es imposible esquivarla a la despiadada… salvo si se ofrece alma por alma. No la de hoy, sino una mejor, la de una vida próxima, en un cuerpo nuevo y vigoroso, pero con la misma esencia de la que suscribe, con sangre sellado el convenio y la vida de regreso. Al caer sobre el colchón el cuerpo azorado de Daniela fue agredido por un par de manos frías que le desgarraron los muslos, para después consumar su hechizo con el doloroso arrobo del miembro demoniaco cogiendo su pureza. Sin fuerzas para defenderse, Daniela pierde la conciencia, el sopor se le acumula en la sién unido a un cúmulo de cabezas que giran a su alredor burlándose y riendo de su desgracia.

Le valió mucho aclarar la visión al despavilarse, la luz se colaba desordenada por el dosel y le incomodaba en los ojos. Al erguirse sobre la cama padeció de nuevo ese ardor que le nacía en lo profundo del abdomén y se le clavaba en el corazón, se descubrió en el espejo de la cómoda manchada de sangre y sobre los despojos del ajuar que aún llevaba encima, se dejo caer. Comprimiendo las prendas en sus manos concibió el recuerdo de Javier: como un imbécil mofándose a lo lejos de su deshonra. Después, se imaginó llena de furia deseando acabar con su propia vida en la noche previa, como si posesa por fuerzas demoniacas fuera, quizá las mismas que le susurraban maldiciones al oído, mismas que la había llevado a esa miseria, del peculiar caballero de ropajes de seda no conservaba recuerdo alguno. Se lavó el pecado de la piel, pero de su hondo ser no pudo arrancarse ese olor a podredumbre, a fin, a ruina… que a cada respiro, a cada palabra pronunciada, a cada evocación hecha desde la lejanía por Javier, crecía más y más inclusive llegó a llevarla al asco propio. Se miró al espejo y vio aparecer en su piel úlceras y llagas que no podia curarse. Los ojos se le iban ensombreciendo poco a poco, como si la vida de ella escapara.

Del amor que profesó la virgen, de la vida que a sus pasos dio camino, de la deuda heredada, alma por alma venga a mí. De ahora al final de las eras ¡sabia, linfa pura! Dame vida.

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8 comentarios

  1. 1. Elizabeth MZ dice:

    Hola 🙂
    La historia da miedo, qué bien hecha. No perfecta, claro, pero esta bien. ¡Me sorprende que en verdad no hay ninguna T!

    Escrito el 28 abril 2015 a las 16:42
  2. 2. Leonardo Ossa dice:

    Hola. La descripciones en cada una de las escenas, logran recrear el ambiente denso que se vive a lo largo del relato.
    La omisión de la letra “te” es además un obstáculo que salvas muy bien en la redacción.
    Saludos.

    Escrito el 28 abril 2015 a las 22:19
  3. 3. Arameo dice:

    Hola Julieta, como siempre es un placer leerte.

    Saludos!

    Escrito el 30 abril 2015 a las 03:12
  4. 4. Troya dice:

    ¡Qué narración más densa y bien descrita!
    Vigila las tildes.

    Saludos.

    Escrito el 30 abril 2015 a las 16:00
  5. 5. grace05 dice:

    Uff!!!! ¡ Qué historia!!!! Fuerte, densa, atemorizante, de tensión y suspenso. Tu escrito me transmitió sensaciones y sentimientos que apenas me percaté que no habías utilizado a “la señora T”. Si bien el contenido me pareció un poco confuso, no puedo dejar de halagar tu forma de escribir, con descripciones pulcras y frondoso vocabulario.
    Buen trabajo !!!
    Te invito a comentar 106

    Escrito el 1 mayo 2015 a las 21:59
  6. 6. Leonardo Ossa dice:

    Julieta, estuve leyendo el comentario que dejaste en mi narración “La maldición” Palabras como las tuyas me animan a seguir escribiendo. Estoy muy agradecido porque dedicaste un momento a leerme.
    Saludos.
    leonardo_ossa@hotmail.com

    Escrito el 7 mayo 2015 a las 04:52
  7. 7. KMarce dice:

    Interesante muestra para el reto del mes, coincido con los comentantarios, ha sido muy bien llevada, con algunas frases interesantes y descripciones atractivas.

    Cuida tu ortografía, hay palabras que se te escaparon, no olvides pasar varias veces el corrector, alguna faltas en las tíldes y errores de dedo: rose (roce), prounociada (pronunciada), demoniacas (demoníacas), etc.
    Haz hecho buen uso del guión largo para las partes narrativas (yo por pereza uso el corto que luego corrijo), pero debes separarlo del diálogo, algo así:
    —Era igual de hermosa que vos, la he recuperado —pronuncia aquél.
    Algunas frases quizá separadas con uso de ; o puntos y aparte, ya que algunas oraciones se me hicieron demasiadas largas. Facilitarían la lectura, sin cortar el “suspense” de la trama.
    Felicidades por cumplir el reto sin T, lo has hecho muy bien que no se siente su ausencia.
    Como podrás leer, los detalles a mejorar solo es ortografía y gramática, completamente aplicable.
    Muy fina tu historia.
    Nos leemos.

    Escrito el 14 mayo 2015 a las 20:44
  8. 8. ome tecpatl dice:

    Hola Julieta.
    En primer lugar, una disculpa por lo tardío de mi visita. Ya ves, tenemos que ganarnos la vida.
    Detalles más, detalles menos, tu escrito me parece de lo mejor que he leído en el taller. Con el tiempo he aprendido que hay una diferencia muy marcada entre escritura y literatura. Y este texto pertenece a la segunda categoría. Desborda talento, y te felicito por eso, además de augurarte una promisoria carrera en las letras. Ten por seguro que seguiré con interés tus participaciones futuras.
    Tu amigo, O.T.

    Escrito el 23 mayo 2015 a las 02:33

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