Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La maldición - por Marla O'Hara

El autor/a de este texto es menor de edad

Se acurrucó en un rincón de su habitación, con solo un instante para recobrar la compostura del temblor que recorría lentamente su cuerpo que se preparaba, como cada tarde, a convulsionar en modo de un silencioso mar de lágrimas que recorría sus mejillas dejando caminos de agua y surcos invisibles en su piel marmórea por la que caían kilos de culpabilidad, errores y sueños rotos.
Se abrazó a sí misma mientras dejaba escurrir su tristeza como cada día; monótonamente, lentamente y con la respiración entrecortada, bajo la luz del fluorescente que iluminaba la amplia estancia.
Se abrazó a sí misma, como si tratara de recomponerse, de juntar todas las piezas de una botella de cerveza rota en mitad de una cuneta, como si tratara de convencerse a sí misma de que alguien la quería.
Naturalmente, aquello no funcionó, nunca funcionaba.
De todas maneras siguió abrazándose, con fuerza, mientras buscaba amor en un mundo de cristal y reflejos. De todas maneras, siguió llorando hasta quedar seca, sin lágrimas, pero sin salir de ese estado invariablemente agónico.
Retorciendo sus manos entrelazadas, apretándoselas tan fuerte como la permitían sus huesudos dedos, como dándose ánimos.
Sola, siempre sola.
Tampoco deseaba compañía, o por lo menos eso se repetía, tan frecuentemente que ya casi se había convertido en un mantra.
Se encorvó un poco más, y dejo que su frente quedara apoyada en sus rodillas mientras su enmarañado cabello recientemente teñido de pelirrojo, caía cubriéndola como un manto, protegiéndola de las curiosas miradas de las sombras.
Se preguntó qué habría hecho mal, como siempre, no halló la respuesta.
Sola, siempre sola. Esa era su vida.
Y poco a poco, abandono su posición, intentando desaparecer ante la atenta mirada de la luna y sus ríos de plata. Poco a poco, desembarazándose de la jaula humana que ella misma había creado.
Cayendo, como un saco de arena, al suelo, golpeándose con dureza las costillas al chocar contra la fría superficie de madera barnizada. Aquello dejaría marca.
Lentamente, como reptando, se acercó a la botella de alcohol que tenía al lado de la silla de su escritorio junto con su pequeño reproductor de música. Necesitaba ruido para no pensar. Necesitaba alcohol para no derrumbarse otra vez más, en su ridícula rutina.
Con calma, se incorporó, y se apoyó contra la pared para poder sostener su peso.
Con calma, dio un trago de vodka.
Con calma, pulsó el botón del play.
Con calma, sintió como al oír la canción, su canción, su interior era desgarrado violentamente y aplastado por algo demoledor que hizo que sangrara hasta solo ver rojo.
Con calma, se levantó y le chilló al techo amarillo mientras esta vez lloraba de verdad, como nunca antes había hecho, en uno de esos estallidos que desde que él se había ido no habían sucedido.
Y le chilló al cielo, y gritó al infierno y se volvió en contra del mundo al fin, estrellando la botella contra la pared, dejando que su maquillaje se corriera y que gruesas líneas negras dejaran rastro en sus hundidas mejillas, dejando por fin, su ira volar y su resentimiento contra el mundo y contra ese dios en el que había creído años, muchos años atrás, en una época de infancias olvidadas, en una época de océanos de papel, de ojos de tinta y de alas blancas.
Sola, siempre sola, recordaría aquella noche como la maldición del desengaño y la inercia de la vida: un tirón repentino de las entrañas.
Terminó su inesperado ataque de nervios cuando los últimos acordes de la canción sonaron y aun cuando quedaba una última estrofa se desplomó, sin sentido.

And I find it kind of funny
I find it kind of sad
The dreams in which I'm dying are the best I've ever had
I find it hard to tell you,
I find it hard to take
When people run in circles it's a very, very
Mad world, mad world, enlarging your world, mad world

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

2 comentarios

  1. 1. Servio Flores dice:

    muy buena descripción de alguien deprimido y el uso de la canción de Gary Jules mas que acertado. especialmente esa estrofa final que es mas intensa en ese sentimiento.
    me gustó, saludos.

    Escrito el 29 abril 2015 a las 03:09
  2. 2. grace05 dice:

    Un relato fuerte y denso. Buenas descripciones de sensaciones y sentimientos. Tu vocabulario y lenguaje es extenso. El primer párrafo es un poco largo y se pierde el “hilo” de la lectura. A mi humilde entender creo que necesita una lectura en voz alta y una vuelta para que resulta una muy buen historia.
    Te invito a comentar 106

    Escrito el 3 mayo 2015 a las 21:51

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.