Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
La Maldición - por Ismael Tomas Perez
Web: http://www.gigantedealgodon.blogspot.com
La maldición
Ocurrió en aquella sala, llena de cosas muy valiosas, con grandes cuadros que reproducían imágenes de familia, algunas figurando personajes de más de seis generaciones. Había asimismo una gran mesa, de roble con una sólida base y bordeada con unos grabados dorados, sobre la que se hallaba aquel pequeño y viejo cofre, de madera labrada, cerrado con un candado muy arcaico.
Nadie sabía lo que había en el fondo del mismo aunque, aunque corría el rumor de que, allí permanecían guardadas las arras de cuando Don Luis, el dueño de la casa, narrador de grandes novelas se casó. Había publicado muchos libros, la mayoría de ellos fueron novelas de enigmas, era un hombre que gozaba escribiendo sobre hechicerías, agoreros y fábulas de pavor. El era muy desconfiado y, quizá por ello, había guardado esas monedas a buen recaudo. Las arras que se dieron su esposa y él en la ceremonia de la boda, como señal de que cada uno ofrecía a su cónyuge sus bienes.
Sobre aquel cofre recaía una maléfica leyenda. Al haber fallecido la esposa del narrador, en adverso suceso con dicho cofre en las manos, Don Luis maldijo para siempre lo que había en él y nadie osó nunca abrirlo.
Dicha leyenda ayudaba a la sala a poseer ese halo macabro. Nadie pensaba nunca en limpiar el polvo, ni siquiera en airear dicha sala, pues decían que se podían percibir unas sensaciones muy raras. Se creía que el alma de D. Luis, que había fallecido hacia muy poco, vagaba por la pieza para salvaguardar su pequeña joya.
Aquél maléfico día, viernes, un día después del doce, y en un golpe de mala casualidad, la ama de llaves al rozar con sus ropas el cofre, lo arrojó al suelo, rompiéndose y quedando los pedazos esparcidos y mezclados con las monedas que permanecían allí, como creían los moradores de la casa y, que a lo largo de muchos años se hallaron guardadas con un desmesurado celo.
Aquella mujer ya nunca pudo vivir sosegada, cada viernes que el calendario marcaba el mismo número, el alma de D. Luis saludaba e increpaba al ama de llaves por las noches. La llamaba imbécil y descuidada y cuando ella rompía a llorar implorando perdón, él se esfumaba.
Las apariciones hicieron que el ama de llaves fuese cada vez más agorera. Se negaba siempre a pasar por debajo de cualquier escalera, a seguir caminando si en su camino había cruzado un felino negro, nunca sumaba más de doce cosas, nunca accedía a que nadie le acercara el café y mucho menos que le añadiera el azúcar y lo removiera. Se hallaba enrollada en un sinfín de manías que, según las supercherías, eran indicios de mal fario.
Ya no quiso nunca asomarse a aquella sala, procuraba eludir, a ser posible, pasar cerca de la misma. Al año escaso de aquel suceso dejó de servir en aquella casa y se encerró en la suya propia sin volver a salir jamás.
Su vida cada vez era un suplicio mayor, se volvió en exceso desconfiada y dejó de recibir los apoyos de sus familiares y amigos, lo que hizo agriar su forma de ser, volviéndose huraña, y despreciable en su visión de la vida
Dice la leyenda que enloqueció y apareció cadáver a los pocos meses, sin saber nadie como había sucedido.
Reto cumplido!
interesante relato.
Esto es solo mi opinión pero puede explotarse aun más, marcar los elementos drámáticos, las figuras literarrias para realzar y darle aun mayor fuerza a la narración.
me ha gustado, felicidades!
Mw gusta el aire, a lo Bécquer, o a lo Poe, misterioso, que rodea la habitación con el cofre maldito. Lo divertido de este reto es comparar las palabras que desaparecen: el gato se convierte en felino, y el trágico suceso se convierte en adverso. De todos modos, qué crueldad con la pobre ama de llaves.
Un abrazo.
Muy buena historia. El reto no le hace perder el ritmo, la tensión y el suspenso que le imprimís a la historia. Me gustó lo de “…el felino..” también debí utilizarlo en mi historia para evitar: gato y así cumplir con el reto.
Bien narrada, el vocabulario y lenguaje es claro y permite una lectura fluida y ágil.
¡Muy buen trabajo!!!!!
Te invito a comentar 106
Hola, Ismael:
Felicidades por el reto cumplido.
Me encantó, especialmente el clima tan apropiado para el argumento; una excelente creación, con vocabulario apropiado.
Si me permites, te señalaría emplear verbos conjugados antes que gerundios e infinitivos; los gerundios se usan cuando una acción es consecuencia inevitable e inmediata de otra; sería así:los pedazos quedaron esparcidos (y no “quedando”);y los infinitivos, así: sin que nadie supiera (y no, “sin saber nadie”)
Gracias por comentar mi historia; al respecto, te cuento que “tanos”, en Argentina, son los “italianos”.
Y acerca del reto, puedes ver en mi blog “La Maldición II”, que escribí después de la que mandé.
Blog: ahorayodigo.blogspot.com
Muchos saludos.
Hola Ismael.
Tu relato atrapa, aun que no es el formato que mas me gusta en la vida, creo que logras una atmosfera lugubre que nos situa exactamente al pie de dicho cofre.
A mi me hubiera gustado mas si enfatizaras las frases mediante un punto y aparte aqui y alla, pero es cuestion de gustos… y sin Ts asi que doble triunfo.
Muchas felicidades y gracias por pasarte por mi relato.
Vaya, lo has logrado, muy bien, Ismael, ni se nota que falta la t. Estoy de acuerdo con lo que te aconseja beba de los verbos, todo texto es mejorable siempre. Pero por algo somos aficionados, estamos para aprender unos de otros. Un saludo.
Ismael, tienes una historia entretenida, que recrea un ambiente de claustro, de enigma, de suspenso que nos traslada en el tiempo.
También has cumplido con el reto opcional, dando un valor agregado a la historia.
Saludos.
Ismael, gracias por tu comentario con respecto a mi narración. Es mi tercera participación en Literautas y me ha gustado mucho.
Me he reído con la mención que haces del club de fans.
Saludos.