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La maldición - por Mayomi

“LA MALDICIÓN”

Namiko es una señora de casi cuarenta y nueve años, es responsable, trabajadora, soñadora, enamorada del amor, sin embargo, la mayor parte de las veces se encuentra deprimida, debido a las diferentes situaciones que ha vivido en sus relaciones amorosas, pareciera condenada a que sus parejas se alejen en cortos, medianos o largos plazos, y a pesar de todo sigue creyendo, fielmente, que el amor de su vida pronto estará a su lado, desde pequeña se ha visto como una mujer que envejece a lado de su esposo, al cual, en todo momento, lo ha visualizado como un hombre dulce, cariñoso, amoroso, comprensivo, solidario, respetuoso y con alto grado de responsabilidad, pues ella se considera como una mujer que sabe entregar su amor.
Namiko estuvo casada, desde los quince años, con un hombre, once años mayor que ella, durante dieciocho años y medio, obviamente la razón del matrimonio fue por embarazo prematuro, o como dicen “se comieron la torta antes de tiempo”, con él procreó dos hijas, mismas que cuando se separó contaban con edades de dieciocho y quince años. Su separación se debió a que el señor, independientemente de tener por esposa a una jovencita, requería tener más mujeres, así que la infidelidad fue uno de los motivos, además de ello él se comportaba de manera irresponsable, esto debido a que, desde que se hicieron novios, la madre de él, lo motivó a que sacará jugo del papá de Namiko pues era una de las familias más adineradas de la región, así que después de diferentes problemas entre ellos, de apego a Dios para que el matrimonio funcionara, Namiko decidió que ya no era posible continuar con su esposo debido a que éste, sin recato alguno, se enredó con una estudiante de la universidad de ella, así que con la mayor de las fortalezas morales, defendió su dignidad y optó por separarse definitivamente de ese sujeto.
Podría suponerse que Namiko caería en la tristeza pero no fue así, después de terminar su matrimonio, se dio permiso de hacer amistades, así que a los pocos meses conoció a un profesor que llegó a pedir trabajo como director de su universidad, Jaime, así llamado el docente, era un hombre divorciado de dos matrimonios anteriores, así que se sintieron en la libertad de formar una relación, sin embargo, alrededor de seis meses después, la relación se terminó porque Jaime consideraba que se estaba enamorando y comprometiendo con rapidez, así que le hizo caso a su interior y dejó de lado a Namiko, ella se quedó completamente anonadada, no podía concebir la decisión de Jaime pues como pareja se llevaban muy bien, compartían intereses, construían proyectos, lo cual provocó un poco de tristeza en ella.
Durante un año, posterior al rompimiento de esta nueva relación, Namiko se dedicó a trabajar, a mejorar la relación con sus familiares y amigas, a estar pendiente de sus hijas. Al término de este periodo, conoció a un antropólogo llamado Akira, este hombre, en vías de divorciarse, se apegó a lo que había soñado desde niña, era atento, romántico, dulce, cariñoso, le daba excelente trato a las hijas de Namiko, así que se llevaban de maravilla y disfrutaban de su amor por lo alto, sin embargo, a los seis meses, aproximadamente, el divorcio que había tramitado Akira no había finiquitado, la esposa de él había hecho todo por declararse enferma e incapaz de poder vivir sola, argumentando diferentes enfermedades, así que nuevamente adiós al amor que Namiko y Akira se tenían, ambos lloraron amargamente.
Namiko tuvo que ponerse en manos de un psicólogo, la gente le decía que estaba siendo castigada divinamente por haberse separado de su marido.
Después de un tiempo conoció a Andrés, un político estratega que se dedicaba a realizar campañas para postulantes a gobernadores y presidentes, era tan inteligente que Namiko, apoyada en su deseo de formar una pareja estable, decidió intentarlo con este nuevo sujeto, peor mal no pudo hacerse, este señor, hizo de la relación una unión codependiente, fue manipulando, usando, castigando, golpeando a Namiko que, después de doce años, terminaron la relación de tormento que tuvieron.
Más adelante de este golpe emocional, Namiko cayó en un estado depresivo agudo, dejaba que la vida pasara, lo mismo le daba dormir que no, incluso llegó a poner papel periódico en las ventanas de su apartamento para que nadie viera si ella limpiaba o no su casa. Le ha costado trabajo salir adelante, sin embargo, sigue esperando al amor de su vida.

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2 comentarios

  1. 1. Fabián dice:

    Que mala suerte la de Namiko, no da una.

    •Forma

    Al hacer click en tu relato y entrar, lo primero que vi fue un muro inmenso de letras. Y creo que esto ha pasado debido a que usas muy pocos puntos y aparte. Fíjate en el párrafo de la introducción, son 8 lineas continuadas por comas.

    Intenta organizar mejor los párrafos separando la información con punto y seguido, punto y aparte, y no todo con comas. Así conseguirás agilidad en tu relato y le darás un respiro y una mejor sensación al lector.

    •Contenido

    Me gusta que al final no haya encontrado a su príncipe azul para que la haga feliz, prefiero los relatos que son como el tuyo, grises. Y la historia de esta mujer me ha gustado, va de mal en peor la pobre.

    Lo que no me ha gustado mucho es que a veces el narrador se implica demasiado con frases como:
    ”…él se comportaba de manera irresponsable…“
    “…éste, sin recato alguno, se enredó con una estudiante…“
    “…optó por separarse definitivamente de ese sujeto…“
    “… decidió intentarlo con este nuevo sujeto…“

    Juzga a esos personajes e incluso los llama “sujetos” con cierto tono despectivo, aliándose demasiado con la protagonista, como si fuese su madre la que cuenta la historia.
    Yo prefiero narradores que no me dan información masticada, me gusta que me presenten el plato y ser yo el que mastica esa información para sacar conclusiones y juzgar a los personajes.

    Escrito el 28 abril 2015 a las 16:15
  2. 2. beba dice:

    Hola, Mayomi:
    La pobre Namiko, tan sufrida… Su historia se ha vuelto muy cotidiana en nuestros días.
    Yo creo que el problema de tu relato es que son demasiados los intentos frustrados; y el número de palabras no te deja desarrollar tantas historias. Tal vez si aludes a todos juntos y luego desarrollas uno solo, vas a poder expresarte con más libertad; inserta descripciones y diálogos; juega con metáforas y sinónimos; crea suspensos.
    Y aunque tu gramática es bastante correcta, revisa la puntuación.
    Bueno; suerte; adelante.

    Escrito el 28 abril 2015 a las 21:50

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