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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Último vuelo. - por Leonardo Ossa

Recuerdo las palpitaciones, que como tambores, vibraron en mis sienes cuando recibí el grado de subteniente de la Fuerza Aérea durante la ceremonia castrense, en una plaza de armas engalanada con sobrias banderas, que ondearon frente a mis padres, hermanos y mi novia.

Inicié mi carrera de oficial siendo copiloto a bordo de un monomotor “Havilland Beaver”, demostrando a nombre del estado la soberanía nacional, al recorrer las fronteras más distantes de la patria.

Operé cientos de pistas en mis años de servicio; unas bien equipadas, otras, sólo ofrecían terrenos áridos cubiertos de polvo amarillento.

Años después fui piloto comercial, de donde salí, para pilotar únicamente por placer las pequeñas aeronaves clásicas de ferias aeronáuticas.

Recuerdo, ya jubilado, haber despegado al mando de un “Pilatus Porter” con el viento cruzado que estremeció la aeronave todo el vuelo; el placer que busqué se diluyó con la distorsionada señal de la torre de control, el deterioro de las condiciones atmosféricas, y el caduco A.D.F. (Automatic Direction Finder) que no resultaba confiable.

Durante los primeros minutos en el aire me distraje mirando la extensa línea de la costa con los buques de carga aproximándose al puerto; Fue la altitud la que me obligó a concentrar las maniobras de sustentación, hasta dejar nivelado el fuselaje en trayectoria de crucero.
Recuerdo haber buscado a partir de allí, contacto con el personal en tierra:

— Torre de control le llama aeronave Centauro Alpha.
— Ruido de estática
— Torre de control le llama aeronave Centauro Alpha.
— Aeronave Centauro Alpha para torre de control, su señal es débil, prosiga.
— Centauro Alpha reporta mi única alma a bordo, alcanzando once mil quinientos pies de altitud, autonomía de vuelo para cuarenta y cinco minutos, procediendo hacia el noreste de la bahía, con dificultades técnicas en los equipos de navegación y comunicaciones.
— Aeronave Centauro Alpha le notifico tormenta eléctrica en su trayectoria, por presencia de grandes cúmulos de nubosidad con alto desarrollo vertical.
— Aeronave Centauro Alpha recibe su información.

Escuchando a la torre comprendí que volaba directo a la tormenta. De inmediato decidí ejecutar un giro de ciento ochenta grados para regresar al aeropuerto de origen.

— Torre de control, la aeronave Centauro Alpha inicia regreso con descenso progresivo hasta alcanzar dos mil quinientos pies para notificar aeródromo a la vista.

Esa fue mi última comunicación, la misma que reiteré por tres o cuatro oportunidades, sin que escuchara indicaciones desde tierra.

Intenté mi descenso haciendo un giro amplio sobre el ala izquierda, tratando de obtener señal del radiofaro, no obstante, visualicé que la tormenta avanzaba contra mí, castigándome con sus primeras ráfagas.

Maniobré los comandos para incrementar el descenso, pero las corrientes ascendentes eran superiores a la fuerza de empuje que pretendí imprimir, al motor de la diminuta nave.

— Torre de control aeronave Centauro Alpha ¿Me escucha?

Solo capté un tenebroso silencio como respuesta.

— Torre de control aeronave Centauro Alpha ¿Puede oírme?

— Ruido de estática.

La tormenta me había atrapado. Sentí que volaba con el abandono de una hoja al viento.

Finalmente descendí entre sacudidas y este corazón batiente en entropía, al no tener contacto visual con tierra, ni una orientación precisa. Fue un descenso agobiante.

Recuerdo con fidelidad el brillo metálico sobre las alas del pequeño avión, haciendo contraste con el cielo oscurecido que centelleaba implacable. Arriba, las tonalidades grises del cielo, abajo, el mar; más allá, el color verde de las praderas opacado por el efecto de la lluvia, y a lo lejos, milagrosamente aparecida, la difusa cinta negra de la pista de aterrizaje.

Recuerdos, muchos recuerdos, que son recreados hoy en mi mente con una lucidez extraordinaria, casi fílmica.

Han transcurrido varios años desde aquellos sucesos. Ahora estoy en mi lecho de muerte, ciego desde hace algún tiempo por la diabetes, y acosado por mil enfermedades más. Familiares junto a la cama, rezan con la certeza de que moriré esta noche.

Mis piernas sin movimiento anuncian que los pasos por el mundo han terminado, mis manos trémulas son incapaces de alguna obra, mi rostro pálido y el cuerpo sudoroso, anuncian que el fin está cerca.

Consciente de lo que está por ocurrir, el corazón se agita, haciendo palpitar mis sienes.

Presiento que los ángeles que me guiarán en mi último vuelo ya se aproximan.

No sé, si las trompetas del apocalipsis recibirán mi ánima en el otro mundo, pero pudiera decir, que para el funeral donde me rendirán honores, ya los tambores comenzaron a sonar.

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24 comentarios

  1. 1. Demetrio Vert dice:

    Hola Leonardo. Tu relato es el primero que he leído. Tiene presentación nudo y desenlace. Y núcleo. Hay historia.
    Echo en falta un poco de dramatismo, de garra, de tensión cuando el piloto está en apuros. Más presencia de los tambores. Pero bueno, los escritos que he leido de tí, han sido suaves. La fase de la presentación la haría más corta y eliminando algún tecnicismo innecesario en un relato literario. En cuanto a la lectura es fácil, clara, límpia. En mi opinión sobran algunas comas y algunas palabras.
    Una bonita historia en la que la premisa (el resonar de los tambores) está presente en el relato.

    Felicidades.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 18:42
  2. 2. Juana Medina dice:

    ¡Qué vuelo, Leonardo! Excelente la descripción del vuelo perdido en la tormenta y del casi milagroso aterrizaje. Lo he vivido. Muy buen ritmo de relato, uno no puede dejar de leerlo. Y se redondea perfectamente al final como metáfora de la vida y como vuelo de “despedida”. El lenguaje totalmente apropiado al tema y la circunstancia.
    Excelente. Gracias

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 19:02
  3. 3. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Leonardo, por lo intenso de tu relato y tu conocimiento de aires encontrados, de cumulus, de la franja negra de la pista de aterrizaje a lo lejos; me imagino que a ti te tocó dicha Aventura o a un compañero de vuelos muy cercano a ti. Provees con tu claridad una experiencia unica para los que volamos poco o en vuelos comerciales. Exelente. Felicidades.

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 23:11
  4. 4. Karen Katina dice:

    ¡Excelente Leonardo!
    Fantástico relato las descripciones hacen que el lector vivir la experiencia del vuelo como si lo estuviera viendo en una película.
    Te invito a comentar mi relato el #10

    Escrito el 28 mayo 2015 a las 23:35
  5. 5. Julieta Ortiz dice:

    Hola, buen trabajo. Es un relato realmente conmovedor y el hecho de que utilizaste los tambores para abrir y cerrar el escrito, igualmente que la vida del aviador, es fantástico, además de que lograste hacerlo vívido, pues es posible visualizar las imágenes de es desafortunado vuelo. Me gustó mucho. Nos leemos. Saludos

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 01:51
  6. 6. Ome Técpatl dice:

    Leonardo, tu escrito me deja emociones encontradas. Me gustan tus descripciones, muestras que sabes del tema. Pero yo no veo presentación, nudo y desenlace, sino tres escenas distintas no muy relacionadas entre si. Aún así lo encuentro interesante y digno de ser leído y disfrutado. Felicidades!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 06:06
  7. 7. mondregas dice:

    Hola Leonardo Ossa:
    Me ha gustado mucho. Parece que lo estés viviendo, las descripciones fantásticas, te mantiene en tensión, pero no veo un a historia. Por si quieres leer mi relato, está en el nº 56

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 12:59
  8. 8. Leo Lecourbe dice:

    Excelente retrato de la pasión aérea del protagonista, conecta perfectamente con el lector. Felicidades.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 16:31
  9. De agil lectura, buen vocabulario y una historia envolvente, comenzo un poco tranquilo pero al llegar a la parte del vuelo subio la adrenalina. Imagine lo peligroso de estar en esa situacion. Es un piloto valiente para poder mantener la tranquilidad en semejante apuro. Te felicito por que lo has transmitido de maravilla.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 18:53
  10. 10. Tavi Oyarce dice:

    Hola Leonardo.
    Para escribir un cuento como el tuyo se requiere mucho conocimiento del tema, y tu me sorprendes en realidad porque yo ni siquiera soy un aprendiz.
    Lo bueno que todos esos consumimientos los describes muy bien en tu relato, lo que lo hace asequible.
    Te felicito

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 20:11
  11. 11. Mª Carme Bureu dice:

    Hola Leonardo.
    Me da un vuelco el corazón en el transcurso de tu historia.
    Sabes mantener el ritmo, de lo que estas contando. Para mantener en tensión al lector. Enhorabuena.
    Saludos.

    Saludos.

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 19:30
  12. 12. Marcelo Kisi dice:

    Hola Leonardo!!
    Primero, gracias por pasarte por mi relato y comentarlo! Me alegro que lo hayas disfrutado.
    En cuanto al tuyo, yo también lo disfruté, ya te conocemos como un narrador con buen estilo y mucho potencial.
    Te señalo un par de cuestiones estructurales que espero te sirvan.
    La primera es el separar la fase del “Había una vez…” del “Hasta que un día…” O sea, empezás con la historia de cómo se hizo piloto y de qué aviones fue piloteando, pero el día fatídico cuando casi se lo devora una tormenta aparece como continuación de esa introducción. Pare resolverlo, te sugiero utilizar en el párrafo que se inicia con “Recuerdo, ya jubilado…”, algo así: “Recuerdo, ya jubilado, aquel día en que piloteaba un Pilatus Porter…” Es decir, ser específico en el tiempo: “ocurrió tal día que…”, y utilizar verbos en su forma activa, pues aquí ha comenzado de verdad la acción, y eso tiene que quedar claro para el lector.
    El segundo tema es la amalgama entre todas las partes de la historia para que sea una. Es como esa receta donde el cocinero no logra que todos los ingredientes formen una masa homogénea, o que las partes del pastel se peguen entre sí. Tenés por un lado su carrera como piloto y la tormenta, y por otro el relato de su muerte. Ésta muerte no aporta mucha significación a la historia aérea ni viceversa, la historia aérea no se proyecta en su muerte. No se me ocurre mucho cómo ayudarte en este caso, quizás contando solamente la historia de la tormenta aérea, sin necesidad de contar que además se está muriendo. O bien, podrías hacer que su historia como piloto se la estuviera contando a sus nietos en su lecho de muerte o algo así. Es que si no, esa muerte suena como descolgada, ajena a todo lo anterior. No sé si soy claro, quiero ser muy cuidadoso porque fuera de eso escribís muy bien, pero te lo pongo en un ejemplo extremo, un argumento que fuera: “Yo una vez fui sastre y me pasó de todo, pero ahora me estoy muriendo”. Uno se quedaría pensando, ¿y?
    No sé si entendés lo que quiero decir, pero ya otro compañero te señaló que hay un problema de continuidad entre las dos cosas, fijate a ver si estás de acuerdo o no.
    Espero que te sirva, cualquier cosa seguimos intercambiando.
    Abrazos!

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 16:00
  13. Hola Leonardo: No se si has vivido algo similar, ya que describes el vuelo a la perfección. Hay una pequeña falta, quizá por fallo del mismo ordenador “demostrando a (en) nombre del estado la soberbia nacional….
    El final, triste, esta muy bien desarrollado. Breve pero explícito.
    ¡Felicidades! me ha gustado mucho. Un abrazo.
    Si quieres, pásate por el 64 – Emoción

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 18:05
  14. 14. grace05 dice:

    Como siempre Leonardo un placer leer tus historias. Esta me hizo vibrar, sentí que estaba con vos en medio de la tormenta. Seguramente debés de tener algunas horas de vuelo porque la descripción es tan real que nuevamente te digo sentí que estaba viéndote. Hermoso relato con un final triste, pero seguramente real para alguien que haya experimentado tales situaciones.
    Felicidades!!!!! y como siempre un placer.
    Te invito a comentar 33

    Escrito el 1 junio 2015 a las 00:05
  15. 15. Wolfdux dice:

    Buen relato Leonardo. Me ha gustado mucho el estilo con el que esta escrito. ¡Nos leemos!

    Escrito el 1 junio 2015 a las 16:53
  16. 16. beba dice:

    Hola, Leonardo:
    Un extraordinario relato; original y- por lo que se ve- documentado en carne propia. Sólo he viajado una vez en avión, y realmente me has llevado a dar una vueltita; he sido tu compañera invisible.
    Toda la narración es impecable hasta que… alguien se muere por ley de la vida y se olvidó del avión y la tormenta.A ver qué hace la torre de control al respecto.
    Saludos.

    Escrito el 1 junio 2015 a las 19:13
  17. 17. José M Quintero dice:

    Hola Leonardo.
    Es una gran historia me gusto mucho, es agil y entretenida, muy bien descrita la escena del avión, como dije ya, me gusto mucho.
    Felicitaciones 🙂

    Escrito el 2 junio 2015 a las 14:04
  18. 18. Dante dice:

    Hola Leonardo:

    Tu relato me gustó tanto como me exigió: mucho.

    No sé si tenés conocimientos de aviación, intuyo que sí, pero me impresionó el dominio del vocabulario técnico y que lo hayas aplicado tan bien de manera que los que como yo no conocemos nada del asunto (más que haber volado en un avión), podamos comprenderlo. De paso, busqué en internet los nombres de los aviones. Gracias por ampliar mi cultura general: aprendí que esos son modelos reales. Te aclaro que no consulté por desconfianza. La sola mención de los aviones me revelaba: gran conocimiento o gran creatividad (si los hubieras inventado). Ambas cosas son meritorias y elogiables y no podía dejarlas pasar. Tengo que felicitarte por tu conocimiento y también por tu creatividad que se ve en el resto del relato.

    Me gustó como más que contar “mostraste” esa tormenta. Si bien a otros compañeros no les pareció tan así, logré sentirme por un rato en el lugar del piloto. Sentí su soledad y pude “ver” su temple. Incluso llegué a imaginar que es posible que no le hubieran contestado porque la tormenta ya había hecho estragos en tierra firme también, con lo cual su soledad y abandono sería aún mayor.

    Al igual que te lo señala DemetrioVert, me parecen muy claros el inicio, el nudo y el desenlace y puede decirse que hay historia. Una buena historia.

    Si tuviera que destacar algún aspecto a mejorar estaría en algunos signos de puntuación. Te sugeriría reexaminar los signos de puntuación. Sobre todo en algunos párrafos como el primero en el que has usado muchas comas. Eso le resta agilidad y claridad a la lectura. Se trata de un mínimo reajuste que si lo considerás pertinente podrías hacer.

    En cuanto a los diálogos, sugeriría que cuando la respuesta es ruido de estática, lo coloques entre paréntesis. No es por seguir una norma. Me parece que de ese modo se reflejaría mejor lo que nos querés mostrar: el piloto desesperado quiere contactarse y no hay respuesta humana. La respuesta humana es la que “merece” estar sin más a continuación de la raya de diálogo. En cambio, la intuición me dice que un ruido no merecería ese privilegio. Si no, los estaríamos colocando en un pie de igualdad. Advierto que esta acotación es totalmente subjetiva, pero se me ocurrió esta idea mientras leía el relato.

    El título me parece soberbio, impecable. Y perfectamente compatible e ilustrativo de toda la historia, y en particular, de su final.

    Me permito citar el final (con unos mínimos retoques sugeridos):

    “No sé si las trompetas del apocalipsis recibirán mi ánima en el otro mundo, pero podría segurar que en el funeral donde me rendirán honores, ya los tambores comenzaron a sonar”.

    Hice esos pequeños retoques porque es como “leí” el final, como lo entendí. Y ciertamente me encantó.

    Aunque pudiera parecer que el protagonista en su instante final duda de si hay o no vida eterna, el hecho que piense en los tambores, recuerda el inicio de la historia, su graduación como piloto. En el último instante, recuerda y reafirma a modo de balance definitivo toda su vida, la que se resumió en un verbo (volar) derivado de un sustantivo. Y por eso, en el párrafo anterior, y en el título, considera que tendrá su último vuelo. Volar fue la felicidad misma. Ahora vuela hacia la felicidad definitiva, mientras abajo los tambores comienzan a sonar.

    Te felicito por esta excelente historia y espero poder seguir leyendote.

    Saludos.

    P.D.: En mi relato te agradecí tu comentario. Si querés, podés pasar y leer el mensaje.

    Escrito el 3 junio 2015 a las 01:55
  19. 19. José Torma dice:

    Como va Leonardo?

    Reiterarte lo que te han dicho, demuestras conocimientos del tema y lo plasmas de una manera que no es condescendiente a los ignorantes en la materia y eso se agradece.

    Yo si note un poco de desconexion, aunque creo que ese tema dara para debate, aun asi fuera de la escena de la muerte, necesaria para introducir la frase, que no me gusto, el resto del relato lo disfrute mucho.

    Si algo te puedo comentar y que tal vez este mal yo, ya que nadie te lo comento, pero creo que cuando tiene el dialogo con la torre de control y esta no contesta, solo estatica. Esta palabreja no deberia llevar guion de dialogo, pero pues pequeña cosa.

    Felicidades.

    Escrito el 4 junio 2015 a las 18:01
  20. 20. Christian Joseph White dice:

    Gran relato, con una dramática historia detrás. Un gusto leerte, saludos!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 01:17
  21. 21. marazul dice:

    Hola Leonardo me atraen mucho las historias de aviación, y tú ésta la ambientas estupendamente. Con un lenguaje muy apropiado y técnico que se ve dominas. No sé si por experiencia o porque los chicos leéis más sobre estos temas. Si a esto le añades que tu relato tiene cierto sentimentalismo, yo por lo menos así lo detecto, te ha quedado un bonito relato. No lo veo como la narración de escenas impactantes porque se cuenta desde la serenidad de la vejez y del que espera su final.
    El título muy acertado. ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 6 junio 2015 a las 18:18
  22. Leonardo
    Tu relato consigue meternos en un avión y sufrir con el protagonista de una manera muy calmada, sin perder los nervios.
    Y reconozco que la idea de conectar los tambores iniciales con los finales está muy logrado.

    Fantástico.
    Un saludo

    Escrito el 10 junio 2015 a las 22:03
  23. 23. Roger/NHICAP dice:

    Hola Leonardo,
    Me ha gustado la historia del piloto de aviones y la como cuentas la situación crítica en la tormenta.Sin embargo, el final me sorprendió al ligarlo con una muerte esperada por su enfermedad. Me hubiese gustado más rematar el cuento con un recuerdo de un aterrizaje forzoso en una autopista, o algo parecido, que describieses con tu facilidad para ello,otra aventura apasionante del piloto de aviación.Y si quieres haces que muera “con las botas puestas”.
    Perdona mi disquisición, pero me salió del alma. Buen trabajo Leonardo.
    Un abrazo.
    uen relao

    Escrito el 13 junio 2015 a las 17:08
  24. 24. Ratopin Johnson dice:

    Hola Leonardo, al fin te leo, más vale tarde que nunca.
    Ya leí tu relato hace unas semanas, pero con prisas, y quería volver a leerlo. Es estupendo; esa combinación del tono épico en este caso de la aviación, de emoción, de sensibilidad, amén del lenguaje técnico (y no técnico) aportado hacen que al terminar tu relato uno diga: guau :). Me ha encantado. El descenso es espectacular.
    Una cosilla:
    “Operé cientos de pistas en mis años de servicio. Unas, bien equipadas; otras, sólo ofrecían terrenos áridos cubiertos de polvo amarillento.” Creo que queda mejor así
    Saludos

    Escrito el 15 junio 2015 a las 21:55

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