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Exangüe. - por MICHELLE ALEXANDRA

La luz, que antes veía lejana, comienza a acercarse al rostro de Erick quien alcanza a percibir a un hombre que porta un traje de gamuza café y que le extiende la mano mientras lo invita a acompañarlo a quién sabe dónde.
El sujeto que le habla a Erick es longevo, tiene ya sólo tres dientes en la mandíbula inferior y usa un bastón negro. Antes de pedirle que lo acompañara, el anciano le habló de su afición a los tambores y aquello resultó extraño; en especial por haber sucedido unos segundos después de que un camión que transportaba tubos de metal arrollara a Erick y de que la luz se hiciera presente y Erick no sólo la notara sino que pensara en aquello que le dijo su abuela una vez: los viejos sabios del pueblo dicen que cuando uno se va a morir, ve una luz y que cuando ésta se halla lo más cerca posible uno fenece.
— La luz, es la luz de la muerte— dijo Ercik cuando la vio por primera vez y ésta era apenas un punto. La voz con la que él se expresaba era poco audible, las piernas ya no le respondían y un hilo de sangre brotó de su cavidad oral.
— ¿De qué estás hablando, muchacho? No me digas que te has creído eso de que cuando uno se va a morir ve una luz. Eso es falso, si la muerte tiene una señal es otra— mencionó el viejo cuando se apareció por primera vez.
— ¿Cual?
— Los latidos del corazón son tambores y cuando empiezan a sonar muy fuerte uno se va del mundo.
— Odio los tambores.
— Yo los amo.
Acto seguido el hombre le explicó que los amaba tanto porque le recordaban su infancia y le extendió la mano para leugo pedirle que lo acompañe. En este momento, ambos se están mirando y Eriok ha decidido darle la mano al hombre.
Cuando lo hace,los tambores que son los latidos de su corazón suenan en demasía. Siente como si una roca grande y pesada le hubiera caído en el pecho. El aire empieza a faltarle. Intenta respirar por la boca y se traga un chorro de linfa. Nota que en el pavimento hay un charco enorme hecho con su plasma. Cierra los ojos. Aún así percibe la luz. Perece un minuto después de que los tambores comenzaron a sonar.

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2 comentarios

  1. 1. Autor dice:

    Hola, Michelle. Soy Autor, escribir uno de los comentarios de este texto. Te invito a pasarte por el mio (nº 105), por si quieres aportarme algo. Un saludo. ¡A seguir escribiendo!

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 22:41
  2. 2. Janna30 dice:

    Hola Michelle 🙂

    Tu relato tiene mucha creatividad, al usar el sonar de los tambores como un anuncio de la muerte, es un punto a favor. Te felicito!

    Hay algunos detalles como: “leugo”, “Eriok”,… que debes corregir.

    Considero que la lectura no se hace tan amena ya que haces referencias innecesarias, o repetitivas. Por ejemplo el anciano dice:

    “…
    — Yo los amo.

    Acto seguido el hombre le explicó que los amaba tanto porque le recordaban su infancia y le…”

    Esa línea después del diálogo se torna repetitiva y demás de explicativa. Es mejor dejar que el lector que por sí mismo capte la información sin necesidad de ser tan explicativos.
    Y así hay varias vaces que hace los mismo.

    En el párrafo final de tu relato en esta línea: “Perece un minuto después …” es innecesaria. Con solo decir “y los tambores comenzaron a sonar” era suficiente para saber que Erick había muerto.

    Con un poco de reestruturación mejorarías mucho tu relato! Adelante, mucho ánimo 😀

    Un abrazo !!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 03:29

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