Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
La Anunciación. - por Jimmy Conway
La sala del cónclave relucía como en sus mejores tiempos. El lustre de sus paredes, las obras de arte que decoraban la estancia, su opulencia maldita, no hacía más que recordar la etapa de decadencia que estaba a punto de finalizar. Todos los obispos estaban reunidos, ataviados con sus mejores galas, para dar la bienvenida al ejército redentor.
-El fin se acerca, hermanos. Es inevitable.
Los vetustos siervos de La Palabra se removieron incómodos en sus asientos. Ellos, mejor que nadie, sabían cuanta verdad encerraba la afirmación de su soberano.
-¡Nosotros no! . Nosotros prevaleceremos como siempre hemos hecho. Hemos sido nosotros los que hemos mantenido viva su memoria, sus enseñanzas.
Con una mirada cargada de paternalismo y tristeza, el Papa le respondió:
-Tan cerca de la aniquilación y aun os mantenéis tan ciego, tan obcecado. De entre todo los seres vivos de nuestro mundo, de toda forma de vida que habita este planeta decrépito, somos los que menos merecemos su perdón.- Dijo el Sumo Pontífice.- Por más de dos mil años no hemos hecho otra cosa que pervertir su legado, deshumanizar sus enseñanzas. Lo elevamos al grado de deidad cuando sólo era un extranjero en nuestro mundo que vino para ayudarnos, para enseñarnos el camino de la salvación.
– ¡Pero todo lo hicimos en su nombre!- gritó uno de los obispos allí presente.
– ¡Lo hicimos en nuestro nombre, para nuestra gloria ¡. – Gritó el anciano padre.- Utilizamos su figura para hacer y deshacer a nuestro antojo, para dominar y hasta masacrar a todo aquel que se opusiera a nuestra voluntad.¡ Pervertimos El Mensaje!. Todas y cada una de sus palabras. Nada de eso fue lo que Él pretendió con su llegada. Sólo era un heraldo, un mensajero de un poder insondable pero en ningún caso divino. Ahora que el juicio está visto para sentencia, la raza humana no puede hacer nada. Ni siquiera rezar puesto que el rezo es una patraña y nosotros los charlatanes que la elevaron a los altares.
– ¿ Y qué hay de nuestros aliados, las otras Vertientes?. Musulmanes, Judíos… ¿ A caso ellos son menos culpables que nosotros? Todos tuvimos acceso a El Mensaje y todos lo usamos con el mismo fin.
Un murmullo de asentimiento recorrió toda la sala.
-Y todos recibiremos el mismo "regalo"- Dijo el Santo Padre. -La aniquilación. Ellos nos crearon para dar vida a este universo marchito. Durante miles de años anduvimos perdidos, sin saber el porqué de nuestra existencia. Fue por eso que lo mandaron, a Él, para guiarnos y enseñarnos pero nuestra avaricia y arrogancia, como fallos impresos en un diseño casi perfecto, nos convirtió en el cáncer del Paraiso. Ahora lo sé. Ahora que no tenemos remedio vienen a extirparnos como al tumor en el que nos hemos transformado y no serán piadosos con ninguno de nosotros. No habrá siete sellos, ni siete trompetas, ni siete copas que anuncie la llegada. Sólo… sólo…
Un tremendo temblor sacudió la estancia, agitando todo lo que en breve serían vestigios de una calamitosa civilización. Una luz más brillante que mil estrellas se colaba por cada rendija, iluminando todos los rincones, como una Anunciación despojada de toda su caridad y virtud y de repente la quietud, oscuridad. Ellos habían llegado y los tambores comenzaron a sonar…
Grande y misterioso Apocalipsis. Creo que retratas muy bien esa actitud, tan frecuente en el hombre, de no querer aceptar lo que viene, de creerse a salvo y justificarse hasta el absurdo (“¡Pero todo lo hicimos en su nombre!”).
“…nuestra avaricia y arrogancia, como fallos impresos en un diseño casi perfecto, …” >> estupenda expresión.
Es un relato del que me gustaría saber más, profundizar en él; puede que no tanto en sus personajes como en la circunstancia que padecen, sus pormenores, sus últimos por qués.
¡Un saludo!
Muchas gracias, Aner, por comentar. Es lo primero que escribo en mi vida y no sabía como iba a funcionar. Ciertamente es una historia más de circustancias que de personajes y si lo has pillado por ahi pues mejor ;). Saludos
Pues para ser la primera vez está muy bien. Yo lo he visto como una crítica a las directrices de la Iglesia cristiana y de las demás religiones, que han utilizado el mensaje del Mesías para su propio beneficio. Y llegado el día no nos vamos a librar ni uno del Juicio Final ¿No sé? lo mismo me equivoco.
Quitando algunas incorrecciones de ortografía como “aun, A caso”, lo demás está muy bien, bajo mi punto de vista.
Veo que has puesto guiones largos y cortos en los diálogos, creo que se suelen utilizar siempre largos.
Felicidades por el relato, y a seguir escribiendo.
Gracias por comentar, fotógrafo. Efectivamente es mi humilde crítica a las religiones pero también quise darle un toque de sci-fi aunque creo que me quedé muy corto en las pistas porque nadie parece haberlo pillado por ahí. Aquí dejo las pistas concentradas:
” Lo elevamos al grado de deidad cuando sólo era un extranjero en nuestro mundo”
“Sólo era un heraldo, un mensajero de un poder insondable pero en ningún caso divino.”
” Ellos nos crearon para dar vida a este universo marchito.”
Si alguien pilla el origen del “Mesias” me sentiré inmensamente feliz 😀
Hombre, yo creo que el origen (y es una de mis teorías) del Mesías es extraterrestre, que también creo que es lo que tú quieres decir en este relato.
Saludos
Exacto, Fotógrafo. Veo que coincidimos en teorías conspiranoicas jajajaja. Gracias por los coemtarios. Nos leemos 😉
Hola Jimmy:
Soy una de tus tres comentaristas. Realmente me sorprende que sea …”tu primera vez…” tu relato está muy bien escrito además de haber tomado un tema que tiene varias aristas.
¡Muy buen trabajo!!!!
Te invito a comentar 33
Hola Jimmy, buen texto y en lo personal, estoy bastante de acuerdo con lo que allí se dice. Buena manera de relatarlo, uno de mis preferidos de esta edición!!!
Hola Jimmy, a mi también me sorprende que sea la primera vez que escribes. Me ha gustado tu relato, bien narrado, com un ritmo muy bueno. Te sigo leyendo. Saludos
Del apocalipsis de Aner al de Jimmy, con un Papa feo y otro a punto de darle un colapso. Amigos, el mío, también tiene Papa, recién aterrizado está a punto de saltar por los aires. Bueno, esto tiene gracia, con tanto santurrón en este extraño país de Literalia.
Tambores de aniquilación.