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María Lionza - por Zory

La magia se siente por todos lados, fuego sobre la piel, espasmos, olor a aguardiente y a tabaco. Un culto a una Reina: Maria Lionza
¬¬–¿A donde vamos mami? –preguntó Ana. La madre no responde. Su primer hijo, Carlos, había sido abaleado en las peligrosas calles de Caracas. Hacía ya mucho tiempo de eso.
Ana nunca conoció a su hermano mayor, el había muerto ocho años antes de su nacimiento. Todo en su casa giraba alrededor de su hermano, su cuarto seguía intacto, su ropa en perfecto estado, planchada y colgada, era como si siguiera viviendo allí todavía; grandes velones de diferentes colores reposaban alrededor de las fotografías de Carlos y un olor permanente a tabaco y a sahumerio invadían todos los rincones.
El lugar mas importante en aquella casa sin duda era el altar, una gran mesa de madera de cedro donde resaltaba la figura de María Lionza sentada sobre su danta y llena de collares de todos los colores, parecía la guardiana de Carlos en el otro mundo. A su alrededor, viejos papeles con peticiones desesperadas. “La Reina” como también se le llama, podría hacer el milagro de traer a Carlos nuevamente a la vida y aunque sea por un minuto, su espíritu se comunicaría nuevamente con el mundo de los vivos y así la madre de Ana, sentiría a su hijo nuevamente muy cerca.
Enclavada en el medio de la selva lluviosa, La Montaña de Sorte ubicada en el Estado Yaracuy en Venezuela, es un lugar de peregrinación para miles de fieles. Es aquí donde se le rinde culto a María Lionza. Se trata de un lugar religioso-espiritual al que acuden diariamente centenares de devotos en busca de milagros, protecciones, curaciones y hasta la vuelta a la vida de un difunto.
Dos tazas de aguardiente, flores de tomillo, toronjil y las cenizas de un tabaco, todo mezclado en un viejo galón de pintura es el primer brebaje que Ana debe tomar. La mezcla es preparada por una vieja sacerdotisa del lugar junto a su pequeño aprendiz de ocho años.
–No quiero mami, sabe amargo. –Pero la madre la obliga a beber un sorbo tras otro del recipiente hecho con la concha de un coco hasta dejarlo vacío. La preparación servirá para “despojar” o liberar de las malas energías a Ana, antes de ser presentada ante el altar de “La Reina”.
El próximo paso para Ana, será realizar el “Baile en candela”, se trata de una danza que se hace sobre brasas ardientes con los pies descalzos sin quemarse. Silverio, quien se encarga de canalizar a los espíritus, recibe a la niña. Primero, la acuesta sobre el piso y rodea su cuerpo con una mezcla hecha con pétalos de girasol, sangre de su madre y cenizas de su difunto hermano. Silverio enciende un tabaco y comienza a hacer un baile alrededor de Ana, toma un sorbo de aguardiente y se lo escupe encima a la pequeña que permanence inmóvil sin entender todavía lo que pasa.
–Mamá tengo miedo! –Grita Ana con los labios llenos de aquel asqueroso menjurje. Pero la madre solo tiene un deseo en su mente y en su alma y no importa el precio que deba pagar para conseguirlo.
Silverio aproxima a Ana a las brasas ardientes en contra de su voluntad, toma nuevamente un sorbo de aguardiente que escupirá sobre el pequeño cuerpo de la niña, murmura unos rezos y la empuja con violencia al circulo en llamas. Ana comienza a retorcerse espasmódicamente, cae al piso y luego vuelve a levantarse danzando sin cesar sobre el fuego sin que pareciera lastimarla. Finalmente Ana cae en estado de trance y se desploma sobre las brasas. Su madre junto con Silverio, se aproximan rápidamente antes de que la niña vuelva en sí, la recogen y la llevan rápidamente al altar de María Lionza.
El momento que su madre había estado esperando durante tantos años finalmente llegó. Para ella, Ana había nacido para traer del más alla a su hermano, y para concluir con éxito el ritual, “La Reina” exige el sacrificio de su misma sangre, una espada recubierta con la ceniza del difunto y el ritmo de la percussion de doce tambores ejecutada por la corte de veinte indígenas que protegen el altar.
Postrada a los pies de María Lionza se encuentra la pequeña Ana inconsciente, su madre desenvaina la espada, la recubre con las cenizas de Carlos y la clava fuertemente en su estómago. El sacrificio estaba hecho… Y los tambores comenzaron a sonar.

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9 comentarios

  1. 1. Bruno Molina Espinoza dice:

    ¡Hola Zory! Quizás no te acuerdas de mí, pero yo sí de ti y tu relato anterior. No te pediré que revises mi relato, porque no escribí alguno… En fin. Tu relato me ha gustado. Hasta ahora de los que he leído es el mejor. Tu manera de describir las cosas es envidiable y, se te da este estilo. Algo que puedo recomendar, si me lo permites, es que trabajes más tu historia. Pareciera que no hay un plan pre-establecido. Es decir: es como si describieras una escena en tiempo real, solamente. Pero aun cuando es así, es un modo agradable de narrativa y te felicito. Saludos cordiales.

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 04:18
  2. 2. Zory dice:

    Hola Bruno! Claro que te recuerdo y pues muchísimas gracias por tu comentario, la verdad es como dices, no tengo un plan pre establecido, solo voy escribiendo lo primero que se me viene a la cabeza y te cuento que este tema en particular no es de mi agrado para nada. No me gustan los rituales que se hacen en esa montaña y tampoco me agrada esa religión, pero en lo que vi el titulo de la escena no pude sacarme a María Lionza dela cabeza y comencé a escribir sobre ella! Estaré pendiente de tu próximo relato!
    Mucha suerte!!!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 17:04
  3. 3. Zory dice:

    Muchísimas gracias a mis tres comentaristas anónimos, me gusto mucho lo que escribieron sobre mi relato.
    Suerte para todos!!!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 17:06
  4. 4. Jimmy Conway dice:

    Hola Zory. Enhorabuena por tu relato. Verás, soy nuevo por estas lindes así que mis comentarios no son nada técnicos ya que yo mismo carezco de técnica alguna pero si decirte que me gustó mucho tu texto
    ya que me encanta toda esa temática de santería y rituales. Un abrazo

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 17:27
  5. 5. ome tecpatl dice:

    Hola Zory. Tu relato eriza la piel. Rezuma una crueldad fría, muy propia de fanatismos religiosos locales en toda latinoamérica, y supongo que más allá también. Me gusta tu estilo, y para ir escribiendo lo primero que se te viene lo haces de maravilla. Habrá que ver lo que logras cuando lo hagas planeado. Felicidades!

    Escrito el 29 mayo 2015 a las 20:17
  6. 6. LUCIA SIMANCAS dice:

    Hola Zory. Tienes razón, ambos relatos tienen un misterio que los caracteriza. Me gusta mucho tu tema. Te felicito

    Escrito el 30 mayo 2015 a las 18:11
  7. 7. Christian Joseph White dice:

    Excelente relato. Con todo el clima que conlleva dicha temática. El final, cruel e inesperado. Me encantó! Saludos, y que sigas escribiendo que lo haces muy bien 😉

    Escrito el 31 mayo 2015 a las 04:40
  8. 8. zory dice:

    Mil gracias chicos por todos sus comentarios! Gracias por el apoyo!!!

    Escrito el 3 junio 2015 a las 17:06
  9. 9. Wolfdux dice:

    Hola,

    una relato sobrecogedor. Leía palabra tras palabra disfrutando y horrorizándome por el desenlace que preveía fatal para la niña. Un estilo y una ejecución fantástica. Felicidades. Un saludo.

    Escrito el 10 junio 2015 a las 00:21

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