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No confíes - por Poli San

No confíes
Cuando conoció a Ernesto todo cambió para Paula, ella era hija de una pareja de invidentes, por lo que su infancia fue más bien breve, tuvo que encargarse de las tareas domésticas para ayudar a sus padres. Esta situación produjo una madurez inusual a tan corta edad, su relación con los jóvenes de su edad era inexistente. Su conducta era de desconfianza, no estaba preparada para tanta responsabilidad. Ernesto trabajaba de comercial de artículos de pesca, no ganaba demasiado, pero era feliz, le gustaban las relaciones con los clientes, viajar en coche por la carreteras y sobre todo su pasión por la pesca, esto hacia de Ernesto una persona jovial, optimista y entrañable, Paula se sentía a gusto con él.

En vacaciones Ernesto le sugirió a Paula que fueran a Casas Ibáñez, población donde se encontraba un fantástico rio para pescar, el rio Cabriel. A Paula le agradó la idea, en aquel lugar conseguiría alejarse de todas sus responsabilidades que la tenían sobrecargada y poder relajarse unos días en la montaña.

Era una tarde brillante, la calidez del sol, el rio con el agua clara, transparente, invitaba a nadar. Pescaron, nadaron, comieron bocadillos que habían comprado en el bar del pueblo. Fue una tarde muy feliz. Pero el atardecer llegaba a su fin, estaban lejos del refugio, y la tormenta los halló a mitad del trayecto.

Anocheció. El tiempo cambió, amenazaba tormenta.
-Anda deprisa, nos alcanzara la lluvia y no podremos regresar.- Le dijo Ernesto.
Pero ella sentía calambres en la pierna derecha y caminaba lentamente. Paula cambio de actitud, su mirada perdida presagiaba que nada bueno iba a ocurrir.

A una distancia considerable se encontraba el refugio, de repente la lluvia cesó, decidieron correr campo a través, en ese instante Paula escuchó el sonido de tambores. Un rayo cuyo estruendo podía anular cualquier pensamiento, se cruzó en sus caminos, atravesó el cuerpo entero de Ernesto.

En aquel momento todo se detuvo, Paula se paralizó, su cerebro no le enviaba ninguna señal y su cuerpo no respondía. Miraba a Ernesto que en aquellos momentos dejo de existir.

Todo ocurrió muy rápido, Ernesto estaba allí sobre la hierba mojada, tendido, sin respirar, Paula reacciono en aquel momento, despertó, estaba completamente hipnotizada, zarandeo a Ernesto, no obtuvo respuesta, decidió ir corriendo hacia el refugio, allí seguro que alguien la ayudaría.
Cuando entro por la puerta, los huéspedes del albergue, la miraron extrañados, Paula estaba completamente empapada, su mirada perdida, su respiración agitada. Les pidió ayuda, que fueran a buscar a Ernesto, les relato lo ocurrido, tres hombres y una mujer que se encontraban en el albergue atendieron con cierto interés el relato que Paula contaba, pero su reacción era lenta sin demasiada emoción, con una sonrisa que más bien parecía una mueca.
-¿Qué les ocurre? ¿Por qué no me prestan atención?- pensaba Paula
Apareció el gerente del albergue, le preguntó a la mujer que estaba detrás del mostrador de recepción, que ocurría, que hacia aquella muchacha allí, empapada y con esa mirada desorbitada. La recepcionista sin demasiada emoción explicó, que la muchacha aseguraba que su novio había muerto partido por un rayo en medio del prado, y les pedía que fueran a buscarlo. En aquel momento el gerente se quedó mirando a Paula, con cierta lascivia, ya que la ropa mojada se había pegado a su cuerpo, se dibujaban sus formas.
Paula estaba desesperada, todos estaban impasibles, no demostraban preocupación y ella pensaba en Ernesto que se encontraba solo en medio de la noche, con aquella tormenta.

Los huéspedes decidieron acompañar a Paula hasta el lugar donde les indicaba, buscaron a Ernesto y no lo encontraron, miraban a Paula interrogándole, extrañados por su comportamiento, le sugirieron que regresaran al albergue, la noche era oscura y las pocas estrellas que brillaban en el cielo, estaban cubiertas por los nubarrones que volvían amenazar lluvia. Paula enmudeció, jadeante era su respiración aunque su semblante denotaba cierta falta de expresividad.

-¿Lo sucedido había ocurrido?- pensaba Paula.

Desde que sus padres fallecieron a Paula le sucedían situaciones extrañas, pensaba en Ernesto, él la abandono hacia cuatro años, tras intentar envenenarlo. Paula intentaba construir una vida con él, pero el siempre desaparecía.

Al día siguiente la ambulancia del psiquiátrico la esperaba en la puerta.

La cabeza le daba vueltas, ¡otra vez! volvía a escuchar aquellas voces que le hablaban sin cesar, imágenes confusas, inconexas, todo era efecto de su imaginación y otra vez en su cerebro los tambores comenzaron a sonar.

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4 comentarios

  1. 1. Wolfdux dice:

    Hola, fui uno de tus comentaristas anónimos. Te comenté que estaría bien que se profundizara en el estado de Paula. Un saludo. ¡

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 14:21
  2. 2. beba dice:

    Hola, Poli San:
    De tu relato puedo destacar el argumento, muy sugestivo y extraño.
    También las buenas descripciones de espacios.Y la buena ortografía.
    Creo que la trama está muy desordenada y confusa; tal vez reflejes así el trastorno psicológico de la mujer; pero no das pistas para pensarlo.
    Si me permites, te aconsejo fraccionar lo párrafos con punto y coma o punto y seguido; reserva las comas para sus usos específicos: enumeraciones, vocativos, explicativos, etc.(Puedes consultar http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=qXGSxldBKD6hqrTMMo)
    La historia será más ágil si usas diálogos, en vez de contar todo lo que pasa.Y si no cuentas más de lo imprescindible.De ese modo también acortas textos innecesarios que estorban cuando tienes que cumplir un límite de palabras.
    Un saludo; y adelante.

    Escrito el 2 junio 2015 a las 03:08
  3. 3. Tinta Negra dice:

    ¡Hola Poli San! Te confieso que no me imaginé ni por un momento el giro apoteósico que da tu historia, por ahí me sorprendiste mucho, eso me gustó. Hay algunas cosillas en la forma que en mi opinión se podrían mejorar, por ejemplo, en el primer párrafo, cuando comienzas la presentación de Ernesto, yo lo separaría en otro párrafo; y cuando dices”esto hacia de Ernesto una persona jovial, optimista y entrañable” hubiera omitido su nombre substituyéndolo por “éste” pues apenas una o dos lineas más arriba ya lo nombras y queda repetitivo. Aquí me suena incoherente lo de la tormenta “Pero el atardecer llegaba a su fin, estaban lejos del refugio, y la tormenta los halló a mitad del trayecto.

    Anocheció. El tiempo cambió, amenazaba tormenta.” Se podría omitir “y la tormenta los halló en mitad del trayecto”. Espero no haberte cansado mucho. La historia es interesante y nada previsible. ¡Un saludo y hasta la próxima!

    Escrito el 2 junio 2015 a las 12:53
  4. 4. José Torma dice:

    Que tal Poli?

    tu relato es un poco bizarro (no en sentido peroyativo te lo aseguro)

    Te sugiero que te sientes y releas en voz alta tu texto. Hay muchas areas de oportunidad en cuanto a puntuacion (como comenta Beba) y en el manejo de los parrafos como te indica Tinta Negra.

    Tal como esta ahora es muy confuso, si lo retrabajas leyendolo en voz alta, utilizando los puntos y comas en diferentes lugares. Experimenta.

    Eso en cuanto a forma. En lo particular, quitando todos los “problemitas” que tienes, se adivina una buena historia. La locura y las multiples personalidades dan mucha tela. Te animo a que sigas escribiendo y leyendo mucho.

    Saludos y felicidades.

    Escrito el 5 junio 2015 a las 19:39

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