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La maldición - por Netogonzo

Y llegó el segundo día del noveno mes, acompañado de sol y melodías de pájaros de mil colores por doquier, como solía ser por aquellos años en la región. Don Joaquín yacía en su cama y vaya que gozaba. Soñaba con su esposa fallecida hacía más de una década. En su sueño caminaban de la mano por la cima del cerro del “Picacho”. La suave brisa del aire les acariciaba la cara y el olor de las flores de huizache perfumaba con mieles cada espacio del lugar. Avanzaban poco a poco y se posaban bajo las ramas frescas de un pirul, una vez en la hierba él la rodeaba por encima de la cadera y acercaba sus labios a los de ella.
A dos pulgadas de consumar el beso, un pequeño jilguero de madera amarrado a una bobina en la espalada salió como loco desde el viejo reloj suizo de más de 300 años que yacía en la pared poniendo fin a los planes de Morfeo y privando a don Joaquín de probar de nuevo los manjares del pasado.
Abandonó el colchón un poco enojado, se puso la misma ropa de hacía semanas y preparo la bici para salir. Solo había dos cosas que él amaba después de su esposa: pedalear por la ciudad y coleccionar rarezas de época, de modo que siendo sábado no podía perder la ocasión de conseguir algo con los vendedores de la “Casa Pía”.
Salió de casa con prisa, avanzó por Alameda y giró a la derecha en Ferrocarriles para seguir por Madero. Aparcó a un lado de Milano y encadenó una de las ruedas a una banca de hierro. Esquivó algunas personas y al fin se vio en la Casa Pía.
—¡Chale don Joaquín! Que milagro, ya hacía un buen que no venía, me ha dejado en el olvido —se escuchó decir a un hombrecillo—. Ni se imagina lo que le conseguí, seguro se lo lleva, que si no juro que me opero pa’ que me cambien de sexo.
—Ja ja ja, ¿Cuándo dejaras a un lado el drama?—respondió sonriendo—. Mejor mueve las piernas y ve a por eso que me dices.
El hombrecillo se fue y regresó segundos después.
—Mire nomas que joya: el libro perdido de Don Gonzalo Romo de Vivar, el español que vino en épocas de la colonia y a base de engaños consiguió que los indios guachichiles de Mesillas le enseñaran las milenarias pieles donde habían grabado sus observaciones de cómo funcionaba el universo según su cosmogonía.
—¡No puede ser!—Respondió impresionado don Joaquín—. Se de quien hablas, aquel que después de escapar con las pieles en su poder decidió plasmarlo en un libro en español para hacer creer al mundo que él era el dueño de esas ideas. Los guachichiles al verse robados pidieron ayuda a sus dioses y maldijeron al hombre blanco barbado que osó llevarse consigo la más grande joya de ese pueblo.
—Ándele, de ese mero le hablo—Agregó el hombrecillo—. Y ya sabe lo que pasó después, el hombre no pudo escribir más que algunas pocas líneas, dicen que cada vez que escribía una página se le secaba un dedo de la mano, así fue que perdió la movilidad en ambos brazos, luego al no poder escribir quiso hablar pero la voz lo abandonó sin razón alguna. Los médicos jamás pudieron explicar que le pasaba, así que el señor murió seco como una momia y ni los perros quisieron comerse lo que quedó de él. Nadie sabe dónde quedaron las pieles pero ¿Y el libro?, ese descansa ahora mismo en mis huesudas manos, y claro que con una módica suma podría mudarse a su casa.
—No se hable más. Cancela la operación porque seguirás siendo hombre, me lo llevo, el precio es lo de menos—agregó al sacar la chequera de la bolsa de su camisa.
Salió de Casa Pía con el libro bajo el brazo y pedaleó por Carranza rumbo al Jardín de San Marcos. Al llegar al kiosco la curiosidad lo venció y sacó el libro para leerlo. Se puso cómodo en la vieja banca al lado de la efigie del “barrendero” y comenzó a beber despacio del agua envenenada de sus páginas.

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8 comentarios

  1. 1. Netogonzo dice:

    Hola, gracias a mis comentaristas anónimos. Entiendo que aun necesito trabajar mas en mis textos en detalles tan básicos como la ortografía.

    Saludos y a leer maldiciones.

    Escrito el 28 abril 2015 a las 14:49
  2. 2. Aner dice:

    Buena historia, relatada con alegría y ritmo. El lenguaje me pareció rico en matices y en nada se resiente por la falta de tés. Puede que algo recargado en algún punto, aunque no molesta demasiado. Te diría que el inicio, contando el despertar, no acabo de verlo necesario en el relato, si bien está perfectamente narrado (“Soñaba con su esposa fallecida hacía más de una década” me parece una frase brutal) y enlazado con el desarrollo posterior. El final es bueno y “comenzó a beber despacio del agua envenenada de sus páginas” una hermosa forma de aludir a la maldición sin decirla.

    Escrito el 29 abril 2015 a las 12:36
  3. 3. mondregas dice:

    Me gusta leer el español de la américa hispano hablante, y tú lo utilizas hábilmente. La historia es muy bonita y muy bien contada, pero no comprendo el final

    Escrito el 29 abril 2015 a las 12:38
  4. 4. Netogonzo dice:

    Que tal Aner, también me comentaron eso mis anónimos y estoy de acuerdo, el principio parece no tener relación con lo demás,la idea era relacionarlo mas adelante en la historia pero no logré terminarla hasta donde quería por lo de las 750 palabras. Me gustó como quedó esa parte y decidí dejarla así pero la terminaré y se las compartiré por acá.

    Mondregas, que bueno que te agradó lo del léxico, trate de que sonara tan natural como la t me lo permitió. El final era para aludir que la maldición no cayó solo en el escritor.

    Gracias por pasarse por aquí.

    Escrito el 29 abril 2015 a las 15:03
  5. 5. Denise dice:

    EStoy de acuerdo con las observaciones de Aner; agregaría que el diálogo es quizás un poco excesivamente informativo, tal vez sería mejor que fuera el narrador quien diera las explicaciones del caso (o una parte de ellas). Pero eso no quita que el tono haya quedado muy natural, lo cual es difícil de conseguir (lo sé porque estuve en la misma situación).
    Voy a esta pendiente de la versión extendida, saludos!

    Escrito el 30 abril 2015 a las 00:23
  6. 6. Tavi Oyarce dice:

    Hola, Netogonzo
    Soy uno de tus comentaristas anónimos. Te escribo para animarte que sigas escribiendo.
    Te felicito nuevamente

    Escrito el 1 mayo 2015 a las 22:12
  7. 7. José Torma dice:

    Que tal Netogonzo, te habia perdido la pista.

    Tu relato me ha gustado, por su forma y lenguaje.

    Es rico leer a gente de este lado del atlantico.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 3 mayo 2015 a las 23:23
  8. 8. beba dice:

    Hola, Netogonzo:
    Varias verdades:1- el primer párrafo es muy bueno; 2- no es necesario para el resto de la historia;3- tienes que repasar ortografía.
    Lo que es súper cierto es que se trata de un argumento muy bueno; me pregunto si lo del “veneno” de las hojas no se vincula con los monjes de “El nombre de la Rosa”.
    Me gustó muchísimo.

    Escrito el 4 mayo 2015 a las 01:00

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