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Autobiografía no autorizada - por Luis Ponce
Web: http://letrasalapis.blogspot.com
Me llamo Luis, nací un 10 de mayo y soy el cuarto hijo de la familia.
Mi padre eligió personalmente a mis maestros. Desechó el método educativo favorito de la época que se reducía a entretenimiento y diversión, y abogó por el trabajo y el esfuerzo, lo que no combatió mi extrema timidez y un carácter reservado, que se convirtieron en defectos.
Detestaba los falsos cumplidos, y no correspondía los halagos recibidos, esto me produjo una fuerte inseguridad y una exagerada modestia.
Mi tía María Adelaida, me amaba, y me llevaba a su casa, donde más de una vez me dijo: «Vamos, mi pobre Berry, (así me llamaba ella), estáte a tu gusto, tienes los codos libres: habla, grita, haz ruido, te doy carta blanca».
A la muerte de mi padre, recibí una exquisita enseñanza por parte de un profesor, quien debía prepararme para «curar todas las "heridas" de la familia con rapidez y precisión», no sólo educándome con los conocimientos elementales, sino «enseñándome a conocer a los hombres».
Practicaba la lógica, la gramática, la retórica, la geometría y la astronomía. Tenía buenos conocimientos históricos y geográficos. Fui muy influenciado por el profesor Montesquieu, quien me inspiró una concepción moderna del manejo empresarial.
Me casé a los dieciséis años con María Antonieta, pero no consumamos nuestro matrimonio sino hasta siete años después, cuando ya había asumido la gerencia de la Empresa de la familia.
Mi padre, después de una larga agonía, había muerto de viruela negra, no nos enteramos sino cuando una multitud se presentó en mis aposentos llamándome “señor Gerente”.
La ceremonia de mi posesión, se llevó a cabo en la iglesia del pueblo, y el cura me entregó los símbolos del poder: la llave, el sello y la chequera. Un gran número de enfermos venidos de todo el barrio acudieron para que el recién ungido ejecutivo les impusiera las manos y rogara a Dios por su sanación.
Me resultaba difícil manejar la empresa que me había dejado mi padre. La competencia, inclusive de mis familiares, me causaba serios dolores de cabeza. Tenía un cuñado, José que ponía en riesgo la existencia de la compañía con sus actos irresponsables. Esto me ocasionaba serios enfrentamientos con María Antonieta.
Estos enfrentamientos internos habían llevado a descuidar la empresa. La falta de una repartición justa de utilidades, la inexistencia de unos servicios de seguridad social acordes con la época y una desatención a los pedidos de los empleados, hicieron que estos se levantaran un 14 de Julio y se tomaran algunas oficinas.
En las siguientes semanas, muchos de los accionistas, temerosos de perder sus capitales, retiraron sus aportaciones y se fueron de vacaciones.
Tuve que hacerme presente en las oficinas a pesar de la oposición de mi esposa que estaba en la casa de campo. Cuando regresé, portaba en mi solapa la escarapela tricolor, símbolo de la unión de la Gerencia con los empleados.
Pero, la falta de capital por la fuga de los accionistas levantó a los empleados, que se dirigieron a la casa campestre reclamando pan y estabilidad. Hubo muertos y heridos y tuvimos que regresar a la ciudad, mientras nuestra hermosa casa quedaba en manos del Sindicato.
Un empleado de apellido Marat, era el que levantaba a la plebe contra su Gerente y su familia; dicen que escribía sus libelos mientras se bañaba.
Intentamos fugar, pero nos sorprendieron antes de llegar a la frontera, nos trajeron de regreso y nos encerraron en una suite. Por suerte permitieron que nuestro peluquero nos visitara diariamente.
Allí, los guardias soliviantados, no me trataban de señor Gerente, me decían: Luis y se reían en mi cara; pintaban obscenidades en las paredes y se burlaban de nosotros.
El 21 de Septiembre fui separado de la Gerencia y mientras la Asociación de Empleados deliberaba nuestro futuro, vivíamos encerrados en esa prisión. Finalmente primó la aversión hacia los jefes que habían dedicado su vida a sostener esta compañía y se dictaminó nuestra sentencia: la pena de muerte.
Se ejecutaría en el patio de la Sede Principal el 21 de enero. No me extrañó; pero si llamó mi atención el que mi primo Felipe votará por mi ejecución. Hablé con mi hijo para pedirle que perdonara a nuestros enemigos.
A las diez y cuarto llegué al patio donde estaba instalada la guillotina. Todo el Sindicato estaba presente.
Me quité la chaqueta, desabroché mi camisa, aparté mi pañuelo del cuello, pero no permití que me ataran las manos.
Los tambores comenzaron a sonar.
Comentarios (21):
Marta
28/05/2015 a las 15:13
Hola, Luis. Interesante perspectiva histórica y social. Es de lectura amena y muy original.Felicidades y gracias por compartirlo con todos. Te invito a pasarte por mi relato (74).
Luis Ponce
28/05/2015 a las 16:58
Quiero agradecer a mis tres comentaristas, han tenido la habilidad de un cirujano para comentar y han sido muy generosos en conceptos. Todos los comentarios ayudan a mejorar nuestro trabajo, pero cuando están fundamentados nos dan lecciones que sirven para el futuro. Gracias a los tres.
ome tecpatl
28/05/2015 a las 18:20
Hoy nos muestras una excelente adaptación de sucesos que marcaron fuertemente el desarrollo de la moderna sociedad occidental. Y además desde el punto de vista de la víctima principal. Siempre se debe admirar la investigación y preparación de un texto de este tipo, y tu caso n o es la excepción. La adaptación que haces le da toques de actualidad justo en tiempos en los que la tensión social se está volviendo cada vez mayor, amenazando en desbocarse en un nuevo estallido que marcará otro punto culminante en el desarrollo de la humanidad. Excelente texto, histórico pero actual, que nos da a tus lectores mucho para meditar. Enhorabuena!
Mayca Nasan
28/05/2015 a las 19:37
Tus relatos nunca decepcionan, Luis. Bien narrado, entretenido y la adaptación genial. Ya nunca olvidaré la biografía de Luis XVI! La idea es sumamente original. Fantástico.
Enhorabuena!
Delfina
28/05/2015 a las 20:37
Muy bueno Luis, me encantan tus relatos, una manera de contar la historia que debería aplicarse en las escuelas, sería mucho más fácil.
Gracias. Siempre aprendo algo nuevo.
Felicidades
Osvaldo Mario Vela Sáenz
28/05/2015 a las 20:53
Felicidades Luis, Como lo has hecho anteriormente tus escritos son faciles de seguir por la claridad de tu narración. La considero una actualización de la historia debido a una narracion en primera persona que la transporta al presente: superbo. A tu nombre solo le faltó un Numero Romano. Enhorabuena.
Tinta Negra
28/05/2015 a las 22:34
Buenas compañero, como ya te han señalado el texto es de lectura amena, frases bien construidas que te hacen “beberlo como el agua”. Esperaba por eso algo que rompiera con lo histórico, que sorprendiera un poco más, un poco más de ficción. El personaje de Luís XIV aparece como un buen hombre o mejor dicho, como un hombre corriente, excepto una frase que me resultó genial: “Por suerte permitieron que nuestro peluquero nos visitara diariamente”. Yo hubiera apostado por ese punto de humor irónico a lo largo de la narración. Pero esto es solo mi opinión. Me tomo la libertad de señalarte pequeños matices que encuentro que se te escaparon puesto que el resto de puntuación me parece acertada:
-“Mi tía María Adelaida, me amaba,…” la coma la quitaría(Mi tía María Adelaida me amaba…)pues parece separar el sujeto del verbo sin mucho sentido.
-“Tenía un cuñado, José que poseía…” faltaría coma tras José.
-“Estos enfrentamientos internos habían llevado a descuidar la empresa” ¿A quién habían llevado? creo que faltaría un “nos” (nos habían llevado a descuidar la…” Aparte de estas menudencias el resto de la narración, en cuanto a su forma, es impecable. Un saludo y felicidades, lo pasé bien leyéndolo.
J.Sfield
28/05/2015 a las 23:40
Hola, Luis.
Para empezar diré que las biografías me resultan bastante aburridas, pero has conseguido incluir un toque de humor que la saca de lo habitual, ¡enhorabuena!
Respecto a la forma del texto, coincido en lo que ya te ha comentado Tinta Negra, y añadiría que me parecen muy repetitivos los “sino”, creo que la mayoría se podrían evitar. También se te ha colado una tilde en “votará”…
En cuanto al contenido, dos cosas:
1. El hijo aparece sólo al final, “Hablé con mi hijo para pedirle que perdonara a nuestros enemigos.”, creo que en una biografía debería aparecer mínimo la fecha de nacimiento, más si es el primogénito y sucesor.
2. El momento de la muerte del padre me parece confuso. Primero dices que tras su muerte “recibí una exquisita enseñanza por parte de un profesor”, y luego que se entero de su muerte cuando la multitud le empezó a llamar “Señor Gerente”.
Por lo demás, me parece que está muy bien escrito. Espero que mis aportes te sean de ayuda. Un saludo.
Christian Joseph White
29/05/2015 a las 06:26
Un relato sumamente pulido. No tengo nada que remarcarte que no lo hayan hecho ya, los errores son escasos. Felicitaciones, muy buena adaptación. Tu narrativa me encantó.
mondregas
29/05/2015 a las 07:25
Hola Luis. Me gusta tu relato es una forma novedosa de tratar el tema. No me voy a extender comentando tu texto, me sumo a todo lo que te dice Tinta Negra. Es la ventaja de no ser el primero en comentar
PAULATREIDES
29/05/2015 a las 09:23
Curiosa revisión biográfica de Luis XVI. Personaje que luchó contra clero y la nobleza, aunque en vano, para iniciar reformas que mejorarían a sus “empleados” a los que apoyó en la revolución.
Como curiosidad, al final tuvo que dejar que le ataran las manos y él mismo se interesó por tambores durante su ejecución.
Saludos.
Ryan Infield Ralkins
29/05/2015 a las 13:33
Sospeche de que era Luis XVI cuando leí que su padre murió y le dejó la empresa. Como ya te dijeron, buena narración histórica y mas desde el punto de vista del mismo Luis, cosa que considero genial. Me recordó un poco a Assassin’s Creed Unity esa parte del final, con lo de la guillotina y eso.
En fin, muy buen relato histórico. Como ya te dijeron, narras tan bien que el relato se hace excelente y fácil de leer.
Felicidades y saludos.
lunaclara
29/05/2015 a las 14:23
Hola Luis: tu relato es muy completo. Toda la vida de un hombre reflejada en menos de 750 palabras. Está muy bien. Tienes que escribir el libro, eh?
He echado de menos dialogos, que sustituyan a algunas descripciones, aunque entiendo q eso seria mas facil si el relato se centrara en una o dos escenas.
Felicidades!
KMarce
30/05/2015 a las 11:14
Saludos Luis,
Lo díficil de hacer una autobiografia, es porque él se murió. Así que serían esos recuerdos que vinieron a su mente en el momento de su ejecución.
Siempre he considerado muy díficil escribir la vida de una persona real, pero como comentaron, volver ese hecho historico, dándole la vuelta al calsetín y haciendolo actual, un completo acierto.
Ya te han señalado algunos signos de puntuación; que son facilmente corregibles. Comparto la opinión que al menos su hijo debió tener un nombre. Y me sentí un poco timada al inició pensando que se trataba de tu autobiografía, pero tardé en reconocer que se trataba de otro Luis también famoso, cuando leí que se casó a los dieciseis con Maria Antonieta. Y los parentesis () creo que son de uso más formal, perdona si estoy errada, pero creo que las comas pueden sustituirlos.
Y creo que todos los estudiantes deberían hacer trabajos como estos, estoy segura que no se les olvidaría la historia… Y ya estoy pensando sobre quien me encantaría hacer ese trabajo: Leonardo Da Vinci… 😛
Gracias por comentar mi relato,
Nos leemos.
ILLARGUIA
30/05/2015 a las 14:04
Felicidades tocayo, un gran relato, pero con un error en la cronología, pues Don Luis, el Gerente desmochado, fue nombrado presidente de su empresa el día 10 de mayo, pero lo que es nacer, lo hicieron el 23 de agosto.
Es lo que tienen las Autobiografías no autorizadas.
Calurosos tambores. Un abrazo.
Ratopin Johnson
31/05/2015 a las 13:26
Muy bueno Luis. Hace no mucho leí “El breve reinado de Pipino IV” de John Steinbeck. Es una novela de humor, llena de ironía y de bofetadas por aquí y por allá, y se hace referencia a que gobernar una nación es como dirigir una empresa. Me he acordado al leer tu relato.
Yo me caí del guindo al aparecer María Antonieta. Entonces volví a empezar. Y tengo que decir, que al contrario de lo que ha comentado algún compañero, no encuentro que tu historia tenga un tono de humor. Yo percibo en el narrador, o sea Luis, un tono frío, sosegado (y me gusta que sea así), quizá con ironía, pero no con humor.
Silvyt
31/05/2015 a las 18:47
Hola Luis!
Muy hábil con el contexto y la forma que le das al relato. Veo que los signos de puntuación ya te los señalaron, así que no insisto.
Original y atrevido; todo un acierto.
¡Enhorabuena!
grace05
04/06/2015 a las 00:04
Hola Luis:
Estupendo punto de vista, la combinación de un hecho histórico como la “toma de la Bastilla” y una empresa de nuestros tiempos. Realmente alucinante, si me permites la expresión.
Boquiabierta de tu texto tan original con una expresión escrita fluida, clara, simple, que permite leer un gran relato y compenetrarse en él.
¡Mis felicitaciones!!!!
Te invito a comentar 33
Vespasiano
09/06/2015 a las 16:30
Hola Luis:
Después de tantos adjetivos elogiosos a tu relato, resulta dificil encontrar alguno nuevo que aporte (IVA) valor añadido.
Me ha parecido genial el enfoque de la historia.
Recientemente he leido “Historia de dos ciudades” y veía al doctor Manet y a su familia huyendo desesperadamente del horror y de la masacre de la Revolución francesa; de sus cárceles, del asalto de la Bastilla y los juicios sumarísimos.
Leonardo Ossa
10/06/2015 a las 05:08
Hola Luis, la “Autobiografía” que haces es una narración muy fluida. Me parece que tienes aquí un buen trabajo. Hasta pronto. ¡Saludos!
Conxita Casamitjana
10/06/2015 a las 21:50
Luis
Me ha parecido muy sorprendente el relato porque mientras lo leía me venía a la mente la historia real y me desconcertaban los términos modernos. Reconozco que es muy original y coincido con otros comentarios que la historia explicada así, se tendría que incorporar en los colegios, seguro que los estudiantes la recordarían mejor.
Un saludo