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La maldición - por Lobita

Todo comenzó un 1º de noviembre día en el cual se honra a los muertos en México cuando mi familia ponía la tradicional ofrenda en el jardín de mi casa, entre risas y bellos recuerdos cada uno de nosotros la fue nutriendo de comida y bebida, flores, fotografías, sal, incienso, velas grandes y también la espada que había pasado de generación en generación a través de mis antepasados japoneses en este caso mi abuela Naru era la que solía contar la historia de aquel artilugio una y otra vez sobre todo en ocasiones especiales como esta:
-¿En serio esa espada podía cortar a un ser humano, abuela?- atinaba a decir uno de mis hermanos de manera incrédula
-Perteneció a Tomoe Gozen san y no hay ninguna duda querido nieto de que cortaba de manera muy eficaz- respondió con mucha paciencia en lo que prendía una vela.
-Pero si esta toda vieja y oxidada- remató el adolescente
-Condenado muchacho ¿qué modales son esos, no te he dicho que se debe tener respeto por los parientes?- dijo viéndolo de manera amenazadora después de colocar la vela junto al retrato de la difunta Tomoe.
-Ah yo no me creo nada de nada-
-Tomoe san te va a venir a jalar los pies cuando estés dormido-
-Abuela ya no soy niño además no creo en fantasmas, no inventes, mejor me voy a jugar videojuegos esos no me cuentean.
Mi hermano era un chico dark que además andaba en esas ondas de cráneos y música metalera en la edad de 16 años y yo soy una chica de 19 años me llamó Andrea Mika, toda mi vida he sido influenciada por las dos culturas tan ricas en leyendas y ritos.
-Yo sí te creo abuelita Naru- dije en tono que mostraba respeto porque si le tenía miedo a la espada desde pequeña procurando no acercarme para evitar que se me apareciera la dueña de aquella arma.
-Es cierto lo que se dice de aquel que tome la espada con malas intenciones será maldecido para toda la vida con no tener descendencia- dijo en tono solemne
Me gustaban los niños así que era como aquella leyenda urbana en la cual si te barren los pies nunca te casaras soy bastante supersticiosa además de no pasar debajo de una escalera o de tener cuidado si es martes 13, nunca tendría un gato negro y mucho menos que se rompa un espejo en mi presencia. Como yo si planeaba casarme y tener hijos huía como podía de aquello que pudiera traer mala suerte o maldiciones sobre mi persona.
Esa noche mi hermano Toshiro Manuel tentó a su suerte robando la espada y obtener dinero vendiéndola en el mercado negro por medio de internet, ya había conseguido cliente que lo había citado en un lugar para entregársela.
Sin embargo en el camino escucho claramente una voz de mujer que decía:
-Devuelve la espada, devuelve la espada o serás maldecido-
-Seguro es mi imaginación- se giró a ver si nadie lo seguía siguió caminando a paso veloz.
Se encontró en una avenida concurrida del centro de la Ciudad de México
-Devuélvela, devuélvela-insistía la voz de nuevo
-¿Sería acaso la voz del antepasado que le hablaba?- por un segundo le paso la idea por la cabeza se detuvo y miro la espada por un breve instante parecía que estaba más caliente de lo normal, tenía que deshacerse de aquello lo más pronto posible.
Andrea empezaba a pensar que su plan no daría resultado, había logrado camuflajear su voz para que Toshiro no se diera cuenta de que era ella la que hablaba haciéndose pasar por la difunta Tomoe, lo había seguido porque sabía que tramaba algo y tenía que apurarse para no perderlo de vista.
Toshiro estaba dando vuelta a una esquina -¡Ayyy, quema!-gritó soltando la espada de inmediato
Fue cuando una figura fantasmal emergió del arma y tomó forma de una mujer de la época medieval japonesa y decretó de forma atroz:
-Tú estás cometiendo el más grande error al querer usar esta espada con malas intenciones he sido la guardiana de esa espada a lo largo de los siglos, te maldigo para que no puedas encontrar esposa en esta vida- acto seguido Toshiro se desmayó
A la semana siguiente Andrea estaba segura que algo extraño había jugado a su favor para detener a Toshiro ; cuando paso cerca del lugar donde estaban las fotografías familiares, la de Tomoe san le guiño un ojo.

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3 comentarios

  1. 1. Pikadili dice:

    Me gusta la historia, sobre todo el final, me ha sacado una sonrisa. Creo que el relato en general está escrito de una forma algo confusa, por lo que necesita un buen pulido. Te has comido muchas comas, como en esa frase del principio, tan larga con apenas pausas. Hay más como esa. Y otras que deberías revisar, como: “Mi hermano era un chico dark que además andaba en esas ondas de cráneo…”, revisa la puntuación de todo el texto y quedará mejor.
    Creo que te has “saltado” (no mucho, claro) el reto principal, y eso ha jugado en tu contra. Es decir, al titular el relato: La maldición de la espada samurái, nos estas contando prácticamente el final. Con reto o si él, yo lo habría titulado, sencillamente, la maldición.
    Revisalo una y otra vez hasta que veas que queda perfecto (en lo de la puntuación, leerlo en voz alta te puede ayudar), porque tienes una historia muy entretenida entre manos.
    Un saludo!

    Escrito el 1 mayo 2015 a las 14:26
  2. 2. Leonardo Ossa dice:

    Hola Lobita. Me causa curiosidad el titulo que tiene tu relato, es el único que sobresale por lo extenso.
    La historia tiene un planteamiento interesante, pero como te aconseja Pikadili, debes revisarlo. En ocasiones es bueno escribir varias versiones de una misma historia y escoger finalmente la que mejor nos suene.
    Un saludo.

    Escrito el 1 mayo 2015 a las 17:29
  3. 3. beba dice:

    Hola, Lobita:
    Igual que a tus otras dos comentaristas me parece que tu historia tiene muchos elementos interesantes y graciosos pero necesita un pulido gramatical para que los lectores la disfrutemos.
    Revísala, y seguro te quedará muy buena.
    Adelante.

    Escrito el 7 mayo 2015 a las 02:17

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